jueves, 18 de julio de 2013

Cartes pareciera escuchar a la gente, pues al cabo de varios errores inició su camino de defensa de la Patria paraguaya y la Humanidad, pero todavía es insuficientes lo que hace para neutralizar la “guerra de baja intensidad”, no declarada oficialmente, por los desgobiernos totalitarios-comunistas de la región


Escribe José Luis Simón G.

De negociaciones secretas, con los castro-bolivarianos y totalitarios, del exterior y sus lacayos locales, incluso desde antes de su triunfo de 21 de abril, lo que le generó muchas críticas en las redes, presnsa y la ciudadanía, incluso en las filas oficialistas, en las últimas dos semanas Horacio Cartes cambió de postura e inició su defensa del interés nacional paraguayo, agredido por los "socialistas siglo XXI" del área, siguiendo órdenes del genocida Fidel Castro (Foto publicada por "abc", cedida por el equipo de prensa del presidente electo).


La declaración oficial del primer mandatario electo Horacio Cartes, en respuesta a la última agresión del bloque totalitario subregional, perpetrada de nuevo en el Montevideo de José Mujica, el viernes 12 de julio, sin ninguna duda defiende el interés nacional paraguayo, en la grave crisis suscitada en el Mercosur, peo lo hace por medio de un comunicado desordenado, confuso y tan solo principista, apelando siempre al derecho internacional y a la “buena voluntad” de los enemigos totalitarios de la Patria Paraguaya y de la Humanidad, lo que nunca está demás, desde luego.

El desgobierno que sale del Palacio en medio del repudio generalizado del pueblo, nunca se atrevió ni siquiera a una tal iniciativa. Y fue un error que el incompetente y corrupto Federico Franco no suscribiese con Cartes su texto, incluso con las limitaciones señaladas, como ejemplo de unidad nacional (no importa que todavía sea política-politiquera), y también fue una demostración de debilidad interna la ausencia del respaldo de una declaración parlamentaria conjunta de todas las fuerzas no totalitarias de ese Legislativo, que tantas deudas pendientes tiene con nosotros, el pueblo-ciudadano.

Aún así, careciendo de una imprescindible más enérgica y justa toma de decisiones jurídico-diplomáticas y políticas, para enfrentar como se debe en el terreno del poder sabio y sensato la ofensiva totalitaria antiparaguaya, que es en definitiva la única razón que entenderán los súbditos regionales y locales del genocida Fidel Castro, de pronóstico reservado en materia de salud y por sus años, las palabras de Cartes y su correcta oposición a la entronización de Maduro, tienen el valor de haber proclamado una primera postura de mayor firmeza, rechazando Asunción sin titubeos al asalto de lo que era el Mercosur por el dictador CubaZolano, Nicolás Maduro.

Este, el devastador payaso de la herencia maldita de Chávez, letal de todas maneras, es la expresión más reciente de las arbitrariedades sin límites cometidas en perjuicio grave de la República del Paraguay, por quienes han convertido la Alta Política original del “Tratado de Asunción”, en su actual cadáver “unasuriano”, el instrumento ideado por los brasileños para enfrentar a la OEA “sometida a Washington”, y que después cedieran al totalitario Hugo Chávez, acatando órdenes de Fidel Castro, quien no será absuelto por la historia y sí condenado, lo que se acrecentará con su ya cercano fin biológico, si tiene esa suerte y no es eliminado, en el marco incluso de un magnicidio que surgirá de las mismas sentinas del poder castrista.

Es que mientras sobreviva, el proyecto tibiamente realista-gorbachoriano de su hermano Raúl no podrá ensayarse jamás. La cúpula castrista está dividida entre los dos hermanos, desde hace algún tiempo rivales silentes, y tampoco es improbable que el sacrificado sea éste último, en un momento en que Fidel Castro recupere la lucidez, aunque sea por un momento, y eso generará un estallido de dimensiones impensables en la martitizada Cuba y la región.   

Es la ultraizquirdista disfrazada de demócrata, y cada vez menos oculta “emperatriz” Dilma Rousseff, del PT, quien en contra de los mismos intereses nacionales del Brasil encabeza a los enemigos principales del Paraguay soberano, independiente, digno y esforzándose, con grandes limitaciones, en la construcción de su Estado de derecho democrático y de la sociedad abierta, condiciones necesarias e imprescindibles para realizar con éxito el proceso hacia la calidad de vida en nuestro país en el cual, al menos la mitad de los compatriotas están en situación de “excluidos” y sometidos al totalitarismo de la pobreza e incluso de la miseria, en medio del agraviamiento de la crisis ambiental y del cambio clímático.

Para el complot pro comunista totalitario del PT brasileño, leer el análisis del caviarnícola petista de Planalto e Itamaraty, Marco Aurélio García, quien acaba de revelar la magnitud de la conspiración regional anti Paraguay democrático, que fracasara aquí por la traición, de la incomptencia y del miedo, del desgobernante y apóstata Fernando Lugo, y sus “revolucionarios” oligarquizados, los traidores a la Patria paraguaya y la humanidad. Para ello recurrir al enlace: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/desnudan-proyecto-de-brasil-de-apoyar-un-sistema-bolivariano-en-paraguay-595237.html.

Su contrapartida es la lúcida, bien rzona y clara defensa del Paraguay, acabada de exponer también por Celso Láfer, uno de los más destacados intelectuales y académicos brasileños del presente (Filosofía y Ciencia Política y del Estado, “Iusinternacionalista” reconocido mundialmente, discípulo de Hanna Arendt en Columbia University y profesor emérito de la USP), y además ex canciller de Brasil en dos oportunidades y diplomático en la ONU (Ginebra) y uno de los ideólogos del Mercosur original, además de conspicuo asesor político del ex presidente Fernando H. Cardozo y miembro del Partido Socialdemócrata Brasileño (ver: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/paraguay-fue-excluido-arbitrariamente-de-mercosur-dice-excanciller-de-brasil-595536.html).

LO “INTERMÉSTICO” Y GUERRA DE BAJA INTESIDAD
La actual coyuntura político-estratégica de la República del Paraguay no es posible entenderla sin el enfoque “interméstico” de las relaciones internacionales, es decir, tomando la reciprocidad de intercambios recíprocos y generalizados de impactos, cada vez más fortalecidos en la historia, entre lo “internacional” y lo “doméstico”, que afecta sin excepción a todos los Estados y sociedades y al mundo “externo”, sin que ni siquiera la autobloqueada isla despótico-totalitaria de Corea del Norte pueda sustraerse a tal proceso.

Es imprescindible recurrir al concepto aún no teórico de lo “interméstico”, para realizar un análisis riguroso de la “Declaración pública del presidente electo del Paraguay señor Horacio Cartes, sobre decisiones de la cumbre del Mercosur en Montevideo, el 12 de julio de 2013”, en sus aspectos positivos y también negativos, locales y foráneos, y que requiere de una adecuada lectura política y estratégica del momento actual y de sus tendencias en desarrollo, para el éxito la defensa político-diplomática y jurídica de los intereses nacionales paraguayos y la consolidación dinámica de ella (enlace no oficial para acceder al documento totalitario del 12 de junio: http://www.abc.com.py/nacionales/levantan-sancion-a-paraguay-594755.html), entrelazados con la construcción del Estado de derecho democrático y de la calidad de vida de las sociedades abiertas.

Para ello resulta necesaria una correcta evaluación del momento actual “paraguayo” y regional, lo cual implica abandonar nuestra tendencia tradicional de auto considerarnos el centro del universo: esa peligrosa creencia equivocada, según la cual en el país no rigen las leyes universales de las ciencias, ni las de la gravedad y tampoco las de la política, y que aquí todo se resuelve “a lo paraguayo”.

Si no entendemos que el Paraguay, todavía sin aliados externos oficiales, en la presente coyuntura, pero en modo algo aislado por completo en lo estratégico de la “alta política, se encuentra en una situación de “guerra de baja intensidad”, aún no declarada y limitada de momento a las dimensiones político-diplomáticas, resulta imposible comprender los peligros que enfrentamos, realidad para accionar propositivamente sobre ella. ¡Los totalitarios solo negocian cuando han perdido la partida, y solo para ganar tiempo y pasar a otra ofensiva!

El proceso en el cual nos hallamos inmersos se originó un par de décadas atrás, veladamente, como un proyecto comunista neo totalitario y populista regional (tras la caída del Muro, la desaparición de la URSS, etc.: desde 1989 en adelante), que tiene en La Habana del genocida Fidel Castro (su hermano Raúl, otro responsable de crímenes de lesa humanidad, lleva algún tiempo intentando convertirse en una suerte de Gorbachov a la castrista, proyecto de muy incierto futuro aún), el vértice de un verdadero “triángulo de Bermudas” castro-genocida, para América Latina y el Caribe. Así de simple.

Los otros dos vértices y ejes principales del triángulo principal de la conspiración antiparaguaya, son en primer lugar Brasilia (Planalto-Itamaraty, más que nada, controlados por los sectores fundamentalistas del oficialista PT y de un Lula radicalizándose a medida que la Justicia se acerca a sus barbas y manos tan sucias de la corrupción sistémica que implementó para construir su mayoría parlamentaria amplia, maniobra del “soft power” antes de pasar al “hard power”), desde la muerte del dictador totalitario Hugo Chávez, insustituible éste en la lucha totalitaria comunista por la toma del poder en América Latina y el Caribe (objetivo estratégico  del bloque, que tuvo su primer derrota política y diplomática en el Paraguay), lo que ha dejado a la Caracas de Cuba-Zuela, con el grotesco y no estabilizado políticamente, y menos equilibrado en lo emocional, el actual dictador Nicolás Maduro.

Todo esto ocurre cuando aparecen las primeras manifestaciones de la crisis terminal de este proyecto totalitario, que se agravará a medida que los costos de la “hipoteca ideológica” de los supuestos revolucionarios regionales los radicalice, en momentos en que la oleada de la crisis económico-financiera mundial, que está controlada (aunque débil, todavía) en EUA, mientras la UE empieza a darse cuenta que la crisis financiero-económica imperante en sus países, no es solo la de la politiquería europea, que también tiene ese componente, aunque subsidiariamente, porque se trata de una variable dependiente o de ajuste de la voracidad del todavía irrefrenable e incontrolable sector financiero mundial, cuyo poderío se incrementó exponencialmente con la sociedad en red, y que tuvo su más agresiva manifestación inicial con la locura e irresponsabilidad de ese jinete mundial del apocalipsis que fuera el “neo-liberalismo”, de la era de Ronald Reagan (1981-1989) y de Margaret Tatchter (1979-1990), en ambas orillas del Atlántico norte.

DECLARACIÓN DEL PRESIDENTE ELECTO
La palabra oficial de Horacio Cartes fue hecha pública el mismo día de la reiteración de la infamia anti paraguaya del Merc-Unasur (el peligroso travestismo entre el Mercosur, proyecto este originalmente válido, comercial y democrático y ahora ya muerto, desde su absorción por la totalitaria Unasur), constituye un paso adelante, y tiene su valor en la defensa nacional, aunque todavía es insuficiente para enfrentar las amenazas existentes, y carece de la necesaria firmeza y claridad, aún, para navegar las aguas tan procelosas del totalitarismo regional, que pueden conducir a un Tsunami histórico en el hemisferio, incluso con derivaciones bélicas, interno-nacionales y regionales.

Con sus palabras recientes, Cartes empezó a cambiar drásticamente la desorientación de su politiquería “buenuda”, la de dialogar con las fuerzas de la minúscula y fragmentada izquierda criolla, pro-totalitaria, …¡para asegurar la “gobernabilidad democrática del Paraguay”! Lugo y sus secuaces, separados o en conjunto, traidores a la Patria paraguaya y la Humanidad también traicionaron al proyecto totalitario Castro-Chávez, debido a sus inconmensurables inconsecuencias e incapacidad políticas congénitas, atravesadas por el desbordante libertinaje libidinoso y corrupto de todos los integrantes del desgobierno luguista.

Las denuncias al respecto provienen nada menos que del ideólogo del PT, y de Planalto e Itamaraty, Marco Aurelio García, enemigo del Paraguay, y jefe aquí de Gustavo Codas y de Jorge Lara Castro, entre otros. Estos “revolucionarios” locales, incompetentes y lujuriosos caviarnícolas, hoy no tienen el menor crédito en La Habana, Brasilia, Caracas, etc., e incluso el ultaortodoxo Aníbal Carrillo Iramain ya es considerado otro mal preservativo, usado y por ello desechado, en La Habana “fidelcastrista”, de donde surgió la orden para su “candidatura presidencial”. Consultar el enlace de más arriba, acerca del análisis del comisario del KGB del PT, y de Planalto e Itamaraty, García, sobre la traición e incompetencia de Lugo y los suyos, para los planes totalitario-comunistas aquí.

En Montevideo, el viernes 12, los presidentes y cancilleres totalitarios del Merc-Unasur hicieron pública su “Decisión sobre el cese de la suspensión del Paraguay en el Mercosur en aplicación del protocolo de Ushuaia sobre compromiso democrático”. La finalización de las “sanciones” es relativa, porque regirá recién a partir del 15 de agosto, cuando asuma Cartes, en otra manifestación de la soberbia, imprudencia y totalitarismo que, como era lógico, predominó en Montevideo, entre CFK, Mujica y Rousseff, y Maduro, más allá de las palabras emotivas, amistosas y falsamente cordiales de los mencionados desgobernantes, dominados por las sombras de un anciano casi siempre senil y enfermo (Fidel Castro) y el fantasma de Chávez (http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/mantienen-la-suspension-a-paraguay-y-ceden-la-presidencia-a-venezuela-594934.html).
  
La respuesta de Cartes, al nuevo “ex abrupto” castro-chavista, aunque válida y con luces de dignidad, destacable y de importancia, aún es insuficiente, débil y gris, por ejemplo al no cuestionar la nulidad de la “sanción” antiparaguaya, ¡basada en la cláusula totalitaria de la Unasur, no ratificada por el Senado, y por ende carente de validez en nuestro ordenamiento jurídico nacional. Además, el momento requería una Declaración Nacional y no unilateral (¿porqué no la acompañó el mandatario saliente?), y que no solo se limitara en lo fundamental a rechazar la presidencia “pro tempore” de Maduro en el hoy Merc-unasur. También debió haber contenido un enérgico ataque de la nulidad absoluta de todo lo actuado por los Castro-Chávez-Dilma…, en la grave cuestión que nos involucra, y poniendo en resalto el hecho de que las agresiones contra el Paraguay forman parte del proyecto político totalitario comunista regional.  

Lo concreto es que, en un caso del Alta Política Nacional (de seguridad, defensa, independencia, dignidad y soberanía de esta naturaleza), Franco no acompañó a Cartes, cuando que era de elemental y auténtico patriotismo la necesidad de una concertación local de tal naturaleza, con el respaldo mayoritario del Congreso, incluso, a objeto de evidenciar la unidad nacional en la materia, incluyendo manifestaciones de apoyo de la sociedad al Estado y la sociedad, demostrando formalmente la existencia de un frente único político, diplomático y jurídico en defensa del Paraguay.

Los que dejan el Palacio, salvo en un par de cuestiones, fueron siempre cobardes e incapaces, ignorantes además, en lo referido a una efectiva defensa de la Patria paraguaya y la Humanidad. Franco, el desgobernante, y su cancillerito J. F. Fernández E., ¡tardaron un año para retirar de Brasilia-Planalto a la vetustez del “embajador” correligionario Evelio Fernández Arévalos, en eternas vacaciones de jefe de misión nunca recibido por la terrorista no arrepentida y presidenta Dilma Rousseff, mientras ella, la “emperatriz”, mantenía al frente de su embajada aquí a un encargado de negocios manejado por los radicales del PT.

Las limitaciones de la declaración del presidente electo, es consecuencia de la impericia política de Cartes y de sus entornos más influyentes, en materia internacional, y en lo jurídico-diplomático, con las notorias excepciones del los ex cancilleres Luis M. Ramírez B. y Jose A. Moreno R., y de otros pocos más. Evidencia esto que el presidente electo, no es una sorpresa, sigue teniendo la grave limitación de carecer de un apropiado estado mayor político, capaz de leer e interpretar las acciones y omisiones, y palabras y silencios, de los enemigos del Paraguay, y de sus lacayos internos, de manera tal a formular e implementar una Alta Política Estratégica Nacional, traducida en políticas públicas efectivas, en defensa de nuestros intereses patrios, y siempre enfatizando en lo jurídico y político-diplomático, pero capaz de anticiparse a los acontecimientos, incluso.

CONDICIÓN NECESARIA, PERO INSUFICIENTE
Es por eso que, si bien Cartes, como correspondía y no se le debe negar el mérito que jamás tuvieron Franco y Fernández, al respecto, casi a último momento endureció su posición en la defensa del interés nacional paraguayo, frente a las agresiones “merc-unasurianas”. Pero no dio en el blanco al limitar su férrea oposición a la presidencia “pro tempore” de Maduro, válida sin duda, entre varias razones más porque puso en evidencia la prepotencia, inflexibilidad y peligrosa irreflexividad de los totalitarios regionales, quienes autoritariamente nos convirtieran en su enemigo, interviniendo además en nuestros asuntos internos por procedimientos típicamente colonial-imperialistas.

El comunicado de Cartes, también comete el error de dar momentánea legalidad y legitimidad al “Protocolo de Usuhaia” (el “2”, obviamente, derivado del de la Unasur), por sus tan controvertidas cláusulas intervencionistas, las que fueran suscritas por Lugo y Lara Castro en Montevideo, en una cumbre ya del Merc-Unasur, en diciembre de 2011, pero jamás aprobadas por el Senado paraguayo, ni el “Tratado de Unasur” y tampoco la inclusión de sus normas totalitarias en las del Mercosur, en materia de “defensa de la democracia”. Y nunca debe olvidarse que el Senado paraguayo votó en contra del ingreso de la Venezuela chavista al Mercosur, por los procedimientos seguidos por Caracas y reñidos con el derecho de los Estados y las normas internacionales del ordenamiento jurídico que rige relaciones entre naciones, entre estas y la ONU y con las organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales, y otros actores internacionales.

De todas maneras, la inclaudicable oposición a la presidencia “pro tempore” de Maduro es una manera no tan drástica, como debiera haber sido, pero válida, de cuestionar las legalidad y legitimidad de lo decidido por el Merc-Unasur, desde el intervencionismo de sus cancilleres aquí, durante el juicio político constitucional (junio 2012), y por la violación al Tratado de Asunción (1991) y su normativa derivada, en particular la del reglamentador Protocolo de Ouro Preto (1994), todo ello contrario al derecho internacional público y a nuestro orden jurídico. Eso comenzó con la decisión de suspender al Paraguay del Mercosur, adoptada por los presidentes Cristina Fernández Kirchner, José Mujica y Dilma Roussef, en la reunión de Mendoza (Argentina, fines de junio de 2012), potestad de la cual carecían.

En tal sentido, podemos aceptar como válida la argumentación de Moreno Rufinelli, al interpretar la declaración de Cartes del 12 de julio en los siguientes términos:

“El excanciller nacional José A. Moreno R. señaló ayer que el comunicado del presidente electo, Horacio Cartes, refleja la posición de que se cometió la arbitrariedad, la injusticia e ilegalidad contra el Paraguay. Sostuvo que al no participar nuestro país en las reuniones del Mercosur, todas las decisiones que se toman son nulas. ‘Esta asunción de la presidencia pro témpore de Venezuela es un acto que para nosotros no tiene relevancia alguna desde el momento que nosotros consideramos que Venezuela no es parte del Mercosur. Por tanto, para nosotros no tiene validez’, manifestó” (http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/todas-las-decisiones-son-nulas-opina-excanciller-594996.html).

ENFRENTAR LA GUERRA NO DECLARADA Y EN ESCALADA
Esta guerra encubierta en contra del Paraguay, ordenada por el genocida Castro, y con los condimentos propios de los totalitarios Dilma-Lula-García y la minoría comunista brasileña, que construyó una endeble mayoría para ganar elecciones (recurriendo a la corrupción generalizada y al ocultamiento de sus intenciones) pretende la toma del poder en Brasil y para ello el Paraguay soberano es un impedimento. Por consiguiente, y para las siguientes fases de la lucha recién en sus inicios, sugerimos debatir las  propuestas de Alta Política Estratégica Nacional para tiempos de crisis excepcionales, como los que vivimos, y que se exponen a continuación:

1.      Denunciar argumentadamente y con la artillería pesada de las pruebas acumuladas, ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, a los desgobiernos agresores del Paraguay y nucleados en el Merc-Unasur, por violación del ordenamiento jurídico del Paraguay y también del derecho internacional público;
2.      Iniciar una campaña político-diplomática urgente en el seno de la OEA para la aprobación por la Asamblea General del “Informe Insulza sobre el Paraguay” (2012), trámite “congelado” por el actual secretario general, una traición a él mismo, en función de sus aspiraciones politiqueras en su Chile natal. A raíz de ello se Cartes debe solicitar al desgobierno saliente que no condecore al secretario José Miguel Insulza, pues no sería raro que hubiese vendido la causa nacional paraguaya, para reunir fondos con vistas a su costosísima campaña para acceder el senado en Chile;
3.      Incoar las acciones de inconstitucionalidad de todo lo concerniente a las agresiones merc-unasurianas al Paraguay, instrumento jurídico probatorio indispensable, lo mismo que el “Informe Insulsa” para las acciones ante La Haya;
4.      Incrementar nuestra presencia y participación en la Alianza del Pacífico, recurrir al tratado vigente de la ALADI para nuestras negociaciones bilaterales y de bloques internacionales, obviando todo lo concerniente al “Mercosur”, del que el Paraguay no debe retirarse y sí demostrar que son Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela quienes deben reincorporarse al “Tratado de Asunción”, custodiado en su legalidad y legitimidad jurídicas, diplomáticas y políticas por la República del Paraguay;
5.      Rediseñar e implementar una nueva política de alianzas internacionales del Paraguay a raíz de esta grave crisis, y para fortalecer la posición externa de la Patria;
6.      Buscar la declaración de “Causa Nacional” para esta crisis por parte del mandatario electo y próximo a asumir, entre los partidos y fuerzas democráticas en el Congreso, y con las organizaciones empresariales, sociales, gremiales y en general con la sociedad toda, con la sola exclusión de los traidores a la Patria paraguaya y la humanidad, de tal manera que cada decisión esté respaldada nacionalmente e incluso por el desgobierno saliente;
7.      Realizar una gran marcha cívico-nacional del Pabellón Patrio, en Asunción, capitales departamentales y toda la república, en defensa de la Patria paraguaya y para respaldo de las políticas soberanas del Primer Mandatario de la Nación, en tal carácter;
8.      Iniciar investigaciones oficiales (y periodísticas) acerca del grado de infiltración de los agentes subversivos del KGB castrista y sus secuaces, operando libremente en el Paraguay desde el desgobierno de Nicanor Duarte Frutos, acrecentado tal peligro bajo la traición de Lugo y los “lugoides” al Paraguay, y mantenida con Franco en el Palacio de López;
9.      Diseñar una política de Seguridad Nacional (defensa de la República y seguridad ciudadana) acorde para los tiempos que vivimos, e implementar la ley del Servicio de Inteligencia Nacional, y además otorgarle la importancia que se merece a la Secretaría-Consejo de la  Seguridad y Defensa Nacional, y fortalecer tal institución del ámbito del Ejecutivo;
10.  Rediseñar las condiciones de seguridad del mandatario electo, que no puede estar en manos de un grupo de mercenarios de la seguridad, de origen israelí, pero de naturaleza privada, y dar cumplimiento en materia de protección de los más altos servidores públicos, y de la Constitución y la soberanía e integridad territorial, a lo estatuido legalmente en materia de Fuerza Pública;
11.  Iniciar de inmediato las gestiones para renovar tratados y protocolos de seguridad con tradicionales aliados del Paraguay, y buscar a otros nuevos en el ámbito de los países democráticos del orbe;
12.  Programar un traspaso y ascensión al mando presidencial regido por una estricta austeridad, y no invitar oficialmente a los mandatarios de la región que son enemigos de la Patria paraguaya, enfatizando sí los lazos de amistad con los gobiernos que respaldaron al Paraguay en justicia, en estos tiempos nublados. En los casos de Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba, invitar a personalidades públicas y privadas que no se han plegado a las agresiones antiparaguayas, y que, por el contrario la han defendido;
13.  Integrar en el Poder Ejecutivo un “Grupo de Tareas”. Funcional y operativo, de asesoramiento plural y democrático, para cuestiones internacionales, de seguridad nacional y políticas, encargado de elaborar sugerencias de Alta Política Nacional y Estratégica, sin olvidar que materias pendientes en inseguridad local-internacional tienen que ver con la existencia del grupo terrorista autodenominado EPP, las nuevas organizaciones subversivas, clandestinas y de masas que están preparando los infiltrados del KGB castrista, y el creciente y en expansión poder de la narcoactividad que ya tiene a su “lobby” parlamentario, y que cuenta con la complicidad de grandes bancos y mega empresas para el lavado de dinero; y
14.  Investigar por la prensa y las redes todos estos acontecimientos, y desde las redes estimular la participación y movilización cívica de la ciudadanía en defensa de la Patria y la democracia, no incurriendo en el grave error de identificar política con su perversión que es la politiquería ni partidos políticos con la corrupción partidocrática de ellos. En tales dimensiones actuar como vigilantes y contrapesos de los mandatarios públicos, electos y no electos.

Lógicamente, no es todo. Pero bastante para empezar, y sobre todo que entendamos que la seguridad y defensa de la República del Paraguay es jun derecho deber de la ciudadanía. ¡El pueblo paraguayo debe defender a sus instituciones democráticas, y hacerles abandonar los lastres que impiden la gobernabilidad propia del Estado de derecho democrático, y no temer en respaldar al presidente electo cuando proceda correctamente en defensa de la Patria paraguaya y sus instituciones, lo que es una gran contribución para la Humanidad, y tampoco dejemos de criticarlo, sin sectarismos ni extremismos, cuando sus decisiones y palabras no estén a la altura de sus responsabilidades para con “nosotros, el pueblo”!



JLSG
Asunción, a jueves 18 de julio de 2013

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