Escribe José Luis Simón G.
(Memorándum Número
1)
La totalidad de la energía
generada por Itaipú no será suficiente para
iluminar el Palacio de López, a los demás
poderes del Estado, y a
la sociedad paraguaya, de manera tal a generar una
verdadera
“perestroika” (reestructuración) y “glasnot” (transparencia) que
nos
encaminen a un real Edd y a una sociedad abierta
A Cartes se lo
vincula con el narcotráfico. De Alegre se dice que manejó el MOPC sin la menor
transparencia, y su administración ahora es “investigada”. El candidato del
neototalitarismo marxista, Carrillo Iramain, nunca estuvo en la administración
pública y tiene perfil de profesional honrado: pero es la continuidad del
régimen de Lugo, que dejó muchos nuevos ricos en apenas cuatro años de
desgobierno. Ferreiro, el de ¿Avanza Paraguay? tiene a Camilo Soares en el
número tres de sus candidatos a senadores, y el número uno es Adolfo Ferreiro,
jefe jurídico de Petropar hasta hace poco, ente público desde su creación, y
hasta ahora, sinónimo de escándalos. El recientemente fallecido Lino Oviedo no
hizo su fortuna al estilo de “la ética calvinista y el espíritu del
capitalismo” (Max Weber). Y el tan recio-recto Carrizosa, pertenece a una acaudalada
familia tradicional de empresarios, que amplió su fortuna formando parte de la
burguesía que realizaba negocios con el aparato de Estado corrupto del dictador
Alfredo Stroessner. Y si vamos a hablar del empresariado y de la prensa, entre
sus principales exponentes de hoy también sobresalen quienes hacían lo
mismo.
El
Estado de derecho democrático (Edd), en sentido estricto el espacio
jurídico-político de la sociedad abierta, regido por una Constitución legal y
legítima, que es la de 1992 (y a la peor de todas las que tuvimos en la
historia nacional, excepto en la parte de los derechos, libertades y garantías
fundamentales), no existe todavía en el Paraguay. Incluso diría que en el
imaginario colectivo ha dejado de ser una aspiración auténticamente entendida.
Los partidos tradicionales y decimonónicos (colorado y liberales), otros ya de
la segunda mitad del siglo XX (como los febreristas y democristianos, e incluso
los colorados democráticos disidentes), con sus prácticas predominantemente
politiqueras terminaron pervirtiendo lo que se llamó “transición a la
democracia” (1989 en adelante), desfigurada en una democracia de cada vez más
baja calidad y contenido. Organizaciones finiseculares como el “Encuentro
Nacional” y después “Patria Querida”, y otros micropartidos desde la
socialdemocracia hacia la izquierda marxista, comunista y en algunos casos
terrorista, tampoco contribuyeron a expandir, profundizar y consolidar una
nueva institucionalidad del tipo Edd. Con la aparición del lugo-bolivarianismo
corrimos el serio peligro de terminar convertidos en un satélite del Caracas
“socialista siglo XXI”, a su vez dependiente de los genocidas y totalitarios
hermanos Castro de La Habana. Ahora, camino a las urnas, el desgobierno actual
se empeña en continuar practicando los viejos vicios de nuestra politiquería
tradicional. Ni los autodenominados “revolucionarios” se salvan de ella…
¿Cómo
entender esto? En lo que sigue, y de ahora en adelante, resumiremos la “parte
segunda” (titulada: “Riesgos para la consolidacion democrática: sociedad sin
ética, estado de corrupción, narcotráfico y los riesgos de una cleptocracia”)
de un libro que nunca encontró editor en el Paraguay, y que solo fue publicada
fragmentariamente, en suplementos periodísticos o en algunas de las escasas
publicaciones académicas y científico sociales de nuestro medio. Al finalizar
la serie, si todavía no han sido publicados por la “gran prensa” local, algunos
documentos fundamentales para conocer el quien es quien de varios candidatos,
lo haremos desde este humilde “blog”. Y si son publicados, también los
difundiremos nosotros, porque un principio elemental de la más primitiva
democracia es que debemos conocer a quienes van a ser nuestros “mandatarios”,
es decir los servidores públicos electos de la sociedad nacional.
En la “introducción” de la mencionada “segunda
parte” del libro inédito se intenta una aproximación inicial al peligro que
plantea para la consolidación democrática en el Paraguay el estado de corrupción (la expresión
pertene a Mariano Grondona), que fue gestado y cristalizado bajo el
autoritarismo stroessnerista (1954-1989), y que todavía no ha empezado a ser
removido en serio a partir de la transición desde
arriba que se inició con el golpe militar de 1989. En especial se pone
énfasis en considerar la corrupción del narcotráfico, aunque en nuestro
análisis y en nuestro enfoque no nos circunscribirmos exclusivamente a ese
problema que sigue estando en el tope de la agenda internacional. Si en el
Paraguay no nos ocupamos en serio de las amenazas que se derivan de la
corrupción estructural que corroe a las instituciones estatales y a la misma
sociedad, se sostiene aquí, el Paraguay puede convertirse en una cleptocracia del Mercosur. Después
inventaríamos el término “clepto-narcocracia”.
(Todo esto fue escrito e investigado aquí en
Paraguay, la región, el hemisferio y el mundo, desde el regreso del autor a la
patria, después de su último y más prolongado exilio, en 1984 y hasta inicios
del siglo XXI. Al final se ofrece un enlace de una obra colectiva, editada por
una muy importante universidad norteamericana, en la que aparece uno de los
primeros estudios de esta naturaleza, investigados y escritos por el autor).
Desde luego: no se sostiene, ni siquiera se insinúa,
que el problema de la corrupción (incluyendo la transnacionalizada del narcotráfico)
constituya un patrimonio exclusivo de los paraguayos. Pero, subregionalmente
hablando, no existe otro país en las condiciones nuestras, bajo ese aspecto, y
es importante que tomemos nota de ello. El de la corrupción, se trata, sin
duda, de un fenómeno que tiene ramificaciones y ejemplos mundiales. Pero en la
realidad nacional carecemos casi por completo del antídoto de la Justicia para
enfrentar el desafío como sociedad civilizada.
Teniendo tal perspectiva nos pareció lógico
iniciar esta sección del trabajo con una pincelada (capítulo segundo) sobre las
transformaciones mundiales de este fin de siglo. Le sigue un capítulo, el
tercero, dedicado a consideraciones generales sobre democracia y sociedad
civil. En el capítulo cuarto se ofrece al lector una serie de consideraciones
acerca de los procesos latinoamericanos de transición y consolidación
democráticos de los años ochenta y de los ya transcurridos de los noventa: con
ello se pretende advertir que de por sí (sin corrupción y sin narcotráfico) son
preocupantes los desafíos a enfrentar para estabilizar nuestras democracias en
la región.
A tales dificultades, específicamente
políticas y socio-económicas, para no entrar en detalles, se suma la nueva
ingobernabilidad, que es el tema desarrollado en el capítulo quinto. Pero como
se trata de ubicar nuestro objeto de estudio en la realidad nacional, resumimos
muy brevemente nuestra visión de la transición paraguaya (expuesta con amplitud
en un capítulo de la parte primera) y sobre la fase actual de consolidación
democrática: en otras palabras, ofrecemos el marco general de la posibilidad y
límites específicamente político-institucionales del camino paraguayo a la democracia,
que se desarrolla en el capítulo sexto, conectado a su vez con el siguiente (el
séptimo), en el cual el contenido se dedica de manera específica a reflexiones en relación con las
características de una sociedad sin ética y un estado de corrupción, antesala tal vez de una cleptocracia. El siguiente capítulo, el octavo y penúltimo, es el
de las conclusiones. Las notas y referencias bibliográficas están al final de
esta segunda parte (capítulo noveno).
En razón del tiempo que falta para llegar al compromiso
electoralista de abril, después de este memorándum, iremos directamente al
capítulo séptimo.
JLSG
Enlace:
https://dl.dropbox.com/u/98415291/Drug%20Trafficking%20in%20the%20America%2C%20Bruce%20M.%20Bagley%20and%20William%20O.%20Walker%20III.pdf
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