domingo, 18 de noviembre de 2012

Presentación de “La conducción del Ejército Paraguayo en la guerra contra la Triple Alianza 1864-1870”, obra del Sr. Cnel. (R) Teodoro Delgado, leída por José Luis Simón G., en un acto realizado en el Salón Centenario de la UNA


El autor del libro, Cnel. (R) Teodoro Ramón Delgado, firmando un ejemplar de su obra, después de la presentación (Fuente: gentileza de www.fmazulyoro.com.py,
de la ciudad de Luque).


Nace para ponerse a disposición del criterio público, y estimularlo con su serena reflexión, esta obra, y lo hace, en el ambiente más propicio para una de su envergadura y naturaleza. Este libro adquiere su partida de nacimiento en el “Salón Centenario” de  nuestra Universidad Nacional de Asunción (UNA), el principal centro académico y de producción de conocimientos, de la Patria.

Es la UNA heroica y sabia creación de los líderes de la resurrección nacional, los de las décadas inmediatamente posteriores a la guerra del 70, quienes –todos ellos, sin excepción alguna– supieron superar sus defectos y limitaciones realizando algunas grandes obras, la principal de las cuales sin ninguna duda fue la fundación de la Universidad paraguaya, la refulgente cima del naciente sistema de educación pública, nacional y con aspiración de excelencia. Nuestra primer Universidad surgió teniendo la firme base de una escuela elemental, de en extremo humildes inicios materiales, es cierto, pero muy pronto de calidad de enseñanza en aumento sostenido, características similares a las del también señero Colegio Nacional de Asunción.

En tales templos del saber se forjaron las élites políticas, académicas y ciudadanas de la Epopeya de la Defensa del Chaco (1932-1935), que en su aspecto castrense tuvo el complemento institucional, desde 1916 o 1917, de sucesivas promociones de oficiales de nuestra primer Escuela Militar. De esta, y no se cita sino a poquísimos, salieron directa o indirectamente los Estigarribia, Franco, Bozzano, Irrazábal, Fernández, y tantos otros héroes entre héroes, que debieron de serlo para comandar un Ejército de heroicos soldados desconocidos, surgidos de todos los sectores del pueblo de la República, involucrando en la defensa de la heredad patria a representantes de la totalidad de los grupos sociales de la nación paraguaya, desde aquellos más humildes hasta los de las clases más acomodadas.

Sin ninguna duda, nuestro primer sistema público educativo brindó al Paraguay las más brillantes generaciones de académicos, políticos y científicos, entre los cuales recordamos “calamo currente”, tan solo contados nombres de un par de generaciones: Cecilio Báez, Manuel Domínguez, Blas Garay, Ignacio A. Pane, Juan León Mallorquín, Eligio y Eusebio Ayala, Justo Pastor Benítez, Juan Stefanich, e incluso la primera mujer graduada universitaria del Paraguay, la docta doctora Serafina Dávalos, ejemplar inteligencia femenina que brilló con sus propias luces en una época en que las mujeres padecían con rudeza sin igual la “capitis deminutio” máxima de la opresora cultura machista, injusticia de la que no se era consciente y que aún hoy subsiste en numerosos aspectos.

En el trascendente espacio del primer templo cívico y del conocimiento de la Patria, que es la UNA, ve la luz esta obra con el sello de la prestigiosa casa editora “Marben”, de nuestro medio, y que tenemos el honor de presentar en la noche de hoy a la ciudadanía, academia e intelectualidad del país. Lleva por título La conducción del Ejército Paraguayo en la guerra contra la Triple Alianza 1864-1870. Incluyendo croquis de campañas y batallas, referencias bibliográficas de rigor, y materiales gráficos diversos proporcionados por el Ing. Rafael Mariotti, esta obra fundamental, de más de 400 documentadas páginas, pertenece al ordenado intelecto del Señor Coronel de la Nación (R) Teodoro Ramón Delgado, de tan desvelada pluma como imparcial y justa, y a la vez que profundamente paraguaya en su noble intención y elevados valores, raigalmente humanos y, por ello, a la vez, universales.

El Sr. Cnel. es un distinguido intelectual militar compatriota, quien dedicó a este su primer libro al menos cinco años de paciente investigación bibliográfica, en perspectiva polemológica, y al interior de esta disciplina con énfasis en la ciencia y el arte de la guerra del conductor militar. De inicio debe ser aclarado que el libro, teniendo a la historia como materia prima, no es uno de historia, sino de interpretación y análisis de ella, desde los rigurosos saberes del pensamiento estratégico militar, y por ende sus páginas centran la atención en el momento de la fuerza de la nación convertida en Estado en conflicto bélico.

Tal es el objeto de conocimiento del autor. Este libro estudia la primer guerra internacional del Paraguay, con su trágica secuela de muertos, desaparecidos y heridos, de sobrevivientes horrorizados y en las peores condiciones físicas y espirituales, y de total destrucción material, resultado trágico de humanas imperfecciones, pero en demasía y extremas, del Mariscal-Presidente Francisco Solano López (1862-1870).

El autor y su obra crítica sobre el Mariscal López
El  Sr. Cnel. Delgado, es un destacado jefe de nuestro Ejército. Pertenece a la promoción 1965, Coronel José María Argaña, del Colegio Militar Mariscal Francisco Solano López, ahora Academia. Con este libro, y desde la altura de sus años, el Sr. Cnel. Delgado se inaugura a sí mismo como intelectual: incluso ya se encuentra trabajando en uno siguiente, también de reflexión sobre la historia nacional.

El autor es nieto del teniente de caballería Nicolás Delgado, uno de los héroes paraguayos de aquella guerra que concitó la atención y admiración del mundo, a raíz de las excepcionales hazañas guerreras puestas en manifiesto por nuestro pueblo, el cual, para quien presenta el libro, no tuvo un conductor a la altura de las virtudes militares tan excelsas del Ejército de la Nación Paraguaya en campaña. Es esta una de las enseñanzas principales de la obra del Sr. Cnel. Delgado.

Este libro revisionista y crítico, que debe suscitar un enriquecedor y elevado debate nacional, ofrece el primer y muy bien fundamentado estudio de que se tenga noticia, en el Paraguay y el exterior, acerca de los graves errores estratégicos y tácticos cometidos por el Mariscal López, conductor único e inapelable de nuestros Ejércitos, en la guerra que enfrentara al Paraguay con los tres de los cuatro importantes países de su contexto contiguo: Argentina, Brasil y Uruguay. El cuarto de tan importante universo subregional es Bolivia, república con la que la cuestión de límites en el Chaco paraguayo nos enfrentara, y también lamentablemente en los campos de Marte.  

Entre otras personalidades, aplaude las tesis del autor, y la sencillez tan pedagógica de este libro un destacado historiador militar británico y contemporáneo, el Sr. Adrián English, autor de varias obras de su especialidad, entre ellas una muy bien  documentada sobre la Guerra del Chaco.
El libro demuestra que el Mariscal López nunca tuvo una concepción estratégica de la guerra en la que embarcara al Paraguay desde su incontrovertible liderazgo nacional. Ni siquiera llegó a elaborar un elemental estudio del balance del poder subregional, que debía haber incluido también el potencial nacional de cada uno de los actores estatales concernidos en el gran y devastador estallido bélico, que ensangrentara al mundo desde la Cuenca del Plata.

El pensamiento y la planeación estratégicas, siempre deben tener en cuenta a la historia, para serlos en verdad, y nunca jamás olvidar a la geografía, si de marchar a la guerra se trata en defensa de los valores fundamentales e intereses nacionales principales, definidos previamente. Las órdenes de operaciones bélicas emanadas del Mariscal López (quien no tuvo tan siquiera un “plan de guerra” pensado y en reelaboración interminable), entre tantas ausencias no registran el dato crucial de la mediterraneidad paraguaya, lo que le volvía un país fácilmente “bloqueable”.  

Así lo evidenciaron las en extremo temerarias acciones del asalto a la flota aliada en Riachuelo, ordenadas por López, que terminaran tan trágicamente para el Paraguay, desarrolladas entre el 11 y el 13 de junio de 1865, y nada menos que con la funesta destrucción de la improvisada armada paraguaya.

El autor de esta presentación del libro del Sr. Cnel. Delgado sostiene que el bloqueo, como posibilidad punitiva en perjuicio del interés nacional  sigue siendo una amenaza hoy, como lo evidencia la agresión “lugo-bolivariana” en contra del Paraguay, la de la locura del engendro de “Ushuaia II” (Montevideo, diciembre de 2011), y las repercusiones intervencionistas subregionales, rechazadas por el pueblo y las autoridades, a raíz del juicio político constitucional, legal y legítimo, que destituyera al impresentable y “boliviariano” presidente Fernando Lugo, el 22 de junio último, el peor de los mandatarios del Paraguay después de 1989.  

Un verdadero parteaguas en la historiografía
El libro que ahora se integra al caudal de la rica bibliografía sobre la realidad nacional habrá de convertirse en un verdadero parteaguas  en la historiografía del primero de los dos conflictos bélicos internacionales que tuvo la Patria paraguaya,  el de inicios de la segunda mitad del XIX, para quien esto firma “la guerra del Paraguay sometido a López contra sus vecinos”, que diera origen a la Triple Alianza. Es el primer estudio en su género, el libro del Sr. Cnel. Delgado, entre las numerosísimas publicaciones especializadas y dedicadas a tan trágico proceso histórico, de terribles consecuencias para la Patria paraguaya.

Ha mucho tiempo que hacía falta una obra serenamente crítica como la que hoy llega a nuestras manos, acerca de esa breve y tan trágica etapa de la vida del Paraguay, en la que el pueblo paraguayo (Ejército en campaña y población toda, porque fue el único caso de una guerra total y de exterminio en el continente, la que por suerte no tuvo otros ejemplos) diera muestras de una valentía extraordinaria, reconocida así por sus enemigos de entonces.

Estas páginas que hoy llegan al público obligarán a reescribir la historia nacional, porque el libro del Sr. Cnel. Delgado no se limita a repetir, bien o mal lo que otros dijeron, sino que aporta la novedad del conocimiento verdadero, que siempre es doloroso acercarse a él, pero sin el cual una nación, presa de los mitos de su pasado, desde el presente pierde la posibilidad de construir su futuro sin los errores del ayer.

Este importante estudio explica con sólidos argumentos que la guerra debió y pudo ser evitada, como antes lo había puesto en evidencia la sabiduría modernizadora del autoritario jefe de Estado y de gobierno que fuera don Carlos Antonio López (1841-1862), gracias a su diplomacia, inicialmente la del segundo consulado que por breve tiempo compartiera con don Mariano Roque Alonso, y, enseguida después, la presidencial y unipersonal (1843-1862).

Las políticas públicas externas de López padre estuvieron  orientadas siempre por un pragmatismo responsable y realista. Fue puesta en práctica con una destacable prudencia, la que siempre guiara a don Carlos, inclaudicable y eficaz defensor de las soberanía e independencia de la República del Paraguay. Incluso el “Ser-sin-exemplar”, el temible doctor Francia (1814-1840), en más de una ocasión evitó el camino de la guerra, porque si bien carecía del mínimo de formación militar, sabía que es de inteligentes no librarla y rechazar su sangriento desafío cuando el momento, la decisión, el terreno y las armas son las del enemigo.

En su lecho de muerte, don Carlos recomendó de manera especial a quien sería el sucesor dinástico, su primogénito Francisco Solano López, que los conflictos de límites con los países vecinos no intentara solucionarlos con la espada sino con la pluma. Lamentablemente para el Paraguay, Carlos Antonio López no fue escuchado por el joven presidente paraguayo Francisco Solano López, antes ávido de gloria que de prudencia y sabiduría, y su líder indiscutido de la Patria, al menos hasta la caída de la fortaleza de Humaitá, comandada por el heroico coronel Francisco Martínez.

Ese héroe nacional, al cabo de un asedio inmisericorde, de semanas de ataques sostenidos de las fuerzas aliadas, siendo ya imposible que recibiera auxilios del Mariscal López en retirada, en el marco del código de honor de un jefe militar, y cuando ya era criminal continuar combatiendo, negoció la rendición de la plaza, que se concretó el 5 de agosto de 1868.

El inmarcesible heroísmo del soldado paraguayo y de su jefe en Humaitá fue reconocido y honrado por reverentes y admirados enemigos, no así por el Mariscal López, quien declaró “traidor a la patria” al coronel Martínez, un gran comandante entre inmensos soldados, y como consecuencia de lo cual su esposa, la Señora Juliana Insfrán de Martínez, el heroísmo y la virtud hechas mujer paraguaya, en nuestras líneas fue encarcelada, torturada e incluso ultrajada, para finalmente morir fusilada el 25 de diciembre de 1868, en Itá Ybaté, y sin que el encumbrado verdugo jamás lograra que sus esbirros lograran que repudiase a su tan digno cuan patriota marido, el ejemplar ciudadano-soldado que fuera el Cnel. Martínez.

“Mutatis mutandis” (o cambiándose lo que se deba) Humaitá fue en la “Guerra Grande” para los aliados, lo que la caída de la fortificación boliviana de Boquerón (29 de setiembre de 1932) para las tropas paraguayas, vencedoras en esa también épica jornada guerrera de nuestra historia.

Dos importantes conclusiones
El libro tiene dos grandes conclusiones. La primera es que el pueblo paraguayo acompañó con un heroísmo que carece de parangón en la historia mundial de las guerras, y más allá de toda esperanza, a quien era su “único” líder, el Mariscal López. Esto es algo que está siendo estudiado por quien les habla, en algunas de sus propias obras, en especial en dos de ellas próximas a aparecer, y lo hace desde el punto de vista sociológico, recurriendo para tal efecto a un concepto de Emilio Durkheim, el de la “solidaridad mecánica”, entre varios aportes más de las ciencias sociales contemporáneas.

¡En aquella tan trágica etapa nuestro pueblo demostró que la identidad nacional paraguaya no era una invención de los libros, sino una realidad histórica, que, más que nunca hoy, debe ser preservada y cultivada, sin jamás caer en el chovinismo, la enfermedad del extremo y agresivo nacionalismo!

La segunda conclusión es que la guerra es algo demasiado serio para lanzarse a ella olvidando, o lo que es peor, desconociendo por completo, la ciencia y el arte que son el resultado de miles de años de la historia bélica universal.

“Si quieres la paz, prepárate para la guerra”, reza la sabia sentencia, pero, y se agrega, la preparación debe ser en serio, respetando las normas de la ciencia y la riqueza de su arte, y se tiene que llegar a ese tan trágico momento en la vida de los pueblos, que es el conflicto bélico, solo después de haber agotado hasta la última esperanza de la solución pacífica de los conflictos en el marco del derecho internacional y de la diplomacia.

La ley y la negociación, por cierto, jamás deben ser olvidadas durante el desarrollo mismo de la crisis bélica, si no hubo más remedio que lanzarse a ella porque ya no era posible evadir a la mitológica Minerva, la deidad romana de la guerra, cuando no está en su faz de diosa de la inteligencia y las artes, sino en el espantoso rol de devoradora de seres humanos y de depredadora extrema de sus bienes, inmateriales y materiales.

Este libro tiene, además, un valor principal explicitado por el autor en su introducción. Es el de buscar la verdad en la historia, porque solo ella nos hace libres y responsables, y por ende mejores ciudadanos de la Patria, que es la manera principal que tenemos los nativos de cualquier pedazo habitado del planeta si de colaborar con la humanidad toda se trata. Ya es hora que el pueblo paraguayo, heroico soldado en dos guerras internacionales se convierta hoy en uno de ciudadanía plena, que no puede sino ser el de hombres y mujeres ilustrados (Immanuel Kant, 1724-1804), con deberes y derechos respetados y ejercidos como lo estatuye la Constitución Nacional.

La hecatombe que culmina en 1870, las más de las veces ha sido apenas abordada desde la hagiografía, y del vituperio o la detracción, salvo en muy contadas y brillantes excepciones entre tantos lamentables ejemplos de publicaciones dedicadas al culto a la personalidad, al actor único y sobrehumano en la historia, o a su execración de acuerdo con las reglas propias del maniqueísmo imperante en la tradición histórica que aún hoy predomina entre nosotros, en lo cultural y político, y que es la autoritaria.

Esta primera obra en su género, escrita por un compatriota, única entre tanta producción tan rica que le dedicaran al tema grandes intelectuales y académicos locales y extranjeros, sin duda abrirá el fecundo cauce para nuevas y más rigurosas investigaciones sobre los luctuosos acontecimientos padecidos entre 1864 y 1870, de tantas repercusiones históricas en nuestra Patria y su contexto contiguo.

Por tanto, esta obra tendrá importante resonancia académica y científica y cívica, aquí y también en el exterior, y habrá de contribuir a oxigenar, y de manera enriquecedora, con el aire límpido y reconfortante del pensamiento crítico, los estudios históricos sobre la nación paraguaya, que empieza a constituirse como tal al menos dos siglos antes de su singladura republicana iniciada a partir del 14 y 15 de mayo de 1811, acontecimiento histórico este preñado de futuridad y que ubicara al Paraguay en el tiempo histórico político de la época, por propia decisión de nuestros mayores.

Un libro sobre tiempos nublados y para el presente
Seamos dignos herederos de ellos, en estos tiempos nublados para la Patria paraguaya, sometida hoy  a muy difíciles pruebas debido al intervencionismo más abyecto en nuestros asuntos internos, de parte de proyectos políticos e ideológicos neototalitarios “bolivarianos”, que cuentan con  la complicidad de personas nacidas en esta nuestra tierra, y que por ello han roto sus vínculos filiales con la Patria paraguaya.

La lectura de este libro nos ayudará en tales empeños de patriótico humanismo, pues nos enseña que, para triunfar en los desafíos históricos del presente, el valor más excelso de todo un pueblo requiere de las luces de la sabiduría de sus líderes, quienes si lo son realmente no pueden sino ser auténticos servidores públicos. Estos dirigentes, deben saber que, como dijera alguna vez el gran estadista que fuera el presidente Eusebio Ayala (1932-1936), hasta los pacifistas más convencidos como él a veces no tienen más remedio que empuñar las armas en defensa de la Patria y de la humanidad, y, por tanto, ese terrible paso debe ser dado con absoluta responsabilidad.

Parabienes y agradecimientos se le desea Sr. Cnel. de la Nación (R), Teodoro Ramón Delgado, destacado polemólogo, quien hoy comparte públicamente, con el Paraguay y el mundo, el resultado de su amor tan intenso a la Patria y la Humanidad.

JLSG
Asunción, a domingo 18 de noviembre de 2012
Código del artículo: 8UJL




Nota: Este texto es una versión corregida de la presentación del libro del Sr. Cnel. Teodoro Delgado, compartida con el público en la noche del jueves 15 de noviembre de 2012, en el “Salón Centenario” del Rectorado de la UNA, sede Avda. España de nuestra ciudad.

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