Tras
el asesinato todavía no esclarecido del fiscal Alberto Nisman, un
mes atrás, en vísperas de que (por negociaciones secretas para
liberar de responsabilidades criminales a terroristas iraníes y
cómplices argentinos que perpetran el cruento atentado contra la
AMIA en 1994) imputara a CFK, a su canciller Héctor Timerman y a
líderes de sectores pro terroristas iraníes de los “guardias
rojos” kircheneristas-bolivarianos (quienes tienen aquí vínculos
ideológicos con prominentes luguistas del “Frente Guasú”), en
contra de lo que esperaban los poderes fácticos del desgobierno
argentino se acrecentó el generalizado clamor ciudadano por justicia
y democracia, como lo puso en evidencia ayer el gran éxito
democrático del #18F.
Esto
ocurre cuando se acercan las elecciones generales de noviembre
próximo, y mientras arrecian las dificultades internas y externas
para el régimen kirchnerista, en todas las dimensiones de la
realidad. La única posibilidad que tienen CFK y sus hordas, para
mantenerse en el poder, es recurriendo a un autogolpe palaciego y de
masas, supuestamente para conjurar el peligro de lo que llaman
oficialmente la puesta en marcha de una inexistente conspiración de
los medios de prensa y sectores de la justicia.
A
las graves repercusiones que generará tal estallido en el país
vecino, se sumarán las externas empezando por la desestabilización
del Paraguay y la región, para unir al autogolpe cristinista en
curso, tipo “guerra sucia del terrorismo de Estado”, el que ya
comenzó en su primera fase el dictador Nicolás Maduro en la
martirizada Venezuela, acusando a Washington de operaciones
encubiertas para derrocarlo. CFK y Maduro pretenden arrastrar detrás
de ellos a otros enemigos y agresores del Paraguay: Dilma Rousseff,
Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega y a sectores radicalizados
de los caviarnícolas regionales. En este plan diabólico también
intervienen como planificadores y listos para entrar en operaciones
bélicas de todo tipo los sectores más ortodoxos del castrismo,
quienes ya sin el liderazgo del senil e incapacitado genocida Fidel
Castro (si todavía vive), están en contra de las negociaciones
entabladas por el genocida Raúl Castro, todavía sucesor de su
hermano mayor.
De
iniciarse el baño de sangre, que no lo desea la inmensa mayoría de
la ciudadanía de la República Argentina, como lo demostró en
Buenos Aires y en varias capitales provinciales, afectará muy
críticamente a la región y tendrá repercusiones inmediatas de
desestabilización en Paraguay, agravando la crisis
político-institucional derivada de la ingobernabilidad del
¿presidente? Horacio Cartes.
Algunos
indicadores: fractura de la oficialista pos ANR; carencia de las más
elementales políticas públicas en todas las esferas de las
responsabilidades del Palacio de López e incompetencia incluso
politiquero-partidocrática; pérdida acelerada de popularidad (casos
“Cerro León” y H[SB]C, por ejemplo); cercanía
presidencial con líderes de la conexión narcopolítica de los
poderes fácticos departamentales; y la absoluta incompetencia del
Ejecutivo López en materia de seguridad, lo que se evidencia, sobre
todo, en las graves deficiencias de la FTC, una supuesta articulación
de militares y policías que hasta ahora no ha hecho mella en la
impune organización narcoterrorista, del autodenominado “Ejército
del Pueblo Paraguayo (Epp)”.
Además,
son preocupantes para el Paraguay las conexiones locales entre
sectores del “Frente Guasú” con grupos pro terroristas de los
entornos de CFK, como los radicalizados de “Quebracho”. CFL tiene
además en sus áreas de seguridad a personajes vinculados con los
antiguos terroristas Montoneros y cuenta con grupos
paramilitares y parapoliciales de choque. Entre estas “formaciones
especiales” de masas, entrenadas por los castrochavistas hasta hace
poco. Y todo mientras en el mundo se expande la amenaza del
“microterrorismo” de sectores fundamentalistas del islamismo, que
tienen en plena competencia de masacres a los sicarios
internacionalizados y mediáticos de Al Qaeda y del “Estado
Islámico”.
Enlace
del vídeo y del texto de TN:
JLSG
Asunción, a jueves 19 de febrero de 2015
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