sábado, 18 de octubre de 2014

DÉCADAS ATRÁS, AL INICIO DE LA APERTURA POLÍTICA, SIN SER ESCUCHADO, ALGUIEN ADVIRTIÓ QUE EL PARAGUAY CORRÍA EL PELIGRO DE CONVERTIRSE EN LA CLEPTO-NARCOCRACIA DEL MERCOSUR

La foto pertenece a Roberto Paredes, y fue bajada de www.portalguarani.com, por medio de Google imágenes.

DÉCADAS ATRÁS, AL INICIO DE LA APERTURA POLÍTICA, SIN SER ESCUCHADO, ALGUIEN ADVIRTIÓ QUE EL PARAGUAY CORRÍA EL PELIGRO DE CONVERTIRSE EN LA CLEPTO-NARCOCRACIA DEL MERCOSUR, Y HOY, EN TIEMPOS DEL MERC-UNASUR (QUE TANTO PREOCUPA A LOS DEMÓCRATAS BRASILEÑOS, A PUNTO DE DERROTAR AL LULA-CASTRISMO DE NUESTRA ENEMIGA Y AGRESORA DILMA ROUSSEFF), EL ÚLTIMO SANGRIENTO ATENTADO QUE COSTARA DOS VIDAS DE AUTÉNTICOS PERIODISTAS CONFIRMA QUE AQUÉL ESCENARIO DE FUTURO ES YA TRÁGICA REALIDAD



El Paraguay, como sociedad y aparato de Estado sigue siendo una cultura de irresponsabilidad ilimitada, con una todavía incipiente opinión pública que aún se manifiesta de manera exclusiva en las redes, lo que no es poca cosa, aquí, mientras la politiquería partidocrática pos 1989, no la política-servicio de la que carecemos, por apetencias de tripas prostituyó la apertura de 1989, agravó la histórica crisis republicana que padecemos y en lugar de avanzar hacia el Estado de derecho democrático, el régimen imperante sin solución de continuidad ha sido invariablemente uno de poderes fácticos que compite con el crimen organizado local y que estimula la desunión y pérdida de la identidad nacional.

En “Propuestas Democráticas para la Sociedad y el Estado del Paraguay del Siglo XXI” (UNA-CAES-Fundación Hanns Seidel, octubre-diciembre 1994, Año I, Volumen I, número 4, pp. 145-209), un “journal” que proponía el debate sobre políticas públicas y sociales, desde la perspectiva de las modernas ciencias sociales, con énfasis en los problemas de la construcción de la gobernabilidad y culturas democráticas, JLSG escribió (y no hacía falta una inteligencia excepcional para ello), no apenas como premonición y sobre todo desde el ejercicio analítico de escenarios futuros, lo siguiente:

“En este trabajo se intenta una aproximación inicial al peligro que plantea para la consolidación democrática del Paraguay el estado de corrupción (Mariano Grondona “dixit”) que fue gestado y cristalizado bajo el autoritarismo stronista (1954-1989), y que todavía no ha sido removido en serio a partir de la transición desde arriba que se inició con el golpe militar de 1989. En especial se pone énfasis en considerar la corrupción del narcotráfico, aunque el análisis y el enfoque del autor no se circunscriben exclusivamente a ese problema que sigue estando en el tope de la agenda internacional. Si los paraguayos no nos ocupamos en serio de las amenazas que se derivan de la corrupción estructural que corroe a las instituciones estatales y a la misma sociedad, se sostiene aquí, el país puede convertirse en una cleptocracia del Mercosur […]”.

A inicios de la década de los años noventa del siglo pasado era representante aquí (y en América del Sur), de la bávara Fundación Seidel de la RFA, el señor Karl Miserok, un gran amigo del Paraguay. Este, estimulado por Carlos Mateo y firma el artículo, aceptó el desafío de reorientar los programas locales y regionales de su institución con énfasis en la construcción democrática de la apertura política. Fruto de ello fueron becas para estudios de posgrado en Alemania, seminarios y publicaciones internacionales que terminaron abruptamente en 1994.

Ese año, despreció así, oficialmente, el Paraguay, para desgracia nuestra, una cooperación anual multimillonaria en dólares, porque la administración del novato politiquero de entonces, Juan Carlos Wasmosy (nunca dejó de ser más que un plutócrata ascendido a “presidente de la república” por tan precario antecedente), quien sucumbió de manera inexplicable al muy grave error de apreciación de su canciller de entonces, el embajador Luis María Ramírez Boettner, quien pésimamente informado se negó a firmar la reanudación del convenio oficial con la Fundación Seridel, que fenecía aquél lejano año finisecular. Esto, en modo alguno empaña el respeto que concitara en nosotros la inclaudicable defensa del interés nacional paraguayo realizada por el ya retirado diplomático compatriota, en la funesta coyuntura local e internacional que significó el desgobierno del quintacolumnista castrochavista local, Fernando Lugo.

Integraban el consejo internacional de Propuestas Democráticas las siguientes personalidades continentales y europeas: Enrique Baloyra, Roberto Bosca, Miguel Ángel Burelli Rivas, Ernst Dürr, Jorge Gumucio, Frank Mora, Rubén Moreno Valencia y Rubén Perina. El consejo editorial local: Diego Abente, Dionisio Borda, Esteban Caballero C., Roberto L. Céspedes R., Fernando Masi, Carlos Mateo B., Karl Miserok L., Antonio Salúm Flecha, Juan José Soler y Alejandro Vial. El director-editor del “journal” fue JLSG.

Para concluir: el terrible legado que dejara el autoritario régimen stroessnerista, también en lo que se refiere a la corrupción generalizada y a su permisividad pagada con el todavía incipiente poder fáctico del crimen organizado del narcotráfico internacional, en los lejanos años de la década de los sesenta del siglo XX, jamás fue enmendado en pos 1989, y como consecuencia el Paraguay sigue perdiendo a sus mejores hijos, asesinados por sicarios de las mafias del narcotráfico, que ya tienen bases de apoyo social, representantes suyos en los tres poderes del aparato de Estado, problema que, por si fuera poco, también infesta a nuestra sociedad, y últimamente involucrando a cada vez más jóvenes compatriotas, indefensos frente a los tentáculos tan poderosos de los criminales.

Abajo: En los años finales del régimen stroessnerista, en una manifestación antidictatorial, el gran luchador democrático Luis Alfonso Resck es apartado por un policía de Domingo Laíno, cuando este todavía era una esperanza de redención democrática y el más importante de los dirigentes democráticos, que después sucumbirían a las tentaciones politiquero-partidocráticas, las de quienes hicieron muy eficazmente lo último que dictador paraguayo del siglo XX, por casi 35 años, jamás lograra: minar las esperanzas de una recuperación y construcción democráticas a nuestro pueblo, y convertirnos en un país cleptonarcocrático (el neologismo, elaborado por el autor del artículo, no ha sido aceptado todavía por la Ral Academia de la Lengua, y da a entender el sistema integrado de corrupción, narcotráfico y régimen politiquero). 


JLSG
Asunción, 18 de octubre de 2014

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