miércoles, 27 de junio de 2012

EL INTERÉS NACIONAL EXIGE QUE EL PARAGUAY SE RETIRE AHORA MISMO DEL CHÁVEZ-MERC-UNASUR-ALBA-CELAC Y QUE DEMOS LA BATALLA DIPLOMÁTICA POR NUESTRA SOBERANÍA EN EL SISTEMA INTERAMERICANO (OEA), QUE ES LA LUCHA POR EL ESTADO DE DERECHO DEMOCRÁTICO Y LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, PARA DERROTAR AL “BOLIVARIANISMO” TOTALITARIO.

(Ciudadano-Soldado de la Patria Paraguaya)

El presidente constitucional Federico Franco y su ministro de Relaciones Exteriores, José Félix Fernández E., tienen la obligación patriótica, y la excepcional oportunidad de recuperar la dignidad nacional, al inicio mismo de esta nueva administración de gobierno (Fuente: Foto “prestada” de Infobae-Edición Argentina).
Una persona, y ni qué decir, una nación como la nuestra, no pueden obligar a otras personas y naciones a que las respeten. Pero bajo ningún punto de vista, un ser humano, si lo es, y una nación como la de la Patria Paraguaya, nuestro Paraguay, no pueden permitir a nadie que alguien ose faltarles el respeto. Este solo puede resultar de la incuestionable condición del ser respetable, la que no debe limitarse a su mera proclamación, pues exige ejecutoriarse por medio de una muy estricta coherencia entre el pensar, el decir y el hacer. A todo lo largo de la historia patria, nuestros mayores siguieron esa conducta, y en este momento no podemos tirar por la borda esa tradición de dignidad insobornable, sobre todo en las muy difíciles coyunturas internacionales por las que atravesara en dos siglos la República del Paraguay. Por eso sobrevivimos incluso a los propios errores, que no fueron escasos.

Violando la normativa del Mercosur (originada en el prostituido Tratado de Asunción y protocolos posteriores), y pisoteando la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, al Paraguay le acaba de ser negado su legal y legítimo derecho a participar en la “cumbre presidencial de Mendoza”, por orden del dictador venezolano Hugo Chávez. Este ha contaminado al “mercado común del sur” con sus delirios de “narciso-leninismo”, como muy bien calificara –al monstruo y su patología– el periodista hemisférico Andrés Oppenheimer. ¿Vamos a padecer la pena, y además la humillación, mansamente?

El canciller Fernández E. está muy equivocado si cree que con las bestias totalitarias se puede llegar a algún arreglo, sobre la base de ceder, de “portarse bien”, de no agravar la crisis, como si este fuese posible. Es lo que trágicamente hiciera en su época el primer ministro británico Neville Chamberlain, entre 1937 y 1940, cuando cada vez que cedía ante los desbordes militaristas expansionistas del totalitario Führer Adolfo Hitler, para no provocar la II Guerra Mundial, lo único que hizo fue alentarle en esa dirección al líder nacionalsocialista. Para este, la diplomacia británica era cobardía. Más allá de las intenciones del político británico, su resultado fue la tragedia de la diplomacia chamberlainesca –decir chaplinesca constituiría un elogio– que terminó incendiando el mundo.

La República del Paraguay nada tiene que hacer en las bolivarianas organizaciones de fachada como UnasurAlbaCelac y otras emanaciones chavistas ante las cuales se posternaran no solo Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, sino también Brasil, Chile, Perú, las democracias vergonzantes del área. Tal como está hoy el Mercosur, no merece que la República del Paraguay siga avalando sus inequidades y muy crudas políticas de poder, además altamente ideologizadas, en el peor sentido, y como resultado el ideal plasmado en el Tratado de Asunción hoy no significa nada para nuestros pueblos. ¡Demos una lección de dignidad y de diplomacia activa y contundente y veremos que el Mercosur sin el Paraguay dejó de ser la “marca” esperanzadora de sus inicios para convertirse en la negación de la integración de nuestros pueblos, economías y Estados!


JLSG
Asunción, 27 de junio de 200
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