La canciller federal de Alemania, Ángela Merkel, en un muy llamativo momento de desbordada emoción humanitaria, reclinando su cabeza en un costado del rostro de un Hollande, que por una vez en su vida, al lado de una dama, olvidó su perfil de Casanovas woodyallenesco (Crédito: Pascal Rossignol / Reuters, a través de fotogalería de www.elpais.com). |
De gaulle y Adenauer tuvieron el extraordinario coraje de romper la tradición de siglos de sangrientas guerras entre Alemania y Francia, inaugurando así la más prolongada etapa de paz de Europa y la realidad de la UE de hoy, que no es perfecta, pero real e inmensa en posibilidades, no solo en problemas. Los estadistas francés y alemán pusieron sus respectivas voluntades políticas al servicio de la construcción de la paz.
Lo mismo hicieron Nelson Mandela y el presidente sudafricano Frederik de clerk, para salir sin violencia del régimen racista y avanzar hacia una democracia moderna y multiracial.
Obama y Raúl Castro también acaban de anunciar que decidieron iniciar ese riesgoso camino de las negociaciones político-diplomáticas, subordinando a ellas más de medio siglo de enfrentamientos, paso tan necesario en este mundo de graves desórdenes internacionales.
Todavía tengo mis dudas acerca de las negociaciones entre dos Santos y las narcoterroristas Farc, que solo podrán ser evaluadas en su real trascendencia si la reanudación de relaciones Washington-La Habana se consolida.
Muchos terribles conflictos del presente aguardan a sus estadistas que sean capaces de encontrar alternativas de paz después de décadas de guerras y conflictos bélicos, convencionales y de nuevo tipo.
JLSG
Asunción, a 11 de enero de 2015
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