martes, 21 de mayo de 2013

Cartes y Lugo, “aprendices de brujo”, juegan a los dados de sus ambiciones siniestras la suerte del Paraguay


Escribe José Luis Simón G.
El castro-totalitario senador Fernando Lugo, de trágica presidencia, persiste en sus ambiciones politiqueras, manejado desde La Habana, A la derecha el multimillonario Horacio Cartes, quien acaba de comenzar su carrera politiquera como presidente electo, cortejándolo en un acto de suicidio político que tendrá nefastas consecuencias para el Paraguay (Fuente: “abc color”).


En política, cuando se habla del poder al servicio de las personas, los “amores” súbitos, explosivos e inesperados (que nunca lo son tanto, porque en realidad se gestan a escondidas hasta que se hacen públicos, cuando ya no es necesaria la complicidad del silencio de la “prensa amiga”) son siempre peligrosos. Terminan en odios incendiarios, letales.

Ocurre que cada parte de la “relación” se precia de estar utilizando a la otra, para sus propios fines. Y cuando llega el momento de quien se queda con la supremacía, es cuando el lecho prostibulario de la politiquería se transforma en un campo de batalla.

Lugo y Cartes o Cartes y Lugo, cada uno, no son sino “aprendices de brujos” y eso se constata por medio del enlace siguiente:
Los “aprendices de brujos”, como se sabe, son aquellos que desatan los fuegos infernales que terminan devorándolos. Lo malo es que también nos incendian a todos, en ese perverso proceso.

En este juego sucio, que intencional y perversamente se ocultó al “electorado” del neo-coloradismo carterista, ni Cartes ni Lugo, y mucho menos sus respectivos peones locales, son los importantes. Aquí hay poderosas fuerzas internacionales manejando los siempre satánicos trebejos del poder.

Detrás de Lugo está su jefe supremo, el genocida Fidel Castro, del cual Nicolás Maduro y los demás no son sino apenas fichas de un peligrosísimo juego. Y detrás de Cartes no sabemos a ciencia cierta, todavía, aunque lo sospechemos, quiénes son sus verdaderos mandantes, que no es nuestro pueblo. Saldrán ellos mismos a la luz por imperio de las circunstancias.

El Paraguay debe estar alerta. Y lo que resta de nuestros partidos, también, los tradicionales y los nuevos. Pero sobre todo el Partido Colorado, que le hizo la cama a Cartes para adueñarse de esa tan importante organización cívica, algo que por lo menos es responsabilidad de sus “partidócratas”.

A los del PLRA les cabe el dudoso honor de haber encumbrado a Lugo en el juego politiquero, que ahora lo sigue asesorado por poderes internacionales a los cuales está sometido.

La pregunta es: ¿por qué repentinamente el Paraguay se convirtió en un escenario tan importante para los juegos de poder del resto que queda del totalitarismo mundial (Cuba), y de otras fuerzas transnacionalizadas, poderososas, aunque no tengan la forma de Estados?

¿Qué hay detrás de todo esto que nada de bueno debe de tener pues se trata, en lo local, de un matrimonio diabólico por conveniencia momentánea?

Lo sabremos muy pronto. Mientras, es necesario que nuestro pueblo, la ciudadanía, sin distinción de partidos ni banderías sectarias, ni de clases, nos preparemos para ser dignos hijos e hijas de una historia escrita con el sacrificio de tantas generaciones de nuestros mayores.



                                                                                                                                                JLSG
Asunción, a martes 21 de mayo de 2013
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