martes, 2 de julio de 2013

Las mentiras de Federico Franco, y “olvidos”, sobre su desgobierno de poderes fácticos y la “democracia” paraguaya de muy baja calidad

Escribe José Luis Simón G.

El desprestigiado presidente Franco hablando ante el Congreso de la democracia paraguaya de pésima calidad, 
en otro ejemplo de narcisismo politiquero y entre bostezos y el rumiar de parlamentarios partidócrtas 
(Foto: "abc color").  


El Paraguay no está pacificado, aunque así lo haya manifestado en su último Informe anual al “Congreso” (entre comillas, porque se ha convertido en una de las instituciones más incompetentes, autoritarias, corruptas y desprestigiadas del aparato de Estado, en manos de la partidocracia politiquera de nuestra “democracia” de muy baja calidad), el presidente provisorio Federico Franco, del oficialista ¿“Partido Liberal Radical Auténtico”?, PLRA, durante una monótona sesión, el domingo 30 de julio.

Corrobora nuestra afirmación, la existencia de tal “Poder Legislativo”, fruto de lo cual también es la permanente amenaza terrorista-narco del autodenominado Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP), y otros indicadores como los índices tan elevados de inseguridad ciudadana, que convirtieron al Paraguay en uno de los países de la región en camino a la acelerada y expandida “violentización” de la vida cotidiana. No puede ser menos en un país en que la Constitución, en términos generales, sigue siendo letra muerta y los poderes del aparato de Estado, por lo general, no son otra cosa sino “poderes fácticos”. Estado, como espacio jurídico y político de la ciudadanía, constitucionalizado legal y legítimamente, todavía no existe en el Paraguay.

No es solo responsabilidad del breve desgobierno de Franco, nuestra crítica, pues de ello son responsables todos los desgobiernos pos 1989, sin olvidar la responsabilidad histórica del autoritarismo stroessnerista, con algunos matices totalitarios, entre 1954-1989.

¿PAZ Y SEGURIDAD SIN JUSTICIA NI DEMOCRACIA REAL?
¿La paz y la seguridad? Sin un Poder Judicial probo, imparcial e independiente: ¿qué es eso? Sin seguridad jurídica, imposible. Además, nuestro país carece de FFAA y de una Policía Nacional (PN) eficientes, bien equipadas y entrenadas, disciplinadas y honestas, salvo las excepciones excepcionales (¡expresión esta no redundante!), de los ciudadanos uniformados, en su carácter de profesionales individuales. Nuestra Fuerza Pública (las FFAA más la PN)  también carece de moral alta, de orientación estratégico-doctrinaria: ¡ni siquiera de hipótesis de conflictos!

Aunque sí ya poseemos un muy gris y recientemente publicado “Libro Blanco de la Defensa”, auténtica recopilación de naderías, resultado de un pésimo “copy page”, como tantas tesis doctorales de la inmensa mayoría de nuestras universidades, que no son sino sociedades de irresponsabilidad ilimitada. La Fuerza Pública hace tiempo carece de una mayoría de mandos superiores, jefes y oficiales subalternos, que enseñen con buenos ejemplos  a sus mandos institucionales, dotándoles de un sano patriotismo y de seguridad y defensa institucionales y profesionales de la nación, la sociedad, el territorio y la Constitución.

Los poderes del aparato de Estado siguen siendo fácticos, porque las más altas autoridades nacionales no cumplen con el fondo y ni siquiera con las formas constitucionales en casos muy graves y delicados. Ninguno de los poderes y organismos del Estado es respetado porque sus jefaturas no son respetables… Siempre debemos mencionar a las “excepciones excepcionales”.

Mientras el PIB crece sostenidamente, los índices de pobreza y miseria solo bajan en las estadísticas oficiales e internacionales maquilladas y eso no presagia nada bueno, sobre todo porque la crisis mundial está llegando a nuestras exportaciones. La distribución del ingreso sigue siendo muy inequitativa, al igual que el incremento de los índices de desempleo y subempleo. Prolifera el trabajo precario, temporal, de ocasión.

La corrupción pública y la privada aumentaron en la breve administración “doble FF”, y hasta se podría decir que la corrupción de tal desgobierno, superó comparativamente a la de los años anteriores, debido a la intensidad del robo a cara descubierta, como es el caso de la “compra” por el Indert, de las tierras sobrepreciadas de un grupo de oviedistas y por razones politiqueras y electoreras.

En materia ambiental, de población nativa, de menores, de ancianos, de salud pública, de educación y de servicios básicos todo lo malo se agravó. ¡Aunque el gasto social esté en aumento sostenido!

AVENTURERISMO DEL PLRA
El PLRA hasta ahora no se hizo la autocrítica que nos debe, por el aventurerismo politiquero de la politiquería de 2008-2013, que felizmente no llegó a la violencia generalizada gracias al tardío juicio político constitucional, legal y legítimo. El presidente electo Horacio Cartes es un hijo directo del oportunismo voraz y delincuencial del PLRA de 2008, bajo su forma de réplica colorada: ¡llegar al Tesoro Nacional es la consigna”, aunque se hable del ¿“nuevo rumbo”? del Paraguay.

No hemos avanzado hacia el Estado de derecho democrático y la sociedad abierta.

La seguridad y defensa nacionales, que decayeron muchísimo desde la época de González Macchi y con Nicanor, y se agravaron con Lugo, no cesaron de profundizarse y expandirse. La indefensión político-diplomática y jurídica del país son preocupantes, entre otras razones por nuestra negativa a ir a La Haya y a luchar diplomáticamente por la imprescindible aprobación del informe Insulza de la Misión de la OEA de 2012.

En materia de civismo, el debilitamiento de los partidos politiqueros se pone en manifiesto con las presidencias de Lugo y de Cartes. ¡El Paraguay carece de partidos políticos, estrictamente hablando y sus poderes fácticos del Estado, al ser tales, complican la gobernabilidad del Paraguay, para cualquier presidente! Quien está por asumir carece de la menor idea de sus responsabilidades, de equipos, de definiciones fundamentales de políticas públicas y nuestra juventud marcha a la deriva: aquí ni siquiera tenemos indignados en serio, que es una manera pre-política de intentar superar los males de la partidocracia politiquera. Federico Franco: ¡Ud. quedará en la historia como apenas una nota negativa al pie de una página cualquiera!

CONCLUSIÓN
En realidad hay paz social, a pesar de los desgobiernos sucesivos y sin solución de continuidad como el de Franco, porque el pueblo paraguayo ha aprendido que la violencia no es la partera de la historia, sino su muerte, es decir la extinción de la vida. Aunque todavía estamos muy lejos del ideal kantiano de “La paz perpetua”, y a veces no hay más alternativa que recurrir a la autodefensa, en el marco de la Constitución y del sistema internacional de Derechos Humanos y del Derecho Humanitario, cuando el terrorismo y el totalitarismo coaligados buscan subyugar a los pueblos, como está ocurriendo con el Paraguay, por parte del engendro castro-chavista, en los inicios de sus crisis terminal.

JLSG
Asunción, a 2 de julio de 2013


Enlace con “abc color”: Devolvimos la paz 

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