Escribe José Luis Simón
G.
En la foto (© www.elblogdemontaner)
el sicario Nicolás Maduro;
Raúl Castro, el genocida segundo
de Castro-Cuba; y una de las
hijas de Hugo Chávez, en su
mausoleo, durante los actos oficiales
de Caracas para recordar a este
sicario castrista, muerto hace un
año en La Habana. El desenlace se
produjo por orden de los Castro,
preocupados solo en lograr que
Maduro fuese designado “presidente”
por Chávez, para asegurar la
continuidad del vital flujo de divisas y
petróleo que le provee su colonia
Castro-Zuela, recursos imprescindibles
para la sobrevivencia del en
extinción régimen del totalisaurio del
Caribe, el de Fidel Castro Ruz,
el émulo de Stalin e Hitler en
América, que acaba de cumplir 55
años de martirio genocida
para el pueblo cubano. |
Rodríguez
y sus comandados (al menos el jefe y la inmensa mayoría de sus subordinados) no
derrocaron al dictador Stroessner (el 3 de febrero de 1989) para liberar a la
Patria de la opresión, corrupción y represión autoritaria con quistes
totalitarios, propios de la era de la guerra fría mundial (1947-1989). La
apertura política desde arriba fue inevitable por el contexto internacional en
que se desarrollaba. Pero el verdadero motivo de Rodríguez y sus entornos, para
realizar el golpe, fue “o nosotros (nuestros intereses y poderío y futuro de
cada uno de los conspiradores), o ellos”, a costa de la inocente sangre que
Lino Oviedo innecesariamente hiciera derramar, con resultado mortal a poco más
o menos de un centenar de humildes conscriptos del Escolta Presidencial. No es
improbable que algunos oficiales generales, jefes superiores y hacia abajo en
la cadena de mando, hayan intervenido en el golpe con vocación de salvar a la
Patria. Podría ser el caso del mayor Miguel Ángel Ramos Alfaro, lamentablemente
muerto por una esquirla de proyectil, en la madrugada del 3 de febrero, y el de
otros militares de todas las graduaciones que no padecieron su trágico fin.
Con
lo anterior, no se desmerece al 2 y 3 de Febrero de 1989. Sí se ubica tal
desenlace inevitable en su real valor y significación históricas. Lo trágico es
que, un cuarto de siglo después, salidos de la sartén al rojo vivo del corrupto
y sanguinario autoritarismo stroessnerista, gracias al oportunismo y ambición
sin límites de politiqueros partidócratas y de piratas recién llegados a la
politiquería, el Paraguay corre el peligro de desmembrarse, cayendo en el fuego
del totalitarismo-populista castro-chavista, y nada menos (¡por suerte los
poderes fácticos locales no son inteligentes, cegados por sus ambiciones!)
cuando tal modelo genocida, y siempre en busca de sicarios regionales, ya se
encuentra avanzando en su crisis terminal.
Lo
preocupante es que el genocida mayor, Fidel Castro, lo sabe, y decidió
totalitariamente que el mundo sin él, en especial América Latina y el Caribe,
no merece continuar en la historia, y está decidido a hundir América en un
océano de sangre, fuego y destrucción. ¡Y no se lo vamos a permitir, ni
siquiera en el Paraguay, donde sus clases dirigentes políticas, intelectuales,
económicas, militares y religiosas, incluyendo también a los tendotá (jefes, en
guaraní) castro-chavistas de los “sectores populares”, quienes con el luguismo
estuvieron caminando, desde un desgobierno insostenible, y con “liberales”
corruptos y traidores a la Patria paraguaya Humanidad, hacia el poder.
Todo,
desde luego, con ideólogos, financiamiento, entrenamiento (no olvidemos a los
narcoterroristas del mal autodenominado EPP) y respaldo politiquero y
diplomático “revolucionario”, sobre todo del lulismo que tiene todavía en
Planalto a la orca-emperatriz Dilma Rousseff, la comandante en jefa de las
agresiones al Paraguay, del que ella y sus jefes castro-chavistas creen que
pueden seguir “usando y abusando”, como servilmente le ofreciera su lacayo
“paraguayo”, un tal Horacio Carte$, quien e$ pre$idente de la República por la
ambición de los neo colorado$
carteri$ta$, encabezados por el eterno $enador Juan Carlos Gal-Averno, a cuyo
proyecto carteri$ta se sumaron (paulatinamente, después del 21 de abril de
2013) los politiqueros de todos los sectores, incluyendo en ese Frente del
Dólar Unido a los caviarnícolas locales.
Después
de la crisis Wasmosy-Oviedo y del intento de golpe frustrado de este (1996), se
llega a la total subalternización del Paraguay al engendro politiquero de la
fórmula contra natura presidencial, Cubas-Argaña, para el periodo 1998-2003,
pero que culminara abruptamente en 1999, por medio de un golpe de Estado
parlamentario multipartidario, origen del inconstitucional desgobierno de
desunión nacional de Luis A. González Macchi (1999-2003), que nace
ensangrentado por el homicidio del cadáver del vicepresidente Luis M. Argaña
(auténtica conspiración mafioso colorada con respaldo “opositor”) y con la
masacre del “Marzo paraguayo” (en la que perdieran la vida una decena de
jóvenes com-Patriotas, quienes se atrevieron a defender el ideal de la
democracia, sin saber que ya estaba prostituido), trágicos acontecimientos que
todavía no han sido investigados de manera imparcial e independiente
(periodística, política, penal y moralmente) para castigar a sus
planificadores, instigadores, ejecutores y beneficiarios.
Desde
Wasmosy se había iniciado la infiltración castrista, que a partir del
desgobierno de Nicanor Duarte Frutos (NDF) se convierte en uno aspirante a
integrar la ralea del castro-chavismo, permite pues quería ser reelecto al
precio de convertirse en uno de los presidentes “bolivarianos y socialistas
siglo XXI” de la región. Fracasó en su intento porque los “revolucionarios de
izquierda” del Paraguay lo enlodaron ante Chávez, lo que era muy fácil.
Entre
1993 y 1998, el corrupto, ambicioso, autoritario con tendencias y simpatías
totalitarias NDF, mientras continuaba su ostensible enriquecimiento fraudulento
desde el poder politiquero, desgobernó de tal manera el Paraguay que en abril
de 2008 triunfa con votos colorados el proyecto aventurero, perverso y
politiquero de la fórmula Lugo-Franco, con otras fuerzas menores, en la que el
primero tenía por objetivo iniciar la castro-chavización del Paraguay, y el
segundo el regreso de los “liberales” de hoy, los que todavía con Lugo, y
después de él, bajo la administración provisional de Federico Franco
(2012-2013) demostraron ser incluso más capaces que los colorados para saquear
el tesoro nacional, y si no superiores, al menos iguales en la ingobernabilidad
del país y en la traición a la Patria paraguaya Humanidad.
En
el trasfondo de todo esto estaban los planes de expansión del castro-chavismo
por medio de la incorporación del Paraguay al proyecto neototalitario y
neoimperialista surgido de la mente y ambiciones del genocida Fidel Castro, y
ejecutado con el financiamiento y liderazgo carismático de su sicario
venezolano de entonces, Hugo Chávez. Este fue apoyado por estratégicamente en
tan graves injerencias en nuestros asuntos internos (¡Nicolás Maduro era el
canciller intervencionista de Caracas, quien ahora abomina de un supuesto
“injerencismo imperialista yanqui” en la crisis terminal de Castro-Zuela!) por
el Brasil petista de Lula, continuado también en ello por su sucesora, la
orca-emperatriz Dilma Rousseff, quienes de paso aprovecharon
“revolucionariamente” la expropiación de la parte paraguaya de Itaipú (deuda
espuria incluida), de manera similar a lo que haría la Argentina de los
sicarios del castrismo y la corrupción munimental, capitaneada por los
Kirchner, comparsa platense del delfín castrista Hugo Chávez.
De
tal enredo se llegó al actual, mayor y más peligroso, porque no solo se juegan
los intereses nacionales en Itaipú, Yacyretá y la libre navegación del río
Paraná por el Paraguay, sino nada menos que la soberanía, la independencia, la
dignidad y los derechos avasallados del Paraguay por la patota del Merc-Unasur,
todo lo cual es dirigido desde La Habana.
Como
la Castro-Zuela que describe Montaner en el artículo del enlace de abajo, el
Paraguay corre el mismo peligro, sobre todo vía el Brasil castro-petista, si se
mantiene la orca-emperatriz Rousseff en Planalto (que no reconoce nuestros
derechos en Itaipú), y con la Argentina de CFK presta a sacar su tajada también
(Yacyretá y otros intereses).
Mientras
desde el altiplano la Bolivia castro-chavista-iraní de Medio-Evo Morales,
aliado con el militarismo ultranacionalista de su país, en permanente proceso
de armamentismo ofensivo, no deja de anotar nuestras debilidades para, en
cualquier momento en que las papas de la politiquería del palacio Quemado le
ardan en las manos, estalle el conflicto bélico binacional siglo XXI por la
“recuperación” de nuestro Chaco, en alianza con los castro-chavistas locales,
traidores a la Patria, y los regionales, los que con esa crisis podrán ganar
tiempo para retrasar la crisis final de sus regímenes. El chaco paraguayo será
para Medio-Evo lo que la crisis bélica de las Malvinas para Galtieri. Pero con
una gran diferencia: el Paraguay carece del mínimo de expresión militar del
poder nacional, como para enfrentar con dignidad una nueva Epopeya del Chaco. ¡Y
carecemos de la talla de los líderes civiles y militares de entonces, y sobre
todo de la cohesión nacional hoy convertida en un lejano y borroso recuerdo!
Enlace:
JLSG
Asunción, a lunes 10 de marzo de 2014
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