jueves, 11 de octubre de 2012

Jorge Castañeda: “Un mejor futuro para Venezuela. La oposición tuvo que lidiar con la naturaleza inimaginable de una derrota chavista”



Jorge Castañeda, un lúcido e insobornable analista político e internacional, en una foto de su época de ministro mexicano de Relaciones Exteriores (Fuente: WikipediA).

Jorge Castañeda es un intelectual, académico y político mexicano y universal y un ser humano de gran valía. Sus análisis, sobre el mundo y México, su patria, son siempre serenos y ricos en información y en matices sin otras ataduras que no sean aquellas que derivan del uso responsable (lo que no quiere decir perfecto, pues la perfección es inhumana) de su libre albedrío. Merece, pues, ser escuchado y leído atentamente.

De joven estuvo muy vinculado, militantemente, con el Partido Comunista mexicano y por ese lado con el castrismo, experiencia a la que sobrevivió sin haber manchado su conciencia ni sus manos con crímenes totalitarios. Rompió con el régimen cubano y sobrevivió a ello, lo que no es poco decir.
Después de haber sido asesor principal del candidato opositor Cuauhtémoc Cárdenas, en su época en que este casi llegó a ser una alternativa de izquierda responsable en México, pasó a ser la más brillante inteligencia política de Vicente Fox, quien convertido en presidente lo designó secretario (ministro) de Relaciones Exteriores (2000-2003). Renunció al cargo por discrepancias con Fox, quien a cambio de favores “periodísticos” accedió a mantener el antidemocrático monopolio mediático del poderoso poder fáctico que es “Televisa”, que es uno de los más grandes escándalos (entre tantos otros) de las inconsecuencias mundiales con los derechos fundamentales a las libertades de pensamiento y de su expresión.

Desde el cargo de Canciller de México Castañeda tuvo una muy activa y fructífera actividad en las relaciones internacionales contemporáneas, incluso en el Consejo de Seguridad de la ONU, y en su estructura político-diplomática, en actividades protagónicas en la OMC y en la APEC, y en la primera “Cumbre de las Américas”.

Támbién, y lo honra, siendo canciller de su país, Castañeda por primera vez en la historia del México actual, votó condenando a Cuba en la OEA, criticando la política totalitaria de violación de los derechos humanos ejercida sin solución de continuidad por el régimen de La Habana, desde 1959, y que todavía se mantiene.

A partir de 1989, la inconsecuencia humanitaria de sucesivos gobiernos paraguayos (con pocas excepciones) no ha criticado desde Asunción ni en organismos internacionales las violaciones castristas de los derechos humanos, algo que a partir de nuestra Constitución de 1992 constituye una violación de garantías y principios consagrados por ella. Fernando Lugo Méndez, el más reciente ex (des)gobernante paraguayo, no fue el único cómplice de esa vetusta y particularmente inhumana “dictadura del proletariado”, que lo sigue siendo hasta ahora, incluso para condenar desde su totalitarismo tan totalitario (y es poco el énfasis de la expresión para pintar la realidad), e intransigente siempre, a un supuesto “golpe de Estado parlamentario”, ocurrido según los Castro con la destitución por juicio político constitucional de Lugo, el fracasado aspirante a desgobernante totalitario y muy exitoso pésimo gobernante.

Los Castro, tenebrosos personajes si los hay, son los más peligrosos “hermanos caraduras” de la historia mundial y estarán en Cádiz, para celebrar el bicentenario de una Constitución liberal, festejo del que ha sido excluido el Paraguay, por su digna postura en los sucesos de junio último. Así estamos siendo vejados, no por España, y sí por su actual desgobierno conservador, que no representa en ello el sentir de la inmensa mayoría de los españoles, y que lamentablemente coincide con el inicio de la declinación de la humanidad de ese gran ser humano y excepcional jefe de Estado que es don Juan Carlos, la voluntad política fundamental para que la península abandonara la dictadura franquista, iniciando un ejemplar proceso de transición, hoy ya consolidado, que como toda obra humana no ha estado ni se encuentra exenta de limitaciones, pero que presenta un balance histórico más que positivo en los más variados órdenes, lo que habrá de ayudarle a salir del difícil trance en que se encuentra coyunturalmente ahora, como gran parte de Europa y el mundo.
 
Todo lo anterior es poco para recomendar la lectura de la interpretación que hace Castañeda de la reciente experiencia electoral de Venezuela, en la que el “triunfador” Hugo Chávez lo es solo en apariencia, y el “derrotado” Henrique Capriles Radonski es uno de esos muertos “políticos” que algunos creen que han logrado eliminar, pero que en realidad gozan de tan buena salud que ya se están preparando para dar el siguiente paso, y que sin duda será uno de “¡y ahora vamos a por más!”.

Por favor, no dejen de ingresar en la barra de herramientas este enlace:
http://elpais.com/elpais/2012/10/10/opinion/1349870000_285359.html. Podrán leer así, en la sección TRIBUNA, del madrileño “El País”, una de las más lúcidas explicaciones de lo que acaba de ocurrir en Venezuela, y de lo que sobrevendrá. Se titula “Un mejor futuro para Venezuela. La oposición tuvo que lidiar con la naturaleza inimaginable de una derrota chavista”: lo firma Jorge Castañeda, en la edición del día de hoy del medio de prensa escrita española, fundado para convertirse en el centro de difusión periodística e intelectual de una cultura democrática en España, sin la cual la democracia no hubiese sido posible en la parte española de la península Ibérica.


JLSG
Asunción, a jueves 11 de octubre de 2012
Código del artículo: 43BA

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