Escribe José Luis Simón
G.
Un manifestante
democrático y desarmado en Venezuela, probablemente en Caracas, con su pabellón
patrio rodeándolo, y en medio de la humareda de gases tóxicos lanzados por la
represión totalitaria castro-chavista, devuelve la cápsula de gas lacrimógeno a
las tropas del sicario “presidente” Nicolás Maduro, títere de su jefe, el
genocida Fidel Castro (© www.infobae.com). |
Una
vez más el nefasto legado de la “rusificación” estaliniana, en la denominada “URSS”,
el totalitarismo soviético hoy desaparecido, pero con nuevos rostros, se vuelve
presente crítico para Europa y el mundo. Los pueblos no debemos continuar
permitiendo que nuestros opresores desgobernantes del presente siembren de
crisis bélicas el futuro...
Sesión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, en la sede central de Nueva York, para tratar la crisis, potencialmente bélica, desatada por la decisión del dictador mafioso ruso Vladimir Putin de enviar tropas de la es URSS a Crimea, estratégica península en el Mar Negro, en donde la mayoría de la población es rusa, una herencia del estalinismo totalitario (© www.infobae.com). |
Tropas ucranianas, respaldadas por un blindado del Ejército de Ucrania, esperan a las tropas rusas dentro de su unidad castrense: hoy, tal vez ya hayan sido desalojados por los sicarios militares de Putín (© www.infobae.com). |
Ucrania está entre las
naciones más sacrificadas de la historia contemporánea por los totalitarismos
(el nacional socialista y el de la “dicradura del proletariado”), y ahora es
víctima de ese pasado, debido a las ambiciones zaristas de “Stalin-Putín”,
disfrazado este de “Federación Rusa” pero sin ocultar garras y colmillos. Los
ucranianos que merecen la solidaridad militante de los demócratas del mundo
(por inconsecuentes que sean las “democracias realmente existentes”), deben
comprometerse a no generar una cuestión étnica con la ahora minoría
soviético-rusa, sobre todo en Crimea, y Europa y los Estados Unidos tienen
que entender que al KGB Putín no se lo detiene apenas con amenazas: él
solo escucha el lenguaje del poder mayor al suyo.
Si
los EUA y la UE quieren ser respetadas como potencias mundiales, deben ganarse
el respeto del mundo, pues este jamás puede imponerse, y sí alcanzarlo con
políticas locales e internacionales, respetables y efectivas. Y en este caso,
al chacal Putín no se le quitarán las ganas imperiales de deglutirse no solo a
Crimea, sino también a Ucrania, que en el Paraguay, mi país, tiene a parte de
sus hijos de la cruelísima diáspora estalinista, y antes del también genocida
invasor nacional socialista, convertidos aquí en uno de los grupos minoritarios
de inmigrantes de gran integración con la Patria paraguaya Humanidad, y quienes
fueron los principales responsables de haber convertido en el “granero del
Paraguay” al sur de nuestra región oriental. Como otras minorías
étnico-culturales, los ucranianos merecen la gratitud de su patria de adopción,
y hoy ya son miles los paraguayos-ucranianos.
Tampoco
los EUA es capaz de emplear adecuadamente y con decisión su poder de única
superpotencia mundial (empezando por el “soft power”), no para que el “VII de
Caballería” norteamericano luche en lugar de los venezolanos, que no los
necesitan como lo demuestran con sus extraordinarias movilizaciones pacíficas
que inauguraron el ciclo de las revoluciones democráticas participativas del
siglo XXI en la región y con nuevos y mejores liderazgos. Pero: ¿qué ocurirrá
cuando la “Unasur”, otra pantalla castro-comunista en la región, decida enviar
sus tropas a Venezuela, para tapar el aplastamiento que de la insurrección
popular venezolana por las tropas especiales del totalitarismo castrista?
Si
los enemigos de la condición humana en el mundo, ejercen sin cortapisas su “derecho”
de pernada a la “realpolitik” en el mundo entero, y no encuentran como enfrentar
tal peligro con el poder bélico que se le debe oponer, cuando esto se hace
inevitable, las consecuencias para la Humanidad son terribles como lo evidencia
el genocidio del pueblo sirio por el genocida Bachar el Asad, quien ya ha
manifestado su total apoyo a Castro-Maduro en Venezuela.
La
crisis de las potencias occidentales no es de recursos ni de poder estratégico
disuasorio y de utilizarlo cuando sea necesario: es una gravísima crisis de
liderazgo, pues entre aquéllas ha anidado el síndrome “Neville Chamberlain”, ya
que nadie tiene el coraje ético-político de ejercer el poder en todas sus
dimensiones, cuando fuese inevitable, y con “sangre, sudor y lágrimas”, como
dijera en su histórico discurso al regresar a la jefatura del gobierno imperial
británico, después de tantas vacilaciones de los nano “líderes” de entonces,
quienes permitieron a Hitler aterrorizarlos con sus bravuconadas, hasta que ya
no hubo más alternativa que enfrentarlo en el terreno del poder, y con su
ejercicio legal y legítimo en defensa propia, el único que habría impedido el 1
de setiembre de 1939...
Las nuevas claves de Ucrania
¿Levantar las barricadas en Venezuela?
JLSG
Asunción,
a domingo 2 de marzo de 2014
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