Collage de fotos obtenidas de través de Google |
Empiezan a aparecer los primeros datos concretos, aunque aún limitados, de las cuentas secretas en la banca internacional de primera línea, en este caso representada por el poderoso y británico HSBC, de la corrupción sistémica que surgió y se consolidó en el Paraguay sometido al régimen autori-totalitario del general Alfredo Stroessner (1954-1989), y que se expandiera y profundizara aquí, desde entonces, en todos los niveles de la sociedad, la economía y la política.
No se trata de una particularidad paraguaya, muy negativa por cierto. Pero tampoco debemos incurrir en aquello de justificar el mal porque se ha extendido mundialmente, lo que es más de beneficiados y cómplices, que de consuelo de tontos. Lo que empezamos a conocer acerca de cuentas secretas en bancos santuarios, lavadores, evasores o como quieran denominarlos, datos a los que accedió ABC, sobre todo en lo que respecta a “prominentes” paraguayos, gracias a un proyecto con el mundialmente respetado y parisino “Le Monde”, con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
La corrupción stroessnerista, para el dictador era “el precio de la paz”, pues con ella, no solo con el terrorismo de Estado, el dictador forjó su dominación opresiva y hegemónica. El sistema o modelo, ahora con miles de microscópicos “stroessnercitos”, todos ellos “democráticos”, sobrevivió a la dictadura e hizo metástasis en el Paraguay.
Los politiqueros-partidocráticos (“oficialistas” y “opositores”, “reaccionarios” y “revolucionarios”) dilapidaron cívica, valorativa y socioeconómicamente la oportunidad de la apertura política de 1989. Tales “líderes” pos Stroessner son una de las nefastas y negandas expresiones de esa herencia de corrupción y narcoactividad, hoy devenida en el proyecto clepto-narco-crático que nos amenaza a la inmensa mayoría de pacíficos, laboriosos y honrados compatriotas, y a los extranjeros que viven aquí.
Horacio Cartes es otra de las manifestaciones del stroessnerismo y de su ambiente de depravación, corrupción, injusticias, ilegalidades, y de la búsqueda del poder y de la riqueza a cualquier precio, que no reconoce fronteras ideológico-políticas, profesionales, laborales, sexos, creencias religiosas, edades y tampoco poblaciones rurales o urbanas, etc. Ya aparecieron sus primeras cuentas secretas, las cuales se niega a explicar.
Otra de las manifestaciones de la cultura y valores dictatoriales que no han desaparecido, y que se manifiestan vigorosamente, son los descendientes y herederos del dictador y sus colaboradores civiles y militares, oficialistas y opositores. De algunos de ellos (Graciela Stroessner Mora y su hijo Alfredo Stroessner Domínguez, y del segundo esposo de ella, el español Manuel González Llamas) ahora ya tenemos también datos iniciales, por lo menos de números y beneficiarios de sus cuentas. Ver información: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/notas/hija-y-yerno-de-stroessner-con-cuentas-secretas-en-suiza-1335409.html.
Nota del Editor: el artículo completo se leerá mañana en la edición correspondiente de www.paraguaymundo.com
JLSG
Asunción, a 11 de febrero de 2015
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