Escribe José Luis Simón G.
Hospital Central Dr. Emilio Cubas, del Instituto de Previsión Social en Asunción (Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Instituto_de_Previsión_Social_Paraguay).
“El IPS inició la semana pasada un juicio ejecutivo contra el Estado paraguayo, para el cobro de una deuda que supera los US$ 200 millones, tanto por el aporte del 1,5% (nunca realizado) desde la creación del ente previsional (hace 69 años), así como por obligaciones en concepto de aporte obrero-patronal, vinculado al Ministerio de Educación y Cultura (MEC)”.
¡Bien por el IPS! Es hora de que el “Estado” del Paraguay no solamente nos exija y sí de que dé el ejemplo de cumplir de manera ejemplar sus obligaciones constitucionales, tributarias, las normas de seguridad social y de salud, y todas las derivadas de las leyes en general. Este Estado tan peculiar que es el nuestro, además, no a todos exige la adecuación a la ley con la misma intensidad, pues no pocas veces lo hace saña, incluso, cuando se trata de comunes mortales y no de empingorotadas personas, vinculadas siempre a los poderosos de turno.
Como esta es la regla y no la excepción, desde la concepción del Estado como un espacio jurídico y político constitucionalmente definido por la teoría del Estado de derecho democrático, en término de derechos-deberes y de obligaciones y garantías en general, el nuestro, hablando estrictamente, es apenas “aparato de Estado”.
Incluso, y es algo muy peligroso, se puede decir que este último apenas es “aparato” porque lo integran poderes “fácticos” del Estado, y en numerosas e importantes situaciones esa “facticidad” del funcionamiento de lo estatal-paraguayo también se traslada hasta los órganos constitucionales extra-poderes, y se expande por la administración central y entes públicos centralizados y descentralizados como una pandemia, que es uno de los tentáculos del “estado de corrupción” (Mariano Grondona “dixit”).
¡Debido a ello no vivimos bajo las garantías y obligaciones de un Estado de derecho democrático, sino de uno con poderes “fácticos” en lo Judicial, Legislativo y Ejecutivo!
La decisión de las autoridades del IPS debe ser respaldada por la ciudadanía, pero a condición de que evite lo de “condición necesaria pero no suficiente”. El IPS, junto con demandar al aparato paraguayo de Estado, por violar impunemente garantías constitucionales y leyes sociales, en este caso, también debe autoaplicarse el mismo rasero del cumplimiento estricto de la Ley Suprema y demás normativas, las derivadas por sus funciones y finalidades estatutarias y las de orden general. Por ejemplo, debe mejorar radicalmente la prestación de servicios a sus dueños, que somos nosotros, el pueblo soberano, y administrar con la honestidad de un Eligio Ayala nuestros recursos, los dinerarios y los de toda índole.
En otras palabras: ¡cuidado IPS con quedarse en ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio!
¡Bien por el IPS! Es hora de que el “Estado” del Paraguay no solamente nos exija y sí de que dé el ejemplo de cumplir de manera ejemplar sus obligaciones constitucionales, tributarias, las normas de seguridad social y de salud, y todas las derivadas de las leyes en general. Este Estado tan peculiar que es el nuestro, además, no a todos exige la adecuación a la ley con la misma intensidad, pues no pocas veces lo hace saña, incluso, cuando se trata de comunes mortales y no de empingorotadas personas, vinculadas siempre a los poderosos de turno.
Como esta es la regla y no la excepción, desde la concepción del Estado como un espacio jurídico y político constitucionalmente definido por la teoría del Estado de derecho democrático, en término de derechos-deberes y de obligaciones y garantías en general, el nuestro, hablando estrictamente, es apenas “aparato de Estado”.
Incluso, y es algo muy peligroso, se puede decir que este último apenas es “aparato” porque lo integran poderes “fácticos” del Estado, y en numerosas e importantes situaciones esa “facticidad” del funcionamiento de lo estatal-paraguayo también se traslada hasta los órganos constitucionales extra-poderes, y se expande por la administración central y entes públicos centralizados y descentralizados como una pandemia, que es uno de los tentáculos del “estado de corrupción” (Mariano Grondona “dixit”).
¡Debido a ello no vivimos bajo las garantías y obligaciones de un Estado de derecho democrático, sino de uno con poderes “fácticos” en lo Judicial, Legislativo y Ejecutivo!
La decisión de las autoridades del IPS debe ser respaldada por la ciudadanía, pero a condición de que evite lo de “condición necesaria pero no suficiente”. El IPS, junto con demandar al aparato paraguayo de Estado, por violar impunemente garantías constitucionales y leyes sociales, en este caso, también debe autoaplicarse el mismo rasero del cumplimiento estricto de la Ley Suprema y demás normativas, las derivadas por sus funciones y finalidades estatutarias y las de orden general. Por ejemplo, debe mejorar radicalmente la prestación de servicios a sus dueños, que somos nosotros, el pueblo soberano, y administrar con la honestidad de un Eligio Ayala nuestros recursos, los dinerarios y los de toda índole.
En otras palabras: ¡cuidado IPS con quedarse en ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio!
JLSG
Asunción, a domingo 18 de noviembre de 2016
Código del artículo: ERF5
Enlace:
http://www.abc.com.py/edicion-impresa/economia/el-ips-demanda-al-estado-por-una-deuda-superior-a-us-200-millones-479038.html
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