Escribe José Luis Simón
G.
En un acto castrense, el Teniente
1º Mario Francisco Ávalos
Cañete, izando el pabellón patrio al que
sacrificara su
vida, como soldado ejemplar (Foto de Archivo: abc color).
Ávalos y Fernández, ofrendaron cada uno
la propia vida, demostrando que no solo la institucionalmente casi desintegrada
Policía Nacional (PN, además sometida a incapaces y/o traidores a la patria
“ministros” politiqueros del Interior), también los militares tienen oficiales
subalternos y suboficiales que honran con lealtad el juramento profesional de
morir en defensa del pabellón patrio, en el marco de nuestro siempre precario
ordenamiento constitucional.
Tales
sacrificios personales ponen en evidencia la traición a la Patria,
irresponsabilidad y cobardía profesionales de los mandos superiores de la
seguridad nacional (FFMM, Estado Mayor, ministerio de Defensa, Secretaría
Nacional de Defensa y demás), politiqueramente alentadas aquí y desde el
exterior, con la complicidad de sucesivos comandantes de las Fuerzas Militares,
y el servilismo criminal de los jefes de las armas componentes, siempre dejando
a salvo las dignas excepciones en las cadenas de mandos. Eso ocurre también con
las cúpulas policiales, ministros del Interior y titulares de la Secretaría
Nacional Antidrogas (SENAD).
Tan
graves irresponsabilidades y/o complicidades de sucesivos desgobiernos
“plutocratecidos” (en especial los del colorado y “revolucionario” Nicanor
Duarte Frutos, 2003-2008, y el de Fernando Lugo, dirigido por el neototalitarismo
castro-chavista, y sustentado politiqueramente, en lo interno, hasta 2012, por
los “liberales” paraguayos), de cara a la violencia desatada por los
narcoterroristas del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), que
mantuvieran una relación de dependencia con las también narcoterroristas
Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), por medio de la Venezuela
castro-chavista.
Un
proceso tal de descomposición institucional es estimulado además por el “estado
de corrupción” que también impera en las
áreas estratégicas de la defensa y seguridad de la “república”. Todo ello con
la complicidad ya de lustros, del Palacio de López y demás “poderes fácticos”
del aparato de Estado.
MILES DE MILLONES PARA FRACASOS MORTALES
El
grupo operacional táctico de la Fuerza Pública (miltares y policías), en la
madrugada del 8 de diciembre (día de la virgen serrana y la festividad católica
paraguaya de mayor acompañamiento popular) fracasó en un mal planeado y peor
ejecutado supuesto intento de asestar un primer duro golpe a los
narcoterroristas locales, en uno de sus campamentos móviles. Esta vez el precio
en sangre lo pagaron los militares muertos y un herido, lo que ocurriera en el
área de los asentamientos campesinos 5 y 6 de Arroyito, distrito del
departamento de Concepción, en el noroeste de la región oriental. Es una de las
áreas principales de actividad del narcoterrorista EPP.
A
raíz de desenlaces como el mencionado, el desgobierno actual, cada vez más
“carteri$ta” y menos neocolorado, no hace otra cosa que incrementar la
ingobernabilidad y las tendencias a la centrifugación de las sociedad y
política de un Paraguay oficial sometido a las fuerzas regionales del
castro-chavismo, ¡en plena etapa de crisis terminal de ese fracaso modelo neo
totalitario regional! De mantenerse tal tendencia, también afectará
negativamente a la economía, hasta ahora con notable desempeño y sostenida
tendencia al crecimiento macro, pero incrementándose a la vez la extrema
inequidad social.
Desde
1999, sucesivos desgobiernos paraguayos se comportaron con absoluta
irresponsabilidad en la represión y punición constitucional del EPP, y en los
casos de las desastrosas administraciones de Duarte Frutos y de Lugo
(2008-2012), se habla no solo de negligencia extrema, sino incluso de
complicidad del Palacio de López con los narcoterroristas, con el saldo fatal
(previo al de ahora) de al menos una decena de oficiales subalternos y
suboficiales muertos en las filas de la PN y de una cantidad similar de
heridos, algunos de los cuales quedaron lisiados. Las respectivas familias de
los policías ultimados por el EPP, todas de origen muy humilde, quedan
desamparadas materialmente al perder a sus
principales aportantes del sustento diario o quedar ellos lisiados.
Los
miles de millones de guaraníes votados por el “parlamento” para “vencer” al
EPP, han sido fuente de enriquecimiento ilícito, impune todavía, por parte de
sucesivos mandos militares y policiales, ministros de la seguridad y defensa y
líderes politiqueros, mientras soldados y policías carecen de lo más
imprescindible, empezando por una todavía inexistente “Estrategia y políticas
de defensa y seguridad para derrotar al narcoterrorista EPP”.
La
situación es un reflejo del “estado de corrupción” que impera en el país, cuya fotografía
son los “liderazgos” politiqueros y de los poderes fácticos del aparato
estatal, los que a costa del sacrificio de los contribuyentes nadan en la
opulencia. Para ello incluso perpetran hechos punibles, que hasta ahora no han
sido castigados con severidad legal y justa en el marco del debido proceso,
garantizado en la Carta Magna.
NEGOCIOS E IDEOLOGÍA: PRENSA Y ONG DE
“DDHH”
Más
allá de la tragedia última y de otras anteriores, que costaran vidas de
oficiales y suboficiales de la PN, y que enlutan a las respectivas familias de
los caídos en cumplimiento de su deber, a los pocos verdaderos militares y
policías profesionales y patriotas que todavía integran nuestra tan debilitada
“Fuerza Pública”, y a la inmensa mayoría del pueblo, el trágico revés sufrido
por la fuerza de tareas militar-policial es un verdadero diagnóstico del
Paraguay actual.
El
país vive los tiempos oscuros y crueles de la traición a los intereses
nacionales, perpetrada por sucesivos desgobiernos pos 1989, y en especial desde
1999, con irresponsabilidades compartidas entre los tres poderes fácticos del
aparato de Estado, y por abyectos y acaudalados intelectuales, politiqueros y
“dirigentes sociales”, de todos los pelajes, y por fraudulentos plutócratas
enriquecidos gracias la corrupción sistémica, público-privada, que se origina
en el predominante tráfico de influencias en los negocios oficiales, que
estimula el elevado índice de impunidad e inseguridad jurídicas que predominan.
Lo
que queda de la Nación y de la República del Paraguay está sometido a las
fuerzas de centrifugación de los poderes regionales y de sus lacayos internos,
y eso debilita a nuestra incipiente ciudadanía y débiles instituciones, o de
mala calidad, y republicanas apenas de nombre.
Completan
tan oscurecido cuadro de situación del Paraguay, en una coyuntura local e
internacional en la que imperan la inestabilidad y crisis, las empresas
multimedios que invierten fortunas en la “prensa poder fáctico”, para favorecer
a sus intereses particulares espurios a costa del bien común. Igualmente es muy
rentable el “negocio sin chimeneas” de los “derechos humanos”.
La
mayoría y las más importantes de las organizaciones no gubernamentales del
sector tienen orientación ideológica “revolucionaria”, e incluso infiltran a
las públicas. Para tales entidades, los policías y militares que mueren o son
mutilados en enfrentamientos con el EPP no son sino “terroristas de Estado”,
aunque cumplan sus obligaciones según lo estatuyen la Constitución y las leyes.
Ciertamente existen excesos represivos, resultado sobre todo de la debilidad
institucional y corrupción que predominan en los denominados “poder judicial” y
“ministerio público”.
ELEVADO COSTO EN VIDAS HUMANAS E
IMPUNIDAD
El
teniente primero Ávalos Cañete falleció debido a las complicaciones renales,
pulmonares y otras (víctima de las heridas producidas por el proyectil que le
atravesó el aparato digestivo de lado a lado, partiéndolo “en dos”,
lateralmente) el jueves 16 a las 22 horas, después de 39 días de agonía.
El
deceso del oficial de la ingeniería militar se produjo en la UTI renovada,
modernizada y bien dotada en recursos humanos, equipos e insumos médicos del
Hospital Militar (HM), donde fue atendido integralmente desde su ingreso, y que
años atrás estuvo al borde de su autoextinción por prácticas generalizadas de
corrupción, las que permanecen impunes. El sargento Fernández Carvallo del arma
aérea tan debilitada como las demás, murió en el área del enfrentamiento en la
madrugada del 8 de diciembre.
Según
el director del HM, el doctor Ricardo Isaías Fretes (contralmirante asimilado
al servicio profesional), y uno de los mejores especialistas locales en
cuestiones abdominales, explicó que los militares fueron impactados por armas
modernas con proyectiles de muy elevada velocidad, que de inmediato destruyen
el organismo en el cual hacen blanco. Por eso Fernández Carvallo falleció de
inmediato.
En
el caso de Ávalos Cañete, un paramédico militar que acompañaba al grupo
constató que, si bien herido muy gravemente todavía estaba con vida, y logró
mantenerlo así hasta que fuera trasladado a Concepción y enseguida después a
esta capital. El director Fretes narró que el paramédico forma parte de una
promoción de profesionales y técnicos altamente capacitados para prestar primeros
auxilios especializados a heridos en combate, entrenados para tales efectos en
el HM, por especialistas extranjeros y locales.
El
diario “abc” informó durante la cobertura periodística del caso que “[…] el EPP
asesinó a siete civiles y a cinco uniformados en 22 golpes perpetrados en el
año 2013, y con el deceso de Ávalos ahora son seis los efectivos fallecidos.
“El
año pasado fueron muertos por ataques de la banda armada los civiles Benjamín
Lezcano (53), en Arroyito; Santiago Morel Leiva (37), en Tacuatí; Luis Alberto
Lindstron Picco (63), en Tacuatí, y Catalino Ortiz Larrea (60), Ramón Nolberto
Ayala Insaurralde (49), Jorge Sebastián Rojas Vera (25) y Pedro Pablo Ramírez
Esquivel (22), en Tacuatí.
“También mataron en sucesivos ataques a los
policías Cirilo Díaz Escobar (29), en Paso Tuyá; Feliciano Coronel Aguilar
(38), en Tacuatí; Solano David Burgos Sena (29), en Tacuatí, y a Manuel Enrique
Escurra Acosta (48), en Horqueta. Otras víctimas del EPP que lograron
sobrevivir están postradas en cama, conectadas a máquinas o lisiadas a causa de
explosiones […]”.
IRRESPONSABILIDAD PÚBLICA Y DESGOBIERNO
Lo
que pasó en Arroyito (Concepción) no es casual, y, trágicamente, en breve habrá
de repetirse de nuevo, porque a la irresponsabilidad de los desgobiernos
anteriores se suma la del actual, del presidente Horacio Carte$, tan siquiera
sin experiencia politiquera, como el apóstata y constitucionalmente destituido
(2012) ex presidente Fernando Lugo.
Otro
ejemplo preocupante de la liviandad del inquilino actual del Palacio de López
en el manejo de sus responsabilidades presidenciales es el conocido como el
caso de “su gerente y amigo, titular visible del Banco Amambay”, que es
propiedad de Carte$.
Meses
atrás, efectivos de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD), encabezados por
su titular Luis Rojas, también fracasaron al pretender la captura de mandos
operativos del EPP. Cuando esta noticia se difundió en las redes, Rojas
justificó el hecho diciendo que los narcoterroristas logratron escapar antes
que él y sus hombres llegaran a la “casa de seguridad” que ocupaban en un
distrito de Capitán Bado (en el límite de los departamentos de Amambay y San
Pedro), un área “santuario” de grupos narcos y narcoterroristas.
Según
Rojas los narcoterroristas fueron avisados del peligro que corrían, porque los
vehículos que transportaban a los agentes de la SENAD se empantanaron en un
recodo del camino y eso hizo que fuesen detectados por la seguridad externa de
los criminales del narcoterror. Después se supo que formó parte de esa misión
tan delicada y peligrosa un lastre muy pesado para tales operaciones, el
presidente del Banco Amambay, Hugo Portillo.
Este
financista fronterizo, muy probablemente con clientes e infiltrados del narcotráfico
y narcoterrismo y en su intensa vida social, quienes sin mayores restricciones
hacen de las suyas en la frontera común con Brasil, pudieron haberse enterado
con anticipación del operativo montado por el titular de la SENAD para
congraciarse con Portillo y por este medio con el jefe directo de ambos, el
presidente Carte$, quien todavía no logra entender la separación entre lo
público y privado, es decir que ahora es el titular del poder fáctico ejecutivo
del país, con responsabilidades que superan de lejos su rol anterior de
conspicuo integrante de la plutocracia (no llega a ser una burguesía)
fraudulenta surgida en la época de la “itaiputización” del Paraguay, bajo la
dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989), apoyado casi hasta su derrocamiento
por militares y colorados oficialistas.
“Es
muy sencillo entender esto” –explicó a este sitio un investigador extranjero
especializado en el narcoterrorismo regional, a quien interrogamos acerca de
estos problemas, aprovechando una de sus últimas visitas, de las varias que
realiza anualmente al Paraguay y el Cono Sur. Agregó: “Portillo, en su rol de
insólito ‘007’ fronterizo, muy cercano a Cartes, en una de las habituales
frivolidades de estos personajes con la floreciente industria paraguaya de las
‘damas de compañía’ entrenadas por experimentadas empresas brasileñas del ramo,
pudo haberse jactado ante ellas y los demás de su próxima actividad con la
SENAD”. Narcotraficantes y narcoterroristas tienen muy buenos servicios de
inteligencia, más efectivos que la ABIN del Brasil, e inexistente en el
Paraguay: esto también nos recordó el experimentado investigador del crimen
organizado mundial.
De
hecho, la “incrustación” de Portillo, en un operativo de “caza” montado para
que Carte$ se enterase, generó mucha irritación con Rojas, entre quienes
arriesgan sus vidas, militares, policías y agentes de la SENA. Varios de ellos,
entrevistados por este sitio, afirmaron sospechar que el grupo de tareas de la
SENAD ya había sido detectado antes de ponerse en marcha, debido a algún
comentario hecho irresponsablemente por Portillo entre sus amigos y “ninfetas”
de Pedro Juan Caballero, la capital del Amambay y del Brasil.
Uno
de los problemas del desgobierno actual es que Carte$ inmiscuye de manera
ilegal a gerentes y empleados suyos en actividades de su desgobierno, incluso
en materias tan sensibles como las de seguridad, lo que le ha generado más de
un problema, que el presidente se niega a reconocer y a poner fin. En una
situación tal, y ya no por razones politiquero ideológicas, como experimentaran
NDF y Lugo, por ejemplo, sino debido exclusivamente al “mal de Hybris” (el
pecado de la soberbia y desmesura de los poderosos), que padecen el presidente
y sus “carteri$ta$”, adoradores de “becerros de oro”, cualquiera sea su origen,
se incrementan exponencialmente los riesgos de estallidos de la
ingobernabilidad histórica del Paraguay, que el pos 1989 jamás se interesó en
empezar a buscar la solución de la institucionalidad democrática.
CONCLUSIÓN SOBRE EL
TAÑER DE LAS CAMPANAS
Es
por todo lo expuesto que estas reflexiones se cierran con la lírica-metafísica
del poeta irlandés de los siglos XVI y XVII, John Donne, inmortalizado gracias
a la cita que hace Ernest Hemingway de un verso de uno de sus poemas, antes de
iniciar esa gran novela del narrador norteamericano del siglo pasado que es
“Por quién doblan las campanas”, que hace poco fue compartido en el FB de este
blog:
“Ningún hombre es una isla, / entera en sí, / cada hombre es pieza de
continente, parte del total. / Si el villano es arrastrado por el mar, Europa se
reduce. / Cual si fuera promontorio, / cual si fuera coro de amigos, / o
fuera propia: / Toda muerte me disminuye, / pues estoy con la humanidad.
/ Así no pidas saber por quién dobla la campana; / dobla por ti”.
Fuentes periodísticas:
JLSG
Asunción, a domingo 19 de enero de 2014
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