domingo, 2 de marzo de 2014

La ejemplar y heroica lucha de los venezolanos por la condición humana, que ya tiene su tendal de mártires, para liberarse de los genocidas castro-chavistas, y la decisión libre de los ucranianos en recuperar su soberanía e ingresar a la UE (Unión Europea, la que como los EUA se empeña en demostrar que no los merece, a raíz de sus cómplices y cobardes políticas este-europeas, tanto por parte de la UE como de la única superpotencia occidentale), evidencian la peor desgracia que padecen los “liderazgos democráticos” del mundo: la incapacidad de ponerse sus líderes a la altura de los desafíos y amenazas del presente, y por ende de negarse a adoptar la imprescindible voluntad política de enfrentar al mal y a la opresión también en el terreno del “hard power”, no en guerras o conflictos imperialistas, sino para evitar que triunfen genocidas como los Castro, totalisaurios del Varibe) y el zarista-estalinista-mafioso, Vladimir Putin

Escribe José Luis Simón G.
Un manifestante democrático y desarmado en Venezuela, probablemente en Caracas, con su pabellón patrio rodeándolo, y en medio de la humareda de gases tóxicos lanzados por la represión totalitaria castro-chavista, devuelve la cápsula de gas lacrimógeno a las tropas del sicario “presidente” Nicolás Maduro, títere de su jefe, el genocida Fidel Castro (© www.infobae.com).


Una vez más el nefasto legado de la “rusificación” estaliniana, en la denominada “URSS”, el totalitarismo soviético hoy desaparecido, pero con nuevos rostros, se vuelve presente crítico para Europa y el mundo. Los pueblos no debemos continuar permitiendo que nuestros opresores desgobernantes del presente siembren de crisis bélicas el futuro...

Mapa de Ucrania, y de la península de Crimea, base estratégica del poder naval soviético del eje Mar Negro-Mediterráneo, y de importancia geopolítica por ser una bisagra euro-asiática y muy rica en alimentos y recursos energéticos (© www.infobae.com).
Sesión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, en la sede central de Nueva York, para tratar la crisis, potencialmente bélica, desatada por la decisión del dictador mafioso ruso Vladimir Putin de enviar tropas de la es URSS a Crimea, estratégica península en el Mar Negro, en donde la mayoría de la población es rusa, una herencia del estalinismo totalitario (© www.infobae.com).
Tropas ucranianas, respaldadas por un blindado del Ejército de Ucrania, esperan a las tropas rusas dentro de su unidad castrense: hoy, tal vez ya hayan sido desalojados por los sicarios militares de Putín (© www.infobae.com).
Ucrania está entre las naciones más sacrificadas de la historia contemporánea por los totalitarismos (el nacional socialista y el de la “dicradura del proletariado”), y ahora es víctima de ese pasado, debido a las ambiciones zaristas de “Stalin-Putín”, disfrazado este de “Federación Rusa” pero sin ocultar garras y colmillos. Los ucranianos que merecen la solidaridad militante de los demócratas del mundo (por inconsecuentes que sean las “democracias realmente existentes”), deben comprometerse a no generar una cuestión étnica con la ahora minoría soviético-rusa, sobre todo en Crimea, y Europa y los Estados Unidos tienen que  entender que al KGB Putín no se lo detiene apenas con amenazas: él solo escucha el lenguaje del poder mayor al suyo.

Si los EUA y la UE quieren ser respetadas como potencias mundiales, deben ganarse el respeto del mundo, pues este jamás puede imponerse, y sí alcanzarlo con políticas locales e internacionales, respetables y efectivas. Y en este caso, al chacal Putín no se le quitarán las ganas imperiales de deglutirse no solo a Crimea, sino también a Ucrania, que en el Paraguay, mi país, tiene a parte de sus hijos de la cruelísima diáspora estalinista, y antes del también genocida invasor nacional socialista, convertidos aquí en uno de los grupos minoritarios de inmigrantes de gran integración con la Patria paraguaya Humanidad, y quienes fueron los principales responsables de haber convertido en el “granero del Paraguay” al sur de nuestra región oriental. Como otras minorías étnico-culturales, los ucranianos merecen la gratitud de su patria de adopción, y hoy ya son miles los paraguayos-ucranianos.

Lo que afirmo sobre Ucrania-Crimea es válido también para Venezuela: se le permitió en América, con la cobardía y complicidad de Wahington y de las potencias europeas, y de la UE, y con la militancia “democrática” de desgobiernos castro-chavistas, disfrazados de demócratas, y el de los desgobierno seudo democráticos, que el genocida Castro engullese a la castro-chavistizada “bolivarianización” venezolana, y cuando la inmensa mayoría de los hijos de Bolívar da pruebas heroicas, con sus mártires y movilizaciones, en un verdadero referendo histórico-democrático ejercido en las calles de las ciudades de Venezuela, de querer recuperar su soberanía, la UE cambia su política con La Habana, de presiones y distanciamientos, y de protección a los derechos humanos, por una criminal de "distensión" con los genocidas Castro.

Tampoco los EUA es capaz de emplear adecuadamente y con decisión su poder de única superpotencia mundial (empezando por el “soft power”), no para que el “VII de Caballería” norteamericano luche en lugar de los venezolanos, que no los necesitan como lo demuestran con sus extraordinarias movilizaciones pacíficas que inauguraron el ciclo de las revoluciones democráticas participativas del siglo XXI en la región y con nuevos y mejores liderazgos. Pero: ¿qué ocurirrá cuando la “Unasur”, otra pantalla castro-comunista en la región, decida enviar sus tropas a Venezuela, para tapar el aplastamiento que de la insurrección popular venezolana por las tropas especiales del totalitarismo castrista?

Todo pareciera indicar que, mientras las ¿”potencias democráticas”? de occidente, empezando por EUA, ni siquiera se atreven a dar un ultimátum a la amenaza rusa de establecer bases militares en centroamérica y sudamérica, para que cese en su intervencionismo pro genocidas Castro, los ucranianos y los venezolanos corren el peligro de los republicanos españoles camino a la guerra civil (década de los años treinta del siglo pasado, cuando las democracias de occidente en crisis de legitimidad, súbitamente respetuosas del no injerencismo en asuntos internos de otros paíeses permitieron a Stalin y a Hitler (este, vía Mussolini) que ensayaran sus juegos bélicos de la década siguiente, a costa del pueblo español que había dejado de serlo, porque como dijera el gran poeta Antoio Machado: “un país no se hace con dos mitades”.

Si los enemigos de la condición humana en el mundo, ejercen sin cortapisas su “derecho” de pernada a la “realpolitik” en el mundo entero, y no encuentran como enfrentar tal peligro con el poder bélico que se le debe oponer, cuando esto se hace inevitable, las consecuencias para la Humanidad son terribles como lo evidencia el genocidio del pueblo sirio por el genocida Bachar el Asad, quien ya ha manifestado su total apoyo a Castro-Maduro en Venezuela.

La crisis de las potencias occidentales no es de recursos ni de poder estratégico disuasorio y de utilizarlo cuando sea necesario: es una gravísima crisis de liderazgo, pues entre aquéllas ha anidado el síndrome “Neville Chamberlain”, ya que nadie tiene el coraje ético-político de ejercer el poder en todas sus dimensiones, cuando fuese inevitable, y con “sangre, sudor y lágrimas”, como dijera en su histórico discurso al regresar a la jefatura del gobierno imperial británico, después de tantas vacilaciones de los nano “líderes” de entonces, quienes permitieron a Hitler aterrorizarlos con sus bravuconadas, hasta que ya no hubo más alternativa que enfrentarlo en el terreno del poder, y con su ejercicio legal y legítimo en defensa propia, el único que habría impedido el 1 de setiembre de 1939...

Las nuevas claves de Ucrania

¿Levantar las barricadas en Venezuela?


JLSG
Asunción, a domingo 2 de marzo de 2014





0 comentarios: