El pabellón nacional se eleva a los cielos de la tierra y atrás el Templo de la Patria, el Panteón Nacional de los Héroes y Oratorio de la Virgen Santa María de la Asunción, que nos acogen a todos, creyentes y no creyentes, nacionales y gentes de otras tierras. ¡Este Templo-Oratorio representa soberanía entre iguales, Estado de derecho democrático y sociedad abierta, que permiten construir a diario, paso a paso, con justicia y libertad, la condición humana!

miércoles, 12 de diciembre de 2012

De las temerarias, mentirosas e injustas calificaciones de Santiago Cantón, ex Secretario Ejecutivo de la CIDH, acerca del inexistente “golpe de Estado” parlamentario en el Paraguay, se trae a colación la sabiduría popular, condensada en la frase según la cual quien dice lo que no debe escucha lo que no quiere



El actual director del Centro Robert F. Kennedy (EUA), Santiago Cantón, alto ex funcionario
de la OEA en su rama de Derechos Humanos, persiste en su ignorancia temeraria al calificar de “golpista” al actual presidente paraguayo Federico Franco (Fuente: elespectador.com, bajado de Google).


¿Qué tiene Santiago Cantón, en contra de mi país, el Paraguay? ¿Qué le hicimos los  paraguayos para continuar demostrando, acerca de nuestra realidad nacional, tan estólida y a la vez supina ignorancia, denostando de nuevo, y desde la tribuna mundial de “El País” de Madrid, como “quiebra democrática” el juicio político constitucional, legal y además legítimo, en fondo y forma, que a fines de junio pasado culminara con la destitución del “bolivariano” presidente Fernando Lugo?

Después de una vida fraudulenta, hedonista y sibarítica, de sacerdote y obispo apóstata, dizque “teólogo de la liberación”, y de abusador reiterado y comprobado de humildes jóvenes campesinas, madres de sus hijos no reconocidos (pocos lo fueron siendo ya presidente, en el marco del escándalo político que estalló a raíz de ello), el todavía monseñor Fernando Lugo Méndez, con un grupo de aventureros politiqueros locales, impresentables del más variopinto origen y pelaje, en un arco que unía a las preponderantes extremas derecha (saldos stroessneristas) e izquierda (estalinistas impenitentes, aunque no lo reconozcan), recurrió a su sotana y cruz de consagrado, con la colaboración de gran parte de jerarquía, clero y laicos católicos (¡después de la Paz de Westfalia, de 1648, que entre sus novedades consagrara la de la separación Iglesia-Estado!).

Lo hizo monseñor Lugo y sus “monaguillos” ávidos de poder, riquezas y placeres, para llegar al Palacio de López (2008) por medio de elecciones típicas de nuestra democracia de tan baja calidad, y desde ahí “construir poder”, a objeto de eternizarse en él (ver más detalles en el todavía no escrito “Manual del perfecto totalitario ‘bolivariano’, rama paraguaya”).

Si de ignorancia se trata lo suyo, simplemente de ello, es muy grave igual, porque sus inhumanos y maliciosos exabruptos antiparaguayos provienen de alguien que, como Ud., tiene una larga y meritoria trayectoria en defensa de la condición humana, en el sistema de la OEA, desde el ámbito de la tan trascendente Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde llegó a ser nada menos que su Secretario Ejecutivo, después de haber desempeñado otras importantes responsabilidades. Amén de que  ahora ocupa la dirección del Centro Robert F. Kennedy (1925-1968), de tan digna e ilustre memoria, y sacrificado impunemente a raíz de su ejemplar trayectoria de demócrata y humanista norteamericano, al igual que su hermano mayor, el presidente John F. Kennedy (1917-1963).

La extraña obsesión de Cantón
El juicio político que destituyera constitucionalmente a Lugo, que Ud. denomina equivocadamente (pienso así todavía) “quiebra democrática”, en realidad significó en la historia del Paraguay la primer experiencia de una solución institucional a la graves crisis de Estado, que viene de muy largo tiempo atrás. La más reciente manifestación fue el triunfo electoralista de Lugo, un “outsider” en la política, en abril de 2008, con la complicidad oportunista y estratégica del tradicional Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), y de otras pequeñas organizaciones politiqueras de similar jaez, y de una dirigencia social y campesina en descomposición.

El conglomerado anti colorado liderado por los “lugo-bolivarianos”, también incluyó a la crema y nata de la “inteliguentsia” local, socios de los nada baratos y privilegiados “intelectuales orgánicos” del progresismo regional. Hasta bien avanzado el régimen (2010) tuvo incluso el apoyo del diario “abc color”, el de mayor circulación nacional, propiedad de su director el magnate Aldo Zucolillo, uno de los visible poderes fácticos no criminales locales.

Lugo, desde poco antes de convertirse en el presidente electo, fue asesorado directamente por el injerencista dictador Hugo Chávez en nuestros asuntos internos. Un gamberro al frente de tan rocambolesco elenco, no podía sino convertirse en el desgobierno, el del farsante e irresponsable ex obispo y peor presidente. Así condujo al país, de manera acelerada, hacia un estallido generalizado de violencia, estimulando la polarización política e ideológica, y la social también, exacerbando los conflictos acumulados históricamente.

Siguió en ello la estrategia de confrontación antagónica de clases que le era dictada por el régimen neopopulista y neototalitario (“light” este, según la autorizada palabra de Teodoro Petkoff, el ex comandante guerrillero venezolano, y disidente democrático desde hace tiempo en su país) del “bolivarianismo”, la expresión más agresiva del denominado “socialismo siglo XXI”. Y desde su plataforma de ingentes “ideales” petrolíferos, además de su subordinación ideológica a Fidel Castro (el totalisaurio del Caribe), y de sus relaciones tan estrechas con Irán, Libia (la de Gadafi) y la Siria del genocida de Damasco, le fue muy fácil sumar a los caviarnícolas (deglutidores de caviar y cavernícolas ideológicamente) de todas partes.

Chávez fue hábil en comprar, y no a precio de remate, a intelectuales marxistas-leninistas ortodoxos, ávidos de todo (excepto de riesgos) y por entonces en baja en el mercado de la industria ideológica “revolucionaria”, siempre tan tóxica. Entre ellos figuran representantes de alto coturno de la “gauche divine” sudamericana, como los argentinos Atilio Borón y Ernesto Laclau, y los brasileños Marco Antonio García, Samuel Pinheiro Guimaraes, Emir Sader, y tantos otros, que actuaban como correa de transmisión entre La Habana-Caracas-Brasilia-Buenos Aires y los neófitos en todo, incluso en ideas, los intelectuales paraguayos, mariscales y mariscalas de la derrota de Lugo, desde el Palacio de López.

La “Banda de los Cuatro” de Caracas-Brasilia
En un tal contexto, se gestó la más reciente agresión regional contra el Paraguay, dirigida y ejecutada por la ultraideologizada Unión de las Repúblicas Suramericanas (Unasur), manifestación también del obsesivo antinorteamericanismo del Itamaraty y la Brasilia “petistas” para debilitar a la “proimperialista” OEA (y de la que la actual crisis de la CIDH, la más grave de su corta y proficua historia, es un resultado).

La Unasur le fue servida a Chávez en bandeja de plata, por el entonces presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva (2003-2011, un régimen de auténtico “estado de corrupción”, como se está comprobando ahora y en el que el tan “exitoso” líder sindical y gobernante de izquierdas no puede sino tener al menos responsabilidad política), para que hiciese el trabajo sucio regional que Planalto todavía no se atrevía a realizar.

Su más grave consecuencia fue la desaparición del Mercosur (surgida con el Tratado de Asunción de 1991), ocurrida en la cumbre presidencial de Mendoza, de la que a fines de junio pasado fuera “suspendido” el Paraguay, supuestamente a raíz del “golpe parlamentario” y en abierta y descarada violación del Derecho Internacional, de la normativa “mercosuriana” y de la Constitución paraguaya (1992). Todo con la complicidad de democracias vergonzantes del área (Chile, Colombia y Perú).

Todo para que el Mercosur fuera asaltado por la Venezuela chavista, lo que se concretó finalizando julio último, en la cumbre de Brasilia, ocasión en la que la “Banda de los Cuatro” (Cristina Fernández, Dilma Rousseff, Hugo Chávez y José Mujica) enterrara al más esperanzador de los mecanismos integracionistas del área, que fuera el Mercosur. Tal proceso se realizó conculcando siempre los inalienables derechos del Paraguay, en los hechos “expulsado” de su seno por procedimientos de fuerza típicamente totalitarios.

El resultado de ese auténtico “parto de los montes”, fue el engendro del Merc-Unasur “bolivariano”, que nació de un golpe de Estado sudamericano en contra del siempre precario ordenamiento jurídico internacional, continental y regional. El primer paso se dio en la cita de presidentes del Mercosur más Chávez y otros, en diciembre de 2011 (Montevideo), cuando fue aprobado, violando las leyes internacionales y a la Carta Magna paraguaya, el protocolo intervencionista y antiparaguayo conocido como “Ushuaia II”.

Este fue ideado entre Brasilia y Caracas para quebrar la tenaz oposición del Paraguay a la incorporación, como miembro pleno del Mercosur, de la Venezuela “socialista siglo XXI”. El Paraguay no hacía sino ejercer correctamente sus derechos contemplados en el Tratado de Asunción y demás normas del esquema de integración subregional.

Además, la política económica chavista, y su pésimo récord en materia de derechos humanos, y de las exigencias de lo que debe ser un Estado de derecho democrático (por ejemplo, ver al respecto el meduloso Informe 2012 sobre Venezuela, de “Human Rights Watch”), estatutariamente impedían e impiden que el régimen “bolivariano” pueda ser considerado apto para incorporarse al organismo subregional derivado del Tratado de Asunción.

Hablando siempre acerca del intervencionismo neoimperialista subregional, en perjuicio de la soberanía y la independencia de la República del Paraguay, basta mencionar otro ejemplo. El de la más descarada injerencia en nuestros asuntos internos, en la historia contemporánea del Paraguay, por parte del canciller chavista Nicolás Maduro, el virtual presidente de hecho de Venezuela en estos momentos.

El prepotente “diplomático” incluso intentó orquestar, fracasando en el intento, un golpe militar local con las Fuerzas Armadas paraguayas, para impedir que se llevara a cabo la destitución de Lugo, aprobado a resultas del juicio político incoado en contra suya por el Congreso. Maduro tuvo en su séquito, también, en calidad de comparsas, a los cancilleres y gobiernos de Bogotá, Lima y Santiago, todos ellos sometidos a los delirios mesiánicos de Chávez y a los de los “petistas” que gobiernan Itamaraty y Planalto.

El oportunismo español de Cádiz 2012
El chantaje y las presiones antiparaguayas de los “socialistas siglo XXI” y sus cómplices “democráticos”, también tuvieron repercusión en España. Los “bolivarianos”, lamentablemente, lograron imponer a La Moncloa, e incluso enlodaron en el entuerto, el que todavía no ha encontrao a su desfacedor, nada menos que al rey Juan Carlos, el jefe de Estado de la monarquía parlamentaria española.

Los chavistas condicionaron su asistencia a la celebración del bicentenario de la Pepa, la Constitución liberal del Imperio español jurada en Cádiz (1812), que se realizó en paralelo a la XXII Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de gobierno. La toxicidad neototalitaria que impera en Sudamérica ensució así la efeméride tan importante para ambos lados del Atlántico luso-hispano-parlantes, y además comprometió seriamente la posibilidad de futuro de la Comunidad Iberoamericana de Naciones.

Amén que, al final, Chávez y su patota de presidentes politiqueros no asistieron, y después del previsible fracaso de Cádiz, contradiciéndose a sí misma, Madrid reconoció la legitimidad y legalidad constitucionales del gobierno del presidente Federico Franco, surgido de la destitución de Lugo.

En este caso, y en un matrimonio “contra natura”, el oficialismo español de derechas, ávido de “enlaces” politiqueros con los socialistoides del PSOE, de manera prepotente e ideologizada sacrificaron la presencia del Paraguay en Cádiz para congraciarse de manera oportunista con los momentáneos desgobernantes de la región, y sobre todo para captar las inversiones y el comercio (¿?) con la “sexta potencia económica mundial”, el Brasil, país al que equivocadamente los “sabios” de Madrid consideran una economía en la cual asentar bien una baza extra continental, importante a jugar en los intentos de atenuar los efectos tan graves de la crisis de España, en una Europa  huérfana de alta política y de estadistas.

En este juego perverso de la peor “realpolitik”, la condenada al fracaso de antemano, también hizo un trabajo deplorable “El País” de Madrid, y nada menos que con su Consejero Delegado a la cabeza, Juan Luis Cebrián. Este intelectual y periódico, a cambio del no obtenido plato de lentejas podridas del “bolivarianismo” regional en desbandada, olvidaron “El libro de estilo de El País”, en la cobertura de Cádiz 2012 y su culebrón antiparaguayo, como muy pronto habrá de enterarse el “Defensor del Lector” del periódico, por una denuncia de quien ahora se dirige tan críticamente a Ud.

Un “error” inexcusable
Este artículo suyo, señor Cantón, no solo es criticable por lo que al Paraguay respecta. Además de su pésimo estilo periodístico es también defectuoso no solo por las verdades a medias que expresa, sino por tantos silenciosos ominosos que, creo, constituyen una afrenta no solo para el Paraguay, sino también para los lectores de “El País” y para el Centro RFK que lo tiene ahora de director.

Sobre el caso paraguayo, siendo Ud. todavía Secretario Ejecutivo renunciante de la CIDH, en una manifestación de soberbia y extrema imprudencia, antes de haber investigado de oficio lo ocurrido en el Paraguay con el juicio político y sus derivaciones, se atrevió a preopinar condenando el inexistente golpe parlamentario en mi país.

Después de haberse comportado con tanta temeridad, ¿no leyó Ud. el Informe Final de la misión a Asunción encabezada por el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, que desmiente punto por punto todas sus aberrantes calificaciones acerca de la realidad política paraguaya?

A raíz de tales excesos suyos, como le informara en su momento por correo electrónico, a fines de junio pasado me vi obligado a suspender la presentación de una denuncia mía por denegación reiterada y sistemática de justicia, en contra del “Poder Judicial” paraguayo (y en especial de su “Corte Suprema” y nada menos que de su “Sala Constitucional”), de muy buenas migas con el desgobierno “lugo-bolivariano”, hasta su caída.

Aunque esto me puede costar muy caro en el ámbito de ese pode fáctico que impera en la denominada justicia paraguaya, momentáneamente me privé de solicitar la protección de la CIDH: es que no puedo estar litigando en contra del Paraguay, en el seno de la única institución interamericana capaz de escuchar mis reclamos en cuanto a derechos fundamentales se refiere, si la mencionada comisión se pliega a la inhumana y pro totalitaria alianza antiparaguaya, gestada visiblemente desde La Habana, Caracas y Brasilia, en ese orden. Cualquier cosa que pudiera ocurrirme, en términos de persecuciones de cualquier índole, a raíz de esta situación, también le hago públicamente responsable a Ud.

Señor Cantón: por ética, y hasta que se pueda demostrar lo contrario, estoy obligado a presumir que Ud. se ha equivocado de cabo a rabo en cuanto al juicio sumarísimo seguido de condena basada en prejuicios, que realizó (una verdadera sentencia arbitraria) acerca de la crisis de Estado, la que estallara en parte, y abiertamente, en junio pasado.

Conociendo su límpida trayectoria en la CIDH, la que no debe estar exenta de errores humanos, desde luego, todavía me niego a creer que Ud. sea otro de los miembros de las elites latinoamericanas convertidos en mercenarios por la dictadura de Chávez, a cambio del respectivo peso en oro de la persona en cuestión. Es por eso que le invito a investigar en serio la cuestión paraguaya, para lo cual me pongo, en la medida de mis posibilidades, a su disposición. Lo mismo pienso del señor Cebrián y de los periodistas de “El País”.


JLSG
Asunción, a martes 11 de diciembre de 2012
Código del artículo: CEH8

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domingo, 9 de diciembre de 2012

De como era previsible, ahora el relato se ocupa de otro totalitario acto de censura, para silenciar de nuevo las páginas en “facebook” de quien esto firma, lo que gracias a prevenciones adoptadas será superado en breve, para minimizar el daño de esta violación de derechos humanos fundamentales

Escribe José Luis Simón G


La censura en un castigo constante que padecemos quienes luchamos por la sociedad abierta (Fuente: Análisis LIbre Internacional", gráfico bajado de google).



Denuncio, ante mis amigas y amigos de las redes, aquí y en el exterior el cuarto o quinto ataque consecutivo a mis cuentas en “facebook”, en los siete meses que llevo interviniendo en ellas, de las cuales acabo de quedar privado nuevamente, después de apenas un mes de la última agresión. Esto demuestra el grado de intolerancia con el pensamiento diferente que existe en nuestro país, el que muy probablemente también esté vinculado con otros de la región. La censura se produjo poco después de la medianoche del sábado, acabado de iniciarse el domingo.

Pero gracias a la reacción inmediata del equipo de crisis de estas páginas,  este grave inconveniente será solucionado –esperamos en el curso de esta mañana. Todavía no se sabe el tiempo que llevará conocer a ciencia cierta el origen de esta arbitrariedad, y de las anteriores y similares. Desde la última vez estamos investigando el origen de estas manifestaciones de  intolerancia reiterada. Ya tenemos algunos datos, pero necesitamos más cruzamientos para no acusar irresponsablemente.

El reprobable y reprochable recurso a la censura es típico de las personas y grupos prepotentes, despóticos, autoritarios o totalitarios que no pueden aceptar que otras personas o instituciones ejerzan sus derechos y garantías constitucionales, en este caso el usufructo legal y legítimo de las libertades de pensamiento y de su expresión por cualquier medio.

Es evidente que los “posteos” en “facebook” de JLSG molestan, y mucho. También su blog, al que no pueden borrar como ocurre tan fácilmente con las páginas del soporte mencionado. Una buena noticia es que el blog  muy pronto habrá de transformarse en una página web hecha y derecha.

La impunidad con que perpetran sus deplorables acciones  –hasta ahora–, los depredadores de nuestra Ley Suprema y del derecho internacional de los derechos humanos, obligará a insistir más a menudo en las colaboraciones para el blog (¡ya superó la barrea de 25 mil visitas, en siete meses de vida) a realizar más vídeos y a acelerar la emisión de un programa de radio por internet, esto también desde el blog. Serán avisados por todos los medios, empezando por este, los días y horas de transmisión. Al principo con una frecuencia de dos o tres veces a la semana, y seguramente entre las 00:00 y las 02:00 hs. ¡Podremos dialogar en la red!

A quienes honran con su amistad y el “me gusta”, a JLSG en “facebook”, particularmente, desde las distintas redes, les pedimos que de inmediato renueven sus contactos y preferencia con nosotros, y que se comuniquen con los nuevos perfil y biografía de JLSG para reanudar nuestra amistad virtual.

En la etiología del uso de la violencia inconstitucional, de naturaleza autoritaria o totalitaria, en cualquier parte del mundo, para acallar o atemorizar a quienes se atreven a expresar en público, libremente, su pensamiento, la primera señal de la escalada de la intolerancia comienza con silenciar la palabra crítica, la diferente, la disidente.

Al principio la gente, en las sociedades que son víctimas de la cultura autoritaria predominan, no le da importancia a esto. “La cuestión no es conmigo”, piensan muchos. Están muy equivocados.

El daño que causan a u ser humano, los enemigos de la sociedad abierta, le infringen también a todos aquellos que le siguen, en las redes, en este caso, privándoles de recibir plurales comentarios, intervenciones, análisis, etc. Y le privan, al forzado protagonista del oprobio de la siempre peligrosa intolerancia de que continúe comunicándose. Así ¡nos amputan a todos la transparente atmósfera de las sociedades abiertas! Si estas “advertencias” no funcionan, se incrementan las presiones, las amenazas y lo que sea necesario.

En más de cuatro décadas de ejercicio del periodismo, de la cátedra, y de incursionar también en las publicaciones académicas y científicas, en el Paraguay o el exterior, jamás abogué por la censura.

Mucho menos la practiqué cuando fui director de varios medios de prensa escrita o conduje programas de radio y de televisión, de constatada circulación aquellos, y estos de elevadas audiencia y “rating”.

Tampoco ejercí la censura en importantes publicaciones académicas de ciencias sociales, una (“Propuestas Democráticas”) en la Universidad Nacional de Asunción, que coauspiciara institucionalmente la Fundación Hanns Seidel socialcristiana, del Bunderländer de Baviera, en la RFA. Y la otra (“Perspectiva Internacional Paraguaya”, la primera de su género aquí, y hasta ahora la única en su estilo) en el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos (CPES), entidad esta última que está a punto de cumplir medio siglo de proficua tarea académica, editorial y de producción de conocimientos científico-sociales.

Las dos publicaciones, fundadas la primera en época de la dictadura, y la segunda inmediatamente después de iniciada la apertura política en 1989, duraron pocos años por falta de recursos. ¡En el Paraguay de mediados del siglo pasado en adelante, existen recursos materiales para cualquier extravagancia o corruptela, pero todavía estamos muy lejos de invertir, lo mínimo necesario incluso, en educación, ciencia y cultura!

¡Nadie puede decir que, a lo largo de toda esta trayectoria profesional, de periodista y comunicador, de polígrafo, de investigador de las ciencias sociales en universidades locales y extranjeras, JLSG jamás haya ejercido, tan solo una vez, la totalitaria censura!

Uno de los mayores bienes intangibles de nuestra civilización ha sido lograr las libertades de pensamiento y de su expresión. ¡Jamás abandonaremos el compromiso con tales derechos fundamentales! Los enemigos de la condición humana pueden estar seguros de ello.

¡Cuento con Uds., amigas y amigos!¡Y saben Uds. que también pueden contar conmigo!

Les abrazo con la amistad de siempre y con el compromiso de continuar luchando por nuestra “Patria soñada”, la colaboración que los paraguayos le debemos a la humanidad y no solo a nuestra historia.




JLSG
Asunción, a domingo 9 de diciembre de 2012
Código del artículo: CNJ5


jueves, 6 de diciembre de 2012

De cuándo y cómo el Paraguay empezó a joderse en su historia, y no en “Conversación en La Catedral”, víctima de las ambiciones e incapacidades de minorías voraces y politiqueras, tradicionales y novísimas, que ponen en peligro la existencia de la nación paraguaya


Temerosos, desorientados y politiqueros, el presidente Federico Franco (izq.) y su canciller, el autodesignado “embajador del servicio exterior”, José Félix Fernández E., carentes de políticas públicas externas están comprometiendo la suerte del Paraguay en una coyuntura internacional particularmente peligrosa (Fuente: fotografía bajada
de la sección imágenes de Google).



En una de sus primeras y fundacionales novelas, “Conversación en La Catedral” (Seix Barral, Barcelona, 1969), Mario Vargas Llosa, por medio del autobiográfico protagonista, Santiago Zavala, “Zavalita”, principia el libro con la pregunta inicial que este se hace, un estallido apenas comenzar: “¿en qué momento se jodió el Perú?”.

Toda la obra es un intento del autor por brindarse una respuesta, bajo la forma de una vasta metáfora del Perú, en este caso el de la dictadura oligárquica y conservadora del general Manuel A. Odría (1948-1956), en un país étnica, cultural, geográfica y socialmente no solo diverso sino enemistado entre sus naciones, el presente en ese entonces de un pasado republicano sombrío y reiteradamente fallido, como tantos otros de los países del área, y a su vez la prefiguración del pasado de un futuro de incertidumbres, tantas y antagónicas que ni la magia fabuladora del “Zavalita” verdadero, el Premio Nobel de Literatura de 2010, Vargas Llosa, podía jamás haber imaginado.

Tuvo razón Gabriel García Márquez (igual de magnífico escritor del “boom” de la literatura latinoamericana, fenómeno cultural que este año cumplió su medio siglo de vida, y él a la vez, Nobel también, como su colega el escritor peruano, pero ya de 1982) al decir que, en nuestra parte del mundo, ¡la realidad siempre supera a la más fantástica de las ficciones!

Llevo tiempo, décadas ya, preguntándome, y sin pretensiones de “Zavalita” alguno, pero siguiendo existencialmente el ejemplo de su padre literario, ¿desde cuándo empezó a joderse el Paraguay? Varias veces en que creí haber llegado al borde del principio del inicio del prólogo del preámbulo de un primer atisbo de intento de explicación, del más elemental de sus borradores, apareció algún nuevo dato de la realidad nuestra de cada día para desconcertarme, arrasando con la respuesta castillo-de-naipes tan sacrificada y artesanalmente construido, y cual el mítico Sísifo, solo que de carne y hueso y no de la antigüedad clásica, al haber comprobado la debilidad fatal de la hipótesis que no soportó su falsación, otra vez vuelta a comenzar, el recorrido, por enésima vez, ¡de nunca acabar!

Últimamente, mi preocupación acerca del Paraguay “jodido” se ha acrecentado, a medida que transcurre este tiempo local y universal de cambio de época dentro de una transformación similar, pero a su vez más amplia, profunda y veloz. Es tal y no otra la especificidad de lo que ya nos preanunciara Ernesto Sábato, en su disección tan rica de la crisis de nuestro tiempo, “Hombres y engranajes”, ensayo de 1951.

Apenas un cambio de presidente
En cuanto al Paraguay, en junio nos libramos de manera constitucional –con un salto politiquero al vacío, porque no se trató del cambio de sistema, en el sentido de avanzar hacia una verdadera institucionalidad democrática– apenas del régimen “lugo-bolivariano”, aventurerista, corrupto, perverso y de entrañas totalitarias, profundamente anti paraguayo además. Es por eso que las mafias “socialistas siglo XXI” de Planalto, Brasilia; la Casa Rosada, Buenos Aires; y, sobre todo, del Palacio de Miraflores, en Caracas, y otras subordinadas, dijeran desde antes del “consumatum est”, que fue un “golpe parlamentario y reaccionario”.

El juicio político legal y legítimo, dentro de la ilegitimidad del sistema politiquero que impera desde 1989, ocurrió cuando estaba de nuevo a punto de incendiarse el Paraguay, otra vez. Pero ahora con un nuevo tipo de modelo politiquero, uno perimido ideológicamente, al que nos estaba conduciendo la violencia de los espíritus, sistemática, e inducida desde las más altas esferas “gubernamentales”, la de la “lucha de clases” siglo XXI. En Ñacunday, fracasaron, al no haberse atrevido todavía a cumplir con las exigencias de caos del neoimperialismo.

En Curuguaty derramaron sangre inocente, pero cobardes como son estos “revolucionarios” hedonistas y caviar-nícolas, todos 4x4, los de los entornos de Fernando Lugo, huyeron y dejaron abandonados a su suerte a la carne de cañón, enardecida ya en algunos de sus sectores, mayoritariamente confundidos, a resultas de la ausencia de liderazgo que les dejara sin conducción. Ni en las peores etapas de las luchas fratricidas del sistema bipartidista partidocrático tradicional sus líderes recurrían al sálvese quien pueda: morían ellos, poderosos y masas, en sus ambiciones de poder, desaforadas y siempre excluyentes de los vencidos, es decir, en el típico y sangriento juego de “suma cero”.  

Curuguaty, planeado y ejecutado carnavalescamente por la minoría “bolivariana” local, fue el punto de inflexión que hizo ver a la clase politiquera paraguaya que, de continuar coqueteando con Lugo, en busca de acomodos y prebendas, todos terminarían desalojados de sus privilegios y fortunas, abrumadoramente malhabidas en número. Con la sangre derramada en ese trágico momento acabó la alianza “contra natura” entre el denominado Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y los grupúsculos de ultra ideologizados “revolucionarios” locales.

Estos, en pleno siglo XXI, trataban de intentar en el Paraguay un nuevo octubre de 1917, tipo “gauche divine”, pero después de haber fracasado el original en la auto extinción de la URSS, una auténtica implosión sistémica. El problema para ellos fue que los auto titulados “lenines” y “ches” paraguayos no iban a arriesgar nada, cobardes, deteriorados y oportunistas, como son todos, corroídos por la pestilencia de sus ambiciones de riquezas y placeres, antes que de gloria, por equivocada que fuese su orientación “ideológica”. Cual modernos señores y señoras feudales (¡no seamos machistas!) para desangrar a la Patria paraguaya, en un plan demencial, tenían a tantas víctimas propiciatorias, seres deshumanizados de grupos sociales subalternos en la descomposición de la informalidad y la exlusión, miserabilizados, material, cultural y espiritualmente.

Fracasaron al no haber ninguno de los “lugo-bolivarianos”, uno solo, tenido el coraje totalitario de liderar la toma del poder, que de eso se trataba. ¡Ni siquiera revolucionarios marxistas-leninistas tiene el Paraguay! Aquí, en el arco que va de  Camilo Soares, pasando por “Paková” Ledesma, hasta llegar a José Rodríguez, representativos de la crema de los “revolucionarios” paraguayos, nadie estaba dispuesto a jugarse la vida en la toma a sangre y fuego del Palacio de Invierno (San Petersburgo, 1917). Empezando por el apóstata y traidor de todo, excepto de sus depravaciones, el tal Fernando-Armindo-Lugo-Méndez…

Otra histórica oportunidad perdida
Para quien esto escribe, la crisis de Estado del juicio político, antes que un problema debió haber sido una posibilidad. Pero después de la destitución de Lugo por el Senado en absoluto nada serio ha sido hecho, para empezar el imprescindible desarme real y efectivo del complejísimo mecanismo de ingeniería politiquera que había conducido al impresentable Lugo al Palacio de López, y que no fue otra que la tradicional de los criollos juegos de poder, sólo que en tiempos del cólera chavista y de un desorden internacional que solo deja tranquilos a los lelos locales, auténticos pavos reales de la estulticia más depurada y de las perores ambiciones desmedidas. Ellos son quienes con su vacío –algo inexplicable para la física– ni bien empezar el recorrido llenaron el dejado por los “lugo-bolivarianos”.

No bastaba con destituir a Lugo cambiando seis por media docena, o por cuatro o por ocho. De inmediato se debió haber iniciado la sustitución de ese síndrome tan preocupante de la exultante politiquería, estableciendo al fin lo básico de los cimientos de un Estado de derecho democrático, y los de una sociedad abierta, para llevar a cabo, y en libertad y con Justicia, las sistemáticas transformaciones y cambios moleculares (políticos, económicos, ambientales y  sociales), a los efectos de que el Paraguay deje de una vez por todas de seguir en la jodienda que es el calvario de su propia destrucción ininterrumpida. Para esto los politiqueros y los grupos de poder de todos los colores e ideologías, ya que no elites locales, son eficientes en extremo. Apenas para eso y en nada para defender a la Patria paraguaya de sus enemigos internos, importantes sin duda, pero en modo alguno imbatibles.

¡El “parto de los montes” (“Parturient montes, nascetur ridiculus mus”, lo dijo no Cartes, pero sí Horacio, el poeta latino) del juicio constitucional, en nuestro caso ni siquiera fue un simple ratoncillo, sino apenas más de lo mismo! Se cambió a lo gatopardo, algo, apenas, para que todo siguiese igual, solo que peor, como es de suponer en una coyuntura semejante. Nombres, colores e “ideologías”, más que nada intereses, como en el anterior régimen, son un “rejuntado” (paraguayismo todavía no admitido por la Real Academia) variopinto de elementos contradictorios, que es el desgobierno actual. Pero la de ahora es una coyuntura extraordinariamente más complicada, sobre todo en la dimensión internacional, en lo que a seguridad y soberanía se refiere y en materia de ataques internos y foráneos a la identidad nacional.

Desde luego, de eso nadie quiere darse cuenta en el desgobierno. Tanto entre quienes estarán por breve tiempo en Palacio y los que  apuestan a todo (aparato, dinero, mercadotecnia politiquera) para regresar a él o no abandonarlo. Me refiero a los candidatos “producidos”, de gigantografías interminables y lujosísimas, y de dentaduras perfectas, blanquísimas y de laboratorio, que en su brillo tan intenso no permiten ver los acerados y afilados colmillos apenas ocultadas por las sonrisas angelicales de candidatos y candidatas. ¡Todo por quedarse o volver a la que iba a ser la residencia principesca de Francisco Solano, presidente de una República despótica que con él se convirtiera también en dinástica!

Un país sin elites dirigentes
Agrava todo esto el que el Paraguay, desde hace tiempo, en los hechos carece de elites dirigentes en sentido amplio. Todavía no tenemos una burguesía ilustrada que políticamente se convierta en una derecha democrática, con sus intelectuales y medios de prensa orientadores, más allá de los intereses de sus propietarios, generalmente directores, y siempre dictadores. Familiares directos de no pocos de tales ya están incursionando en la politiquería, desde la anarquía luguista.

La denominada “inteliguentsia” local, en su mayor parte, y a cambio de prebendas varias, como otras de la región, también atrasadas y manipuladoras, optaron por subordinarse a la hipoteca ideológica del totalitarismo “bolivarianismo”. Lo demuestra la proliferación reciente de tantos panfletos “militantes”, “juicios éticos” y seminarios “contra el golpe parlamentario”, orientados y financiados casi todos desde Caracas, vía Buenos Aires y de Brasilia y San Pablo, como buenos colonizados que son los más destacados intelectuales “progres”. Estos se encuentran ahora en proceso de reagrupamiento, después de haber perdido las privilegiadas “transferencias monetarias” que beneficiaron a tantos de tales “revolucionarios”, en nada baratos, por cierto.

Igualmente carecemos de una izquierda política, democrática y significativa electoralmente. Y también el liderazgo de los denominados sectores o movimientos sociales y “populares” se caracteriza por reproducir de manera grotesca lo peor de los partidos tradicionales y ninguno de sus méritos históricos, que no son numerosos aunque algunos sí significativos.

El aparato de Estado y la arena politiquera nacional son vivo reflejo de cuanto decimos. Las campañas electoralistas rumbo al 2013 son las peores desde 1989, tanto en el desgobierno como en la denominada oposición. La tan baja calidad de nuestra politiquería se refleja en todos los poderes del aparato de Estado, convertidos en grupos de presión de intereses fácticos diversos. En las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional el oportunismo, el cinismo y la desmoralización profesionales permiten dudar, de manera razonable, de que en realidad tengan vida institucional.

El presidente de la República, Federico Franco, busca el pretexto del hallazgo no certificado de petróleo en el Chaco para ir de “shopping” a Miami y nadie dice nada. Para no ser menos, el “revolucionario” Lugo y sus comparsas inauguraron su sede en una mansión fastuosa, de insultante estilo narco-arquitectónico, mientras nadie explica si el alquiler lo paga Caracas, Brasilia o algún emergente grupo del crimen organizado.

En tanto nadie se ocupa de la defensa nacional, y el canciller José F. Fernández E., convirtió a la conciliación con los enemigos activos del Paraguay en una suerte de verdad teológica de la que se jactan sus tinterillos, que antes lo fueran de quienes ya no están. El ministro y su “troupe” de RREE acaban descubrir, después de la indignidad de Cádiz 2012, ¡que el intervencionismo de la Unasur en nuestros asuntos internos no ha cesado, después de la buena voluntad demostrada por el “policía bueno”, venido de Lima, el muñeco de goma de Salomón Lerner Ghitis, un engaña bobos! ¡También “abc” ya se dio cuenta de ello!

Y, tan ciegos como “abc”, hasta hace poco, nuestros sacrificados diplomáticos, siempre disciplinados a los mandones de turno, todavía creen que con la tal Unasur se puede negociar “diplomáticamente” y que lo contrario es un suicidio. En medio de todo esto, el fanático proselitismo partidocrático impide que sus líderes se unan en la defensa de la dignidad, soberanía e interés nacional del Paraguay, convocando por ejemplo a una marcha multitudinaria para demostrar que no cederemos antes nuestros enemigos y exigir la adopción de políticas públicas externas de iniciativas  eficaces, orientadas por una diplomacia al servicio de la Patria paraguaya y desde ella a la humanidad. La sociedad todavía es débil para una convocatoria semejante.  Y cuando lo partidocrático subordina a lo paraguayo, sin ninguna duda la identidad nacional se resiente y fragmenta.

La ausencia de la política por otros medios
El filósofo y sociólogo francés Jean Baudrillard (1929-2007), uno de los exponentes de la posmodernidad, en La guerra del Golfo no ha tenido lugar (Ed. Anagrama, Barcelona, 1991), uno de sus numerosos últimos libros, afirma que la novedad de la primera Guerra del Golfo (1990 – 19919) es que, nada menos, invirtió la concepción de Carl von Clausewitz (1780 – 1831), pensador entre los más destacados teóricos modernos de la ciencia y el arte militares.  Dice Baudrillard que ahora la guerra ya no es como explicó el estratega y militar prusiano, “la continuación de la política por otros medios”, sino “la continuación de la ausencia de la política (politiquería) por otros” procedimientos.

Esto no lo pueden entender en Palacio de López y en la Cancillería, y tampoco en las tiendas del oficialismo y de la oposición, porque ellos se juegan a los dados de sus ambiciones rastreras la suerte no solo de la República del Paraguay sino también de nuestra nación. La fragmentación propia de la politiquería, la ausencia de política públicas locales y externas al servicio del bien común, empieza a notarse en la subordinación de lo nacional a lo partidocrático. Esta tendencia, incluso, empezó a extenderse desde hace poco en las redes sociales, que fueron la columna vertebral en la lucha en defensa de la soberanía e independencia del Paraguay, amenazadas desde el juicio político a raíz de las agresiones sufridas por el injerencismo “bolivariano”.

Debe preocuparnos esta grieta en nuestra conciencia nacional porque con ella se hace posible el sometimiento del Paraguay a sus enemigos, que ya tiene aliados internos, todav una absoluta minoría, pero en sistemático trabajo de zapa con respaldo pleno de Caracas. Después de 1989 el Paraguay se jodió, para concluir con la metáfora de Vargas Llosa, por carencia de una elite modernizadora democrática y democratizante, que es una de las principales causas de la deslegitimación de la política, que es la politiquería, es decir, la ausencia de la política, algo que inevitablemente hace que los pueblos sucumban en conflictos bélicos, internos y/o externos.



JLSG
Asunción, a jueves 6 de diciembre de 2012
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Código del artículo: LOB32



domingo, 2 de diciembre de 2012

Acerca de madrugadas extrañas de provechosas lecturas en voz alta de mi padre, de un hallazgo reciente de sus notas y citas, gracias a una mudanza, y del pago parcial de la promesa de pizcas de humor a sufridos visitantes de este “blog”


Escribe José Luis Simón G.
Que esta imagen que ilustra un chiste (ver más abajo), sobre una dama mayor y

su defensa inteligente y aguerrida de los propios derechos, sirva de homenaje a las
gentes de las tercera y cuarta edad, muchas de las cuales, olvidadas de quienes deberían
ser sus seres queridos, perdieron la memoria hasta de una sonrisa (Fuente: imagen
bajada de Google, sin identificación del ©).


Mi padre, en la terrena existencia de poeta de su propia vida, y mis mayores, con quienes continúo dialogando después de haberse remontado hasta más allá del horizonte, me enseñaron tantas cosas que jamás terminaré de agradecerles. A diario descubro el inmenso legado que de ellos recibiera –una verdadera e inmensa riqueza de supremos bienes intangibles–, auténtica herencia de sentimientos, valores, creencias, conocimientos, compromisos… Tanto que, sin incurrir en la menor sensiblería, lo de valioso humanamente que existe en mi propia vida no me pertenece: ¡son las voces y silencios y la sabiduría de ellos, la humanidad vivida cotidianamente, el afecto que prodigaban por doquier, la coherencia de la que jamás se jactaron, cada uno y todos sin excepción, entre el pensar, creer y sentir, y el decirlo y expresarlo, “vis-à-vis”, en la irrefutable prueba diaria de la conducta!

¿Qué más puedo decir? Acaso aquello que, parafraseado, sale de lo manido para expresar con sonora creatividad propia: “¡vida, cuánto les debo, pues lo que de mejor hay en mí, son ellos!”.

De madrugadas, lecturas e irrupciones
Mi padre era muy de quedarse leyendo hasta la madrugada, y, emocionado con una frase de Gondra (de sus escasísimos escritos) o de Churchill, acaso sensibilizado por un poema en verso o prosa, de Campos Cervera, Vallejo, Guanes, Borges, o muy estimulado por un pensamiento de Montesquieu, Einstein, Aron o Unamuno, cuando no se trataba de las oraciones teológicas y científicas de Teilhard de Chardin, y en tantas ocasiones por la narrativa, vida hecha literatura, de Balzac, France, Sabato, Faulkner, Goethe, Casaccia, Dickens, Cervantes Tolstoi, Berlin, Papini, …y un interminable etcétera, raudo irrumpía en nuestro dormitorio para leernos a mi hermano y a mí, que plácidamente dormíamos, los pensamientos de su devoradora vigilia de las letras, que les habían impactado y que no podía guardarlas egoístamente para sí…

“¡Pero papá!, ¿sabés que hora es?”, era al unísono y en sueño transformado en duermevela, de manera imtempestiva, nuestra invariable respuesta-exclamación, que para nada le arredraba.

Él estaba convencido de que su patria potestad le autorizaba a esa informal aula de pasada la medianoche (¡por suerte!, el tiempo transcurrido desde entonces mucho me enseñó a agradecérselo), y, en consecuencia, no paraba hasta haber cumplido con sus profanos maitines. ¡Padre, cuánto extraño esas tus “horas extra” de paternidad!

Para perfeccionar su pedagogía casera (¡sin ningún curso de posgrado en didáctica superior!), antes de la incontenible irrupción en nuestro mundo de sueños, ideó la estratagema de pasar a máquina (una Smith & Corona, de los años de la década de los cuarenta, “siglo XX, cambalache”), haciendo varias copias con papel carbónico de su cosecha privada de citas y reflexiones seleccionadas, las que en la mañana, antes de vestirnos para ir al colegio, encontrábamos con alfileres de gancho adheridas al saco de nuestro uniforme…

Allí la cuestión fue ya con madre, lectora inveterada también, aunque de piadosa compasión nocturna: “¡Pero Enrique, esta es tu casa y no tu oficina. A la 4 de la mañana no podés teclear tu máquina de escribir mientras todos intentamos dormir!”. Él, sin embargo, impertérrito, seguía en lo suyo, destino manifiesto de maestro-padre, acaso, y haciendo caso omiso de tales advertencias de su esposa, nuestra madre. Hay madrugadas repentinas en las que todavía me parece escucharla: ¡“Pero Enrique…”!

El valor del humor para los grandes
Acaso ya vislumbraba que encontraría parte de esa herencia invaluable, décadas después, uno de sus entonces todavía no manumitidos vástagos, quien esto escribe y acaba de regresar al hogar familiar. El hallazgo se realizó antes de la mudanza, en los preparativos de ella, en una muy antigua carpeta, en la que JLSG encontraría una colección de las citas escogidas de su padre (…nuestro, y que estás en los cielos, por misericordia divina y mérito propio), y manuscritos suyos, de décadas atrás…

Esta vez, una de las centenares de viejas carpetas polvorientas, extraídas al azar de esos arrumados archivadores, hoy piezas para arqueólogos de la vida urbana contemporánea, al ser explorada, exhibe ricos pensamientos de grandes seres humanos, dedicados al humor, todos. “Van a servir en alguna ocasión”, pienso fugaz, meses atrás, tenaz hurgador de viejos papeles, por mínimos que sean.

Este es el momento, acaba de llegar: servirá al hijo pródigo, la recopilación copiada pacientemente, en amaneceres del insomne lector, en su vieja máquina de escribir casera, para presentar un par de materiales jocosos, prometidos a algunos estoicos lectores que todavía le quedan, pues pretende compartir con ellos un momento de distensión, como lo viene haciendo últimamente, porque el humor no se contrapone con la lucha por la condición humana planetaria y en el Paraguay. Todo lo contrario: el humor la humaniza desde las risas o carcajadas que pretende lograr en quienes lean tales muestras del ingenio humano.

Compartamos el tesoro de muy ingeniosos decires acerca del humor:  “Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada, lo es de estúpidos” (Erasmo de Rotterdam); “La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son” (Winston Churchill); “No hay día más perdido que aquel en que no hemos reído” (Charles Chaplin); “El humor y la sabiduría son las grandes esperanzas de nuestra cultura” (Konrad Z. Lorenz); “La sonrisa cuesta menos  que la electricidad y da más luz” (Proverbio escocés), y de nuevo un tan largo etcétera. Amigas, amigos: ¡sabiduría de tan plurales gentes!

Un aporte de mi amigo Gustavo Bécker
Pero pasemos a la acción, después de tanto preámbulo. De la bóveda de mis tesoros humorísticos extraigo uno de tantos chistes que valen cada letra en oro. Se titula “Precio justo”, y se lo debo a la generosidad del buen amigo Gustavo Bécker (abogado, investigador social y profesor universitario), quien hace poco me lo envió, autorizándome a compartirlo con Uds., incluso a mencionarlo a él, el proveedor. A manera de moraleja, Gustavo le puso lo siguiente: “¡No se metan con la tercera edad!”. Disfrútenlo:

“Una simpática dama de la tercera edad decidió regalarse por su cumpleaños el gusto de pasar la noche en uno de los hoteles más caros de la ciudad. Cuando a la mañana siguiente se acercó a la recepción, para pagar y marcharse, el empleado le informó con sequedad que debía abonar 350 dólares por una habitación de apenas una noche.

Ella, entonces, exigió saber por qué el monto era tan elevada. La dama argumentó a su favor: “Es un buen hotel pero las habitaciones sin duda no valen  350 dólares por pasar una noche y sin desayuno”. El empleado, con aires de patibulario juez de sentencia de un tribunal de sangre le respondió que US$ 350 era la “tarifa estándar”.

No satisfecha con la explicación, la porfiada dama le dijo entonces al empleado de la recepción que quería hablar con el gerente. Apareció este casi enseguida de llamado, y ya advertido de qué se trataba, se justificó ante la airada dama: “El hotel tiene una piscina de tamaño olímpico y un gran centro de conferencias, que están disponibles para su uso”. “Pero yo no los usé”, respondió ella con vivacidad.

“Bueno, tales servicios están aquí, y usted pudo usarlos”, arguyó el gerente, creyendo que allí terminaba el diferendo. Además, pasó a explicar el gerente que ella también pudo haber visto uno de los espectáculos internacionales del hotel, por los cuales este también era famoso. “Los mejores artistas internacionales se presentan aquí”, agregó irónicamente el gerente.

La dama se limitó a responder con lo creía era una férrea respuesta lógica: “Pero yo no fui a ninguno de esos espectáculos”, espetó. “Bueno, nosotros los tenemos, y usted los pudo ver”, insistió el gerente, empezando ya a molestarse.

Sin importarle lo que había escuchado, ella repitió varias veces y con cierto atisbo del inicio de un estallido de iracundia, que empezaba ya a desbordarla: “¡Pero yo no disfruté de ninguna de las presentaciones!”. 

El gerente ni se inmutó, por lo que la señora decidió pagar con un cheque y se lo entregó. El gerente se sorprendió cuando vio el monto del cheque, que fue un solo momento con el reclamo por tan baja suma: “Pero señora, este cheque es tan solo por 50 dólares…”, exclamó, conteniendo a duras penas su molestia.

“Eso es correcto, le respondió la señora sin titubear”, y agregó con aire triunfal: “¡Yo le he descontado US$ 300 por dormir conmigo!”. Y sorprendido al par que alarmado, el gerente solo atinó a exclamar: “¡Pero yo no lo hice. No dormí con Ud!”.

“Bueno, mala suerte, yo estaba aquí, y usted podría haberlo hecho”, le dijo la respetable dama mayor, con impecable lógica. Acto seguido, recogió sus cosas y se marchó con la tranquilidad de haber hecho lo que debía, y felicitándose a sí misma por haberse dado un gusto largamente postergado. Y porque había impedido que le cobrasen de más”. ¡Los agradecimientos para el doctor Gustavo Bécker!

El doctor Ginés y sus lecciones de hebreo
Y para concluir al menos a medias, con la promesa del espacio de humor de fin de semana, también incluyo un brevísimo y simpatiquísimo vídeo. Se lo debemos todos a otro amigo de este “blog”, el doctor Andrés Gines, antiguo condiscípulo en el Colegio Salesianito, quien no practica el egoísmo de reírse solo y tampoco el crimen de escanciar parte de su bien provista cuan seleccionada bodega, sin antes pasarme en clave la contraseña para ingresar a su templo de Baco, a compartir con otros cultos catadores, las fragancias, tonalidades y sabores de caldos que todavía nos sigue regalando la tierra, a la que los “humanos” nos esforzamos a diario por convertir en otro Marte de nuestro sistema solar.

Los diálogos están en hebreo moderno, sin traducción al español, pero verán que todos sabemos hablar muy bien ese idioma, pues de inmediato nos sumamos a las carcajadas interminables de quienes antes se han reído con el “gag”, entendiendo o no ese idioma. Ver más abajo el corto vídeo que se anexa.

¡Ustedes merecen esto y mucho más, que el ingenio humano ha creado y este “blog”, con sus tenaces y amistosos colaboradores, les irá proveyendo, siempre con amistad!


JLSG
Asunción, a domingo 2 de diciembre de 2012


Código del artículo: HJQ6