En el original publicitado por fuentes de la “Alianza”,
el epígrafe del afiche dice claramente “soberanía, independencia”, y nada tiene
que ver con el eslogan de la campaña de Cartes: “Un nuevo rumbo”. Una de las
fuentes de Wikipedia: “Misteriosos avisos publicitarios de origen indeterminado
que aparecieron en medellín durante la época de campaña para las elecciones
presidenciales de 2006 en Colombia. Se trató de una intervención de un joven
artista de Medellín”. Otra de las fuentes de Wikipedia: “En abril de 2003 aparecieron en Medellín carteles con la
leyenda ‘Pablo Presidente’. Tras retirar los afiches e iniciar una
investigación, las autoridades establecieron que se trataba de una intervención
artística de un joven bogotano” (ver http://commons.wikimedia.org/wiki/file:pablo_escobar_presidente.jpg
y http://es.wikipedia.org/wiki/pablo_escobar).
Quien hace esta autocrítica o contrición
pública no es un periodista novato y tampoco un ciudadano desinformado y menos
desinteresado de los asuntos públicos, empezando por la política. Además,
profesionalmente desempeña la tarea de profesor investigador en universidades
del país. Es, por tanto, triplemente mayor su responsabilidad en este acto de
irresponsabilidad involuntaria, perpetrado involuntariamente por JLSG en el
espacio público de las redes. Y en plena etapa final del próximo proceso de la
desvirtuación de lo electoral que será, como de costumbre entre nosotros, el
proceso de “votación” de abril que ya llega.
Si el
pedido de disculpas no es suficiente, JLSG asume plenamente las derivaciones
civiles, penales y constitucionales de este proceder apresurado en publicar
sobre temas de importancia pública, sin el debido cruzamiento y verificación de
la información. Muy pocas veces en su larga vida periodística, cívica y
académica ha incurrido en tan grave error, y cuando ello ocurrió, como ahora,
siempre he dado la cara y jamás ha ocultado su extrema incompetencia
manifestada en el hecho en cuestión, y tampoco las responsabilidades emergentes
de su falibilidad humana, que en este caso son de índole moral y política. Este
es un ejemplo del imperfecto ser humano que es JLSG, pero por ello mismo también
perfectible.
No hace
falta recurrir a la DEA para averiguar lo que leerán y constatarán con sus
propios ojos. Basta con ir al formidable instrumento de información que es
Wikipedia , la que también debe ser cribada, desde luego, lo que hice por otras
fuentes de mis archivos sobre el narcoterrorismo. Escobar Gaviria nunca fue
candidato a presidente en su país. Llegó sí a ser miembro de la Cámara de Representantes
por Antioquía (1982-1984: durante un lapso de la administración presidencial de
Belisario Betancur), cargo que perdió a iniciativa de un líder del Partido Liberal
colombiano de entonces, Luis Carlos Galán, quien fuera asesinado años después
por sicarios de Escobar Gaviria, en plena campaña presidencial aquél, quien lo
había denunciado por nacoterrorista y así obligo al criminal a abandonar aquella
legislatura con un escaño por los liberales. Pablo Escobar había incursionado
en la politiquería liberal colombiana como lo hacen muchos grandes mafiosos,
buscando extender sus redes de poder, influencia e impunidad.
El
material gráfico que ha sido divulgado por JLSG en sus páginas de FB fue
ostensiblemente alterado. La leyenda al pie del afiche original, se lee con
bastante claridad, dice: “soberanía e independencia” y nada tiene que ver con
el “nuevo rumbo” de Cartes. Todos los enlaces necesarios para que cada quien se
informe por sí mismo están anexados. Existen muchas otras fuentes, pero ahora
no hay tiempo. El afiche original fue obra de una persona, acaso pagada por Pablo
Escobar, pero casi de inmediato retirado de la vía pública.
JLSG
acusa a la sentina (letrina) de la oficina de “marketing” politiquero, de la
dupla aliancista Alegre-Filizzola, de este hecho, doloso a todas luces, que
forma parte de las obligaciones que tiene el especialista español en cloacas,
que ha sido contratado por tales candidatos, ¡a costo multimillonario!, para
esparcir lo que es su medio ambiente existencial, interno-externo, los
excrementos y detritus, reales o no de aquellos a quienes debe atacar por
contrato.
De lo
que no se desdice JLSG, y continuará aportando documentación y análisis
verificados al respecto, es que Horacio Cartes debe ser investigado por a) una “justicia”
imparcial e independiente, que no tenemos, b) un “parlamento”
institucionalmente tal y no politiquero, y c) por una prensa investigadora, imparcial
e independiente, de la que asimismo carecemos, acerca de los orígenes de su
inmensa fortuna.
Y no
solo él: una gran cantidad de “líderes” y candidatos politiqueros de todos los
colores e ideologías, incluso los autodenominados “revolucionarios”, tienen más
de un pelo en el arroz con leche que nos ofrecen. Son muchos quienes tampoco
pueden justificar ni el tren de vida que llevan ni las costosísimas
gigantografías y la propaganda electoralista tan cara que les exhibe como
angelitos, y que debe tener un origen cierto, aunque Mario Ferreiro desconozca
la cuantía de los millones de U$S de su campaña. En prácticamente todos los
sectores politiqueros es igual. Acerca de estas cuestiones tan importantes la
prensa no informa como debiera hacer y la “justicia” lo es apenas en minúscula
y entre comillas.
JLSG
BREVE ANEXO
INFORMATIVO SOBRE PABLO ESCOBAR:
Fue
miembro de la Cámara de Representantes de Colombia por el departamento de
Antioquía, entre 1982-1984, bajo la administración presidencial del presidente
Belisario Betancur. Pablo Escobar debió renunciar por las presiones de la opinión
pública a raíz de sus actividades narcoterroristas, que empezaban a
ensangrentar a Colombia y otros países. Nació el 1 de diciembre de 1949, en Río
Negro (Antioquía), en el seno de una familia adinerada y socialmente de elevado
rango, y murió, a los 44 años, apenas, el 19 de enero de 1984, acribillado a
balazos por la policía antiterrorista colombiana, en el marco de un proceso de
persecución amparado judicialmente. Estaba casado con Victoria Eugenia Henao
Vallejo, quien le sobrevive con sus hijos Juan Pablo y Manuela Escobar Henao.
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