lunes, 25 de marzo de 2013

Esta entrega, y más todavía en plena etapa final de nuestro inicialmente accidentado proceso apenas electoralista, y no auténticamente electoral, pretende estimular la meditación acerca de la pastoral y cívicamente peligrosa intromisión de prelados católicos (en este caso) en la política partidaria y contingente. Ella sobrevive con fuerza en la ruin práctica politiquera, sobre todo en la de un tal monseñor Mario Melanio Medina (mMMM), supuesto obispo “rojo” de Misiones, pero en verdad un gran oligarca inclinado a burgueses y escandalosos placeres. La prueba está en que también contaminó al obispo Rogelio Livieres de Ciudad del Este, en las antípodas teológico-ideológicas de aquél, pues este pertenece a la local, conservadora y Pontificia Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, conducta que debe ser condenada y rechazada, al igual que la de mMMM, por toda la ciudadanía (fieles, creyentes y no creyente), al constituirse ambas en vergonzosas cuan graves acciones abusivas y desorientaciones de tales prelados (y no son los únicos), supuestamente pastorales y en realidad atropellos a la vez de la Constitución Nacional y del Derecho Canónico y de las ordenanzas teológicas del Vaticano. ¡A quienes les vaya el sayo, que se lo pongan, ya que desde hace tiempo olvidaron las sotanas y no apenas metafóricamente hablando!


Escribe José Luis Simón G.
El obispo de Ciudad del Este, monseñor Rogelio Livieres Plano
 (Opus Dei), al igual que un supuesto prelado “rojo” del Paraguay, 
el tal mMMM, gran burgués y de disipada vida privada, coinciden
 en salirse de los  templos para incurrir en los perniciosos vicios 
de la politiquería local (Fuente: Noticiero Alto Paraná).


La oportunista y politiquera, tanto como inconstitucional candidatura presidencial de Fernando Lugo, y su triunfo electoralista de 2008, abrió las amplias puertas del infierno, en este caso las de la peligrosísima simbiosis entre religión y poder temporal, en el convulsionado Paraguay del presente.

Fueron organizaciones partidocráticas, en especial los predominantes restos deteriorados y no modernizados ni democratizados del liberalismo histórico paraguayo, de inconsecuente tradición civilista y laica, y también la ambiciosa, peculiar, microscópica y fundamentalista “izquierda” paraguaya los sectores responsables de  estimular a Lugo a dar tan peligroso salto al vacío, arrastrando a parte considerable del país detrás suyo, lo que coincidiera regionalmente con el auge del totalitario castro-bolivarianismo, de graves consecuencias para el Paraguay aún. Los costos de esta irresponsable ingeniería politiquera están a la vista.

La misma Iglesia católica paraguaya fue, en parte cobarde en denunciar tal esperpento oportunista, y en parte feliz cómplice de lanzarse a saborear las “Delicias de Capua” de la corrupción del poder. En tanto, los “lobos” (“L’Osservatore Romano”) de la Curia del Vaticano, depredadores de la Iglesia católica en sus cimientos, se encontraban en lo suyo, aprovechándose de la debilidad (hasta ese momento) del papa Benedicto XVI, quien a raíz de ello conmocionaría al mundo con su evangélica renuncia al trono de Pedro, que hasta ahora ha tenido un efecto positivo en la elección de su sucesor, el papa Francisco, quien apenas llegado al Vaticano ya empezó –a su manera– a exorcizarlo.

Una vez que aquella bola de nieve empezó a rodar ladera debajo de la historia, se  fue agrandando y arrasando todo a su paso. Es lo que siempre ocurre con la tan peligrosa y fundamentalista intrusión de la religión, cualquiera ella sea, en la política contingente. Hace muy poco, en la doble condición que ostenta el perpetrador de estas líneas, la de ciudadano y católico, le llamamos severamente la atención a un tal monseñor Mario Melanio Medina (mMMM), de costumbres disolutas de vida y de abierta afiliación al lugo-bolivarianista, pues una vez más, entre sus tantos “pecados” públicos cometió el doble (cívico y pastoral) de haberse inmiscuido en la política partidaria local, convocando a votar por algunos y rechazando a otros.

En esa oportunidad, y antes y después también, el tal mMMM, supuesto “obispo rojo” y en realidad todo un oligarca-burgués, abiertamente predicó desde el púlpito el voto de la feligresía para los proyectos politiqueros “Paraguay Alegre” o los candidatos de algo que se denomina “Frente Guasú”. Repetimos lo de entonces: “¡Cállese Medina, pues Ud. no debe involucrarse en la política y ni siquiera en la politiquería partidocrática!”. Y ahora agregamos, tampoco si cuenta con la “bendición” de su amigo tan extraviado como Ud. en estas y otras cuestiones, Alcibiades González Del Valle, contaminado él también de la soberbia de su rol en la prensa poder fáctico, tan diferente a la de sus años de aguerrido periodista y combatiente por las libertades fundamentales de pensamiento y de su expresión, lo que le hiciera padecer etapas de muy crueles represión autoritaria.

LIVIERES POLITIQUERO
Ahora, el réprobo continuador de esa tan peligrosa tendencia histórica, que muchísimos males trajera a la humanidad, y que empezara a corregirse desde la trascendental Paz de Westfalia (ver más abajo), es el prelado de Ciudad del Este, el obispo Rogelio Livieres Plano, que pertenece a las huestes conservadoras teológicamente (reaccionarias para muchos) del “Opus Dei”. El también merece nuestra reprobación de ciudadano y católico, por lo que dijo:

“Según el Monseñor Livieres, ‘en la izquierda todos son partidarios del matrimonio homosexual. En la agenda de los liberales no está, pero son bastante flojos y claudican ante grupos de presión. El partido colorado es el único que se opone a eso firmemente’. Dijo que le consta que en Ciudad del Este, se sigue enseñando en algunos colegios nacionales esa orientación sexual homosexual. ‘Los candidatos de la izquierda son nocivos, yerran respecto a la educación sexual, la constitución de la familia’. 

‘Dijo además que estuvo encantado de que Lugo se haya ido y que van a tardar años (los obispos católicos) en recuperar la credibilidad después de Lugo. Todo esto en una entrevista en el programa ‘Debate Final’, del Canal Cristal”.

La versión entrecomillada de tales declaraciones del Obispo de Ciudad del Este, las tomamos de un nuevo sitio (al menos para quien esto escribe) al que se accede por medio de su enlace en la red: http://ww.facebook.com/pages/Noticiero-Alto-Parana/231332563567740?ref=stream.

Monseñor Livieres tiene todo el derecho del mundo de predicar y practicar la nefasta doctrina de poder fáctico de la convulsionada Iglesia católica, por las prácticas corruptas de la Curia romana en materia financiera, de protección a los pederastas consagrados y por haberse alejado en su modo de vida tan lujo-jurioso de la que fuera Iglesia de Cristo, lo que generó la ejemplar renuncia de Benedicto XVI y la esperanzadora elección del papa Francisco. Pero al obrar así, correrá siempre el riesgo de muchos, bajo ningún aspecto, le admitimos que tenga potestad y jurisdicción para intervenir en la política contingente, politiquería, en realidad.

Con sus imprudentes declaraciones, al incursionar en el terreno de la luchas por el poder político, que nos corresponde exclusivamente a los ciudadanos, bajo la forma del sufragio y de actividades cívicas no proselitistas, en este caso incluyéndole a él, en su condición de persona portadora de derechos cívicos, que no se la negamos, y al diferenciar politiqueramente entre “buenos” y “malos”, su reloj histórico atrasa siglos, retrocediendo hasta la época del fundamentalismo tan sangrientamente peligroso de la simbiosis entre poder espiritual y terrenal. Inteligente como es, y bien preparado teológicamente, monseñor Livieres no solo no ha escuchado la doctrina de los últimos papas, sino que además “olvidó” el progreso humano que significó la Paz de Westfalia (1648), histórico acontecimiento, en el sentido sobre todo del nacimiento del Estado laico, bajo su forma del moderno absolutismo.

También cuestiono sus declaraciones sobre el apóstata Lugo y peor presidente, porque cuando tuvo que hablar claro, monseñor Livieres, antes de 2008, nunca lo hizo y fue uno más de tantos cómplices por omisión culposa que tuvo el apóstata obispo politiquero e irresponsable presidente, en grado sumo, que con politiqueros de todos los colores y angurrias llegó a Palacio de López, con las consecuencias conocidas por todos. Recién al final de la fase Lugo, cuando sus esbirros en la Iglesia empezaron a atacar a Livieres, hacia 2011, entonces el obispo de Ciudad del Este decidió decir lo que antes cobardemente había callado, como todos los obispos de la CEP.

ESTUDIAR, DIALOGAR Y DEBATIR
En lo personal no estoy a favor del matrimonio homosexual, sino de la unión civil de parejas del mismo sexo, y tampoco acepto la posibilidad de la adopción de niños por tales uniones, y mucho menos la concepción de “sus hijos” por los procedimientos de vientres alquilados. Pero, también confieso, son todos temas estos sobre los cuales es necesario informarse mejor, debatir serenamente en todos sus aspectos, y esperar de nosotros y nuestros pastores reflexiones sabias, en lo humano y teológico, para llegar a decisiones trascendentales.

Tampoco estoy de acuerdo en que desde el Estado se “oriente” la educación sexual de nuestros niños, condicionando en una sola dirección la información y valores que recibirán en las escuelas y colegios. Y sin negarle derecho a las Iglesias de tener sus propios sistemas educativos, al interior de la Constitución y leyes nacionales, soy partidario de la educación laica que respete una de las libertades fundamentales del ser humano, la de su derecho a profesar con todas las garantías la religión de sus creencias religiosas y espirituales propias.

No admito la discriminación hacia las parejas y personas homosexuales, como tampoco acepto la discriminación que con sus organizaciones y poderío creciente ejercen sobre quienes somos heterosexuales. Pido el diálogo y ningún tipo de “guerra santa”, ni de parte de las religiones monoteístas, empezando por la que profeso, y tampoco la indoctrinación y “guerrerismo” de los colectivos gay, lesbo, transexuales, etc.

La condición humana nos impone la urgencia de un diálogo sensato y ninguna caza de brujas, ni de uno ni de otro lado. En algunas instituciones del Estado y de la sociedad, el no ser homosexual es motivo de discriminación. No debe olvidarse que también ya existe lo “políticamente correcto” homosexual y sus variaciones de identidades sexuales.

SOBRE LA PAZ DE WESTFALIA
La Paz de Westfalia es un extenso capítulo en una de las materias que dicto en la UCA, Teoría del Estado, no sé hasta cuándo, en las “revolucionarias” (léase neototalitarias castro-bolivarianas y neoimperialistas) carreras de Sociología y Ciencia Política, en su también “revolucionaria” Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas.

Según el agente castro-chavista (¿en situación de retiro, ahora?) Jorge Lara Castro, ex canciller de La Habana y Caracas en el Ministerio de RREE de la luguista y bolivariana republiqueta del Paraguay, profesor también en aquéllas unidades académicas de la “Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción”, el único que puede enseñar Teoría del Estado en la República del Paraguay es él. Nadie más. Lara Castro y Adolfo Ferreiro, según ellos lógicamente, se autoconsideran, cada uno por su lado, el mayor genio intelectual del Paraguay actual…

Y si no es Lara Castro, tan mal informado está, si él no enseña la materia, ni siquiera Ferreiro es digno de tal cátedra… Por tanto, inexorablemente deben ser contratados los mentores y jefes de aquél recluta subordinado, tres fanáticos neototalitarios castro-bolivarianos y enemigos declarados del Paraguay y la Humanidad. En primer lugar, y por razones que en otra ocasión informaremos, el también kirchnerista (además de otros pecados, dislates y gazapos, habituales en él), su eminencia eminentísima Atilio Borón, ¡Ph. D. por la “imperialista” Harvard!

Este es el candidato número uno para “enseñarnos” Teoría del Estado a los paraguayos ignorantes, si Lara Castro está impedido a raíz de sus largas siestas, seguidas de activa vida social, con lo que el amanecer le sorprende siempre de jarana, y no en su gabinete de estudio, que no sabemos si posee o no.

Le sigue ordinalmente el petista de extrema izquierda Marco Aurélio Garcia (así se escribe en portugués el nombre del neoimperialista asesor internacional de Dilma Rosusseff), quien todavía le da órdenes, por medio de un secretario de vigésima categoría, a Gustavo Codas, el “trosko-luguista” y oligárquico-burgués director “paraguayo” de la EBI, designado para tamaña responsabilidad por aquélla ala del PT lulista. Tan “nacionalistas y revolucionarios” que eran los traidores a la Patria paraguaya y la Humanidad del Palacio de López, entre 2008 y 2012!

Y concluye el corto listado con el también panfletario e ideólogo “chavista” del hasta hace muy poco riquí$imo Con$ejo Latinoamericano de Ciencia$ $ociale$ (CLAC$O), el brasileño Emir Sader, quien hasta ahora es secretario ejecutivo de esa entidad, la mayor red de centros de estudios socio-políticos de América Latina y el Caribe, transformada en los últimos lustros en el foco académico principal de agitación y propaganda del “socialismo siglo XXI”, que estuvo a punto de tomar la conducción ideológica de la Academia Diplomática del MRE del Paraguay, y con tal objetivo se preparaba para dirigir el asalto de la UCA, y desde ahí ideologizar totalitariamente a las ciencias sociales en el Paraguay…

Habrá que ver si ahora pueden llevar a cabo ese proyecto de infiltración, desde que, con la muerte de Hugo Chávez, el “dolarducto” que movía a tantos “revolucionarios”, y por razones obvias, cesará de alimentarlos para mantener el lujoso tren de vida al que son tan afectos, estos y otros “mártires” del proletariado mundial.

PARA CONCLUIR
Pero, regresemos a la Paz de Westfalia, tan importante para la configuración del Estado moderno absolutista y casi desconocida en el Paraguay, en nuestras facultades de “Ciencias Jurídicas” y en las de las ¿Ciencias Sociales y Políticas?, y en el mismo MRE, entre otros ámbitos de singular importancia institucional, del Estado y la sociedad.

Tal Paz, lograda por los tratados de Osnabrück y Münster, respectivamente suscritos el 15 de mayo y 24 de octubre de 1648, este último en el Ayuntamiento de la última ciudad, en la región de Westfalia, puso fin a la guerras de los Treinta Años en Alemania y a la de los Ochenta Años entre España y los Países Bajos. Suscribieron tan importantes instrumentos internacionales, que inauguraran la diplomacia moderna, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico  (Fernando III de Habsburgo), los Reinos de España, Francia y Suecia, y además las Provincias Unidas y sus aliados, los príncipes del Sacro Imperio Romano.

En lo político e internacional significó nada menos que el surgimiento del Estado nación absolutista y la separación Iglesia-Estado, y sus ondas expansivas durarían hasta el restaurador Congreso de Viena (1815-1816), después de las Guerras Napoleónicas, que restablecería en Europa el “Ancien Régime”, dando origen además a la doctrina geopolítica del equilibrio de poder, ciclo histórico internacional que culminaría con la tragedia de la I Guerra Mundial (1914-1918), proceso luctuoso origen a su vez de la II Guerra Mundial (1939-1945), parida aquélla con la suscripción del ejemplo principal del anti-Tratado de Paz de la historia, el de Versalles (1919), cuando todavía la tinta de las firmas de sus temerarios signatarios no se había secado aún en el papel de hilo especial que contenía el texto de la declaración de hostilidades a la Humanidad.

Por último, es la sabia doctrina de la Paz de Westaflia, en cuanto al Estado laico, la que inspirara en materia de relaciones Iglesia-Estado a nuestros constituyentes de 1992. Por tanto, cuando un obispo interviene en política contingente (de la religión que sea: ya habrá ocasión de hablar del caso del pastor de la Iglesia menonita Arnoldo Wiens, candidato a senador colorado y sus implicancias inconstitucionales), incluso si no incurre en la depravación de la politiquería, está violando nuestra Constitución, y en el caso del cristianismo católico también irrespeta sus normas pastorales y teológicas que prohíben tales excesos terrenales en la vida espiritual y terrenal de la Iglesia.


JLSG
Asunción, a lunes 25 de marzo de 2013
Código del artículo: OCMR



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