Todavía mal sobreviven, y apenas, menos de un millar de los denominados “Beneméritos de la Patria”, entrecomillas pues no son tratados como tales, y ya muy ancianos y carentes de derechos humanos y con miserables pensiones, y jamás indemnizados, porque ellos “solamente” lucharon por la Patria, y lo hicieron sin pedir más que el honor de haberla servido heroicamente en nuestra segunda guerra internacional en poco más de medio siglo de historia, al elevado precio de arriesgar sus vidas e integridad física, muriendo gloriosamente tantos héroes, o de haber quedado lisiados miles de ellos.
¡Todo un pueblo en armas, y sus jefes, militares profesionales y oficiales de reserva, después de la cruentísima Guerra del Chaco (1932-1935), a medida que avanzaban en sus años y más nos necesitaban, fueron olvidados injusta e inmoralmente por generaciones sucesivas de ¿paraguayos?, dilapidadores de nuestras hoy exangües Nación y República! Los hermanos bolivianos, no los “bolivarianos” que hoy oprimen y explotan a su pueblo, ellos sí tienen a sus “Beneméritos de la Patria”, a quienes siempre honraron y protegieron, como correspondía hacer también con los nuestros.
Nuestros ex combatientes cometieron el gravísimo error de haber empuñado las armas “únicamente” en defensa de la Patria. Perpetraron el “delito” de no haber enfrentado a una terrible dictadura (con rasgos totalitarios) de décadas, y de carecer además del poderoso “lobby” de los ¿derechos humanos? pos régimen de terror. Ese grupo de poder, más ideologizado “revolucionariamente”, que de derechos humanos, logró que “en los últimos 10 años, el Estado” transfiriera al menos “US$ 98 millones a víctimas de la dictadura stronista, herederos e hijos” (para más datos, ver: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/en-10-anos-estado-transfirio-us-98-millones-a-victimas-del-regimen-1292688.html).
La ley 838/96 debe ser atacada de inconstitucional (lo moral o inmoral de una norma jurídica es una decisión de la ética de cada uno) excepto para el caso de las criaturas nacidas en prisión o de las que obligadamente las padecieran con ambos o cualquiera de sus padres. Y también de los menores que debieron acompañar a sus padres en los avatares del destierro y de las persecuciones locales, siempre y cuando requieran comprobadamente de tal asistencia, pues como víctimas subsidiarias de las oleadas represivas quedaran discapacitados (cognitiva, emocionalmente, etc.) para defenderse en la vida.
En lo personal, quienes luchamos contra la dictadura y para crear aquí las condiciones que nos posibilitaran construir, con el concurso de la mayoría de nuestros conciudadanos, la sociedad abierta que debe ampararse en el Estado de derecho democrático, para aceptar o rechazar la indemnización no debemos basarnos en la ley sino en decisiones ético-morales. Eso es lo que aprendí de mis mayores y hasta hoy sigo observante fiel de tales valores. Y esto carece de la mínima partícula de la contaminación politiquero partidocrática (“liberal”, en este caso), que acaba de verbalizar la “senadora” Blanca Fonseca, para atacar oportunistamente a sus ex camaradas de pitanzas exorbitantes y sospechadas de corrupción de su partido, el “PLRA”.
Desde la aparición de la primera ley, más restrictiva que la pantagruélica del luguismo, he denunciado la “merienda de negros” en que se convirtiera de inmediato esta normativa de los “vencedores”, que las paga todo contribuyente. ¡Ninguna legítima necesidad que haya padecido durante las persecuciones y exilios a que fuimos sometidos miles de compatriotas, ni derivaciones desagradables de ellas, de acuerdo con mi escala de valores, las de mis mayores, jamás me hicieron aceptar lo que considero una prebenda, y jamás dejé de atender mis responsabilidades familiares con mi propio esfuerzo y sacrificio! Desde adolescente solo aspiré al honor de servir a la Humanidad, siempre desde la porción de ella que es nuestro Paraguay, sin jamás haber pretendido una medalla, un reconocimiento, un diploma, por haber cumplido con mis imperativos categóricos. Y espero ser consecuente con tales principios hasta el fin de mis días terrenales. ¡Quienes tenemos auténtica vocación de servicio, creo, no debemos lucrar con ella!
¿Sabe alguien que pasó con los deudos del mayor Ramos Alfaro, muerto por una esquirla, sin auxilios médicos, en el ataque al Escolta? ¿Qué pasó con los deudos de las decenas de los inocentes y humildes conscriptos del mismo Escolta, quienes innecesariamente fueron muertos por quienes nos legaran la apertura política de 1989, que empezara a ser prostituida ya en el inmediato pos stroessnerismo?
La multimillonaria transferencia (jamás realizada a favor de expoliados y perseguidos campesinos sin tierra, de sobrevivientes de nuestros pueblos originarios), que hoy alcanza a casi 100 millones de dólares, se incrementó exponencialmente sobre todo a partir del nefasto y nefando aventurerismo politiquero castrochavista de Fernado Lugo (2008-2012), que estuvo a punto de someter a nuestro pueblo y su historia a los designios del genocida Fidel Castro, este en la crisis terminal de su vida y régimen desde hace tiempo. Los “legisladores” de la ley 838/96 de indemnización de las víctimas, ¿por qué no se acordaron de los inocentes muertos en la trágica jornada del 2 y 3 de febrero de 1989, tan siquiera en un inciso del último y menos gravoso de sus artículos?
Que los jefes militares de aquéllos, los de entonces y los de ahora, los hayan olvidado, no me asombra (¡no hay ningún monumento para reflexionar acerca de la paz con Justicia, en las inmediaciones de ese campo de batalla preparado entre 1954 y 1989!), pero que los enriquecidos politiqueros y partidócratas “democráticos” incurrieran también en tal desmemoria no es obra del mal de Alzheimer, sino de la insensibilidad cívica y de la moral anestesiada, como de la cultura autoritaria patrimonialista, de quienes desde hace mucho tiempo dejaron de ser aspirantes a élites políticas democratizadoras, y se sacaran las caretas, evidenciando lo que en verdad son: los peores asaltantes y corruptos del erario público, los politiqueros partidócratas de todas las ideologías…
¡Ahora entiendo porqué el amoral, inmoral y apóstata, el hoy todavía más enriquecido Lugo, tuvo tal clientela oportunista entre tantos ex luchadores contra la dictadura, quienes no la enfrentaron incluso con riesgo para sus vidas, con la finalidad establecer definitivamente aquí una sociedad abierta y su Estado de derecho democrático, sino con el objetivo de conducir al Paraguay al peor de todos los regímenes de opresión y explotación de la historia, en este caso el totalitario comunista de Lenin, y no el nacionalsocialista de Hitler, ambos genocidas y perpetradores de los más horrendos crímenes de humanidad, e iniciadores de los genocidios actuales!
Es imperativo que conozcamos la lista completa de los beneficiarios, sus expedientes y los montos que recibieran los “indemnizados” como víctimas de las violaciones generalizadas de los derechos humanos bajo la pasada dictadura: “Al cambio actual la cifra supera los 98 millones de dólares.
En el cuadro puede apreciarse cómo en lugar de disminuir la cifra, cada año aumenta. Este fenómeno se dio especialmente durante la presidencia de Fernando Lugo, periodo en que también se promulgó la citada ley […], la número 3603/08 que concede resarcimiento a los hijos de los detenidos durante el régimen que amplió los requisitos de la 838/96” (Ver “abc”, enlace arriba reproducido).
Aguardo la publicación de los beneficiarios, y las razones fundamentadas para ello, de las leyes de indemnización de las víctimas de la dictadura de Stroessner, para que sepamos qué y a quienes objetar legalmente, si corresponde, los montos recibidos. Deben ser sometidas a público y responsable escrutinio las leyes 838/96 3603/08.
Por razones ético-morales, jamás inicié trámite alguno para ser indemnizado, ni siquiera cuando alguna vez llegara materialmente al “saludable” extremo de padecer hambre y de carecer de medios para atender cuestiones salud, afectando con ello a Gloria. Entre tantas razones más eso fue consecuencia de haber sido despedido inconstitucionalmente de Radio Cáritas Universidad Católica (diciembre 15 de 2006), perseguido por los poderes fácticos, antiguos y nuevos, entre ellos el de los entonces “dueños” y no apenas autoridades de Radio Cáritas-Universidad Católica (su mascarón de proa era el falaz director de la emisora, el incombustible Augusto Dos Santos, hoy perifonero de Juan Carlos Gal-Averno), por el delito de haber denunciado, hasta la extenuación, lo que le costaría a nuestra Patria paraguaya Humanidad, el aventurerismo politiquero-ideológico (de proclividad castrochavista) del que sería uno de los peores regímenes de la historia nacional, por sus consecuencias.
Recién a fines del primer trimestre de este año, tras poco más de siete años de exigir Justicia, los esfuerzos profesionales de mi ejemplar abogado, de acrisolada fidelidad a su ética profesional, el doctor Rubén Galeano, reconoció Radio Cáritas/UCA la injusticia perpetrada por los luguistas en ciernes, en diciembre de 2006. Y esto con la complicidad y silencio de sus autoridades de entonces, agravado por el miedo de los integrantes de un episcopado chantajeado por una minoría de obispos corruptos y apóstatas, quienes nunca merecieron la atención del Vaticano, bajo la forma de la “visita” de un cardenal y de un arzobispo, quienes mucho después encontrarían terribles deficiencias “pastorales” y en el seminario regido por el ex obispo de Ciudad del Este, monseñor Rogelio Livieres Plano, y hasta ahora no se enteraron que el “seminario” del “obispo” Lugo en San Pedro fue el semillero de las primeros narcoterroristas locales, de tan amarga memoria para no pocas familias de compatriotas, incluyendo a las de los hasta ahora secuestrados Arlan, quien acaba de cumplir 17 años en tan inhumana condición, que no es repudiada entre la inmensa mayoría de los beneficiarios paraguayos de las indemnizaciones por “derechos humanos”.
Estoy seguro que la publicación de todos los datos pondrá en evidencia que los “evangelistas” locales de la pretendida “sociedad sin clases” (hasta hoy inexistente, ideología que llevara a la implosión y desaparición de la URSS, y que fuera abandonada de manera rápida por la China pos Mao), al momento de repartirse los más de 98 millones de dólares de todos los paraguayos (y que deberían haber sido destinados a quienes realmente lo merecían y tenían necesidad de tal asistencia) fueron más “clasistas” que el mismo régimen stroessnerista.
Estoy seguro que los principales beneficiados en tal repartija, entre los realmente merecedores, fueron los perseguidos más acomodados, desde clases medias hacia arriba, y como siempre en la historia, volvieron a quedar relegados los más carenciados, entre quienes tienen derecho legal y moral a la indemnización, los de los sectores sociales subalternos, a los que dicen representar tantos sociólogos y sociólogas “revolucionarios”, y profesionales e “intelectuales”, todos ellos de muy buen vivir en los tiempos negros del luguismo, que hoy tiene a sus representantes en el “parlamento golpista de 2012”, el de los “carniceros” de Curuguaty, según ellos.
¡No tengo la menor duda que entre los principales beneficiarios de los casi 100 millones de dólares escamoteados a los más necesitados de nuestros compatriotas encontraremos a todos los líderes “democráticos” del Paraguay contemporáneo!
La publicación de los beneficiados con las indemnizaciones a raíz de los crímenes de humanidad del régimen de Stroessner debe incluir los montos de las indemnizaciones que percibieran, entre otros medios, si es que eso ocurrió, los propietarios y directores de Radio Ñandutí y abc color, a raíz de las inconstitucionales y proto-totalitarias persecuciones y clausuras de tales instrumentos fundamentales para el ejercicio de las libertades de pensamiento y de expresión. Por contradictorias e incoherentes que hayan sido tales empresas periodísticas con los presupuestos mencionados, antes de las represalias padecidas, ya camino al fin de la dictadura, y después de 1989.
¡Solo el buscar sin descanso acercarnos a la humana verdad, que por ello nunca puede ser infalible, puede ayudarnos en el camino a la libertad y democracia que sin Justicia es una trágica quimera!
¡Solo quienes no son capaces de enfrentar el escrutinio público sin fines politiqueros y tampoco partidocráticos, sin fines subalternos, pueden negarse a que el desgobierno actual, vía la “Defensoría del Pueblo”, y lo que pareciera que ha comenzado a ser la Procuraduría General de la República!
Fuente de las imágenes: Parte superior www.ssl.panoramio.com.py, izquierda: www.abc.com.py; y derecha: www.hoy.com.py.
JLSG
Asunción, a 5 de octubre de 2014
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