lunes, 22 de julio de 2013

Mandela-Madiba, ejemplo cabal del “hombre rebelde” camusiano, es el verdadero revolucionario de todos los tiempos, y que desde el siglo XX cabalga airosamente en ellos, incluso en los del XXI, ya avanzado. La historia no es que lo absolverá, como vanamente pretenden algunos genocidas, sino que ya le hizo ejemplo de ser humano en vida, de todas las eras y para los tiempos venideros

Escribe José Luis Simón G.
En la foto, del 14 de julio último, de Ben Curtis, de la agencia AP, publicada en www.elpais.com, un niño posa junto a un retrato de Nelson Mandela, imitando un gesto suyo de lucha, en el exterior del “Mediclinic Heart Hospital”, donde se encuentra ingresado desde el pasado 8 de junio debido a un empeoramiento de la infección pulmonar que padece.



El 18 de julio cumplió 95 años, internado en un hospital de Johanesburgo (Sudáfrica: su porción histórica y geográfica de Humanidad), padeciendo de una grave infección pulmonar, de la que milagrosamente volvió a recuperarse, para darnos la tranquilidad de su cercanía física, aunque él ya tenga el derecho a ser el espíritu elevado que siempre fue, sin ataduras físicas de ninguna índole.

Él nos recuerda, con la gesta de toda su existencia de auténtico ser humano, el imperecedero legado que deja a la Humanidad: que el verdadero estadista político (que lo fue, en el más excelso sentido de la palabra) es el que entiende tal liderazgo como servicio a la trascendencia del ser humano, desde la vida cotidiana, para aspirar, más allá de las interminables tragedias de los campos de exterminio y semejantes horrores, a la utopía, que por definición es el cielo sin límites, hacia el cual avanzar siempre, venciendo todos los obstáculos y por el camino más difícil, el del testimonio personal, que se traduce en las “palabras-almas”,  y sus gestos de vida tan plena y que nos redimen en la fraternidad y esperanza humanas, tiempo ha humilladas, pero aun así jamás vencedoras de la inextinguible “condición humana”.

El servidor-estadista-líder triunfó en su lucha de toda una vida, como transformación personal verdadera y auténtica, y que se proyecta hacia tiempos más luminosos para realizar en la historia la Humanidad, y lo hizo con el mejor instrumento de liberación de su natal Sudáfrica: estimular y desarrolar la conciencia de todo un pueblo en busca de la propia ciudadanía sin discriminaciones. Eso lo habían bebido sus compatriotas en las sangres del sufrimiento del mejor de ellos, Mandela-Madiba, y lo fue porque era el más humilde y auténtico, al que siguieron e imitaron por ello.

Lo logró porque no buscó el poder para satisfacer ningún narcisismo de quienes se sienten poderosos y hambrientos de gloria a cualquier precio, como lo hacen los hombres y mujeres de mármol, bronce, hierro o acero… 

Lo logró porque supo ser el padre, compañero, guía, líder espiritual, todo también de sí mismo, en primer lugar, es decir, quien siempre está dispuesto al propio sacrificio, no porque busque el sufrimiento sino porque ha llegado a la luz de la sabiduría de descubrir el valor del ejemplo, desde la propia vida de humildad auténtica, una vez convencido de que sus fines tan elevados no podrían realizarse con los medios tradicionales que todo lo justifican en pos de objetivos supuestamente “revolucionarios”.

Hoy, este hijo de la Sudáfrica del “apartheid”, y padre forjador de la más importante transición moderna a una sociedad abierta, siempre imperfecta, es un modelo para la Humanidad, y, en ella, sobre todo para la Patria paraguaya tan carente de auténticos servidores públicos y por eso atrapadas nuestras gentes en los costos de la politiquería del poder por el poder y la riqueza fácil, ambas a cualquier precio para quienes de aquí se sienten Amos-del-Universo.

Desde el Paraguay volvemos a recordarte Mandela-Madiba, y también te hacemos  nuestro, sin exclusiones ni egoísmos, porque tus raíces tan profundamente humanas tuvieron aquí ejemplos de idéntica estirpe, en otras épocas, las que debemos recordar para recuperarlos en estos tormentosos tiempos de lo descartable todo, empezando por la vida misma.

¡Gracias por tu ejemplo de vida, Mandela-Madiba!

Hace poco, en esta página recordamos al maestro Mandela, a propósito de un exceltente artículo de Mario Vargas Llosa, quien nos lo interpreta en toda su integridad humana: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/18/actualidad/1374129173_514312.html

Ahora lo volvemos a evocar, con una crónica actualísima, escrita por la corresponsal de “El País” en Johanesburgo, Marta Rodríguez, que incluye un enlace de “fotogalería”:
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/18/actualidad/1374129173_514312.html

¡Y pensar que en el senado de la politiquería paraguaya fue el apóstata, inhumano, traidor a la Patria y la Humanidad, y orgiasta y corrupto, además, engendrador de hijos sin padre, Fernando Lugo, el anti-Mandela, el oportunista promotor de un mensaje de solidaridad y respeto a Madiba!



JLSG
Asunción, a lunes 22 de julio de 2013

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