Escribe José Luis Simón G.
Octavio Paz, retratado
fotográficamente
por C. Conesa: © “El País”,
Madrid.
“2014, el
año de Octavio Paz y Julio Cortázar. En 2014 se conmemoran los centenarios de
nacimiento de dos de los escritores hispanohablantes más importantes del siglo
XX. Biografías, libros sobre sus obras y recuperaciones de títulos, más
múltiples homenajes especialmente en México y Argentina. También son los centenarios
de Bioy Casares y Nicanor Parra, y 50 años de la muerte de Luis Martín-Santos”,
nos recuerda el escritor y columnista especializado de “El País”, madrileño y
universal, Winston Manrique Sabogal.
El texto es del miércoles 8
pasado, en su entrega literaria de esa fecha, a la que se llega por medio del
siguiente enlace, de la edición digital “América”: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/01/05/actualidad/1388908964_340104.html?rel=rosEP
De esa página tomamos la
información acerca del poeta y ensayista Octavio Paz (México: 1914-1998), y en
otro momento nos ocuparemos de recordar al también inmenso Julio Cortázar, el
extraordinario narrador argentino, y ambos espíritus universales de lo mejor de
la creación poética, narrativa y ensayística de la literatura hispanoamericana,
incluso dentro de las letras mundiales.
De su biografía y de uno de los
poemarios, auténticos monumentos de la creación lírico-metafísica de Paz, Manrique
sabogal nos estremece con la belleza y elevación de unas cuantas líneas del, a
la vez, tan exquisito y sencillo creador que es Paz:
“
‘No lo que pudo ser: / es lo que fue. / Y lo que fue está muerto’ (de su Biografía)”.
Y,
“ ‘Nace de mí, de mi sombra, /
amanece por mi piel, / alba de luz somnolienta. / Paloma brava tu nombre, /
tímida sobre mi hombro’ ” (extraído del poemario Bajo tu clara sombra).
Interrogado por Manrique Sabogal,
el Premio Cervantes 2012, el Nobel de Literatura en lengua española, el
escritor peninsulra José Manuel Caballero Bonald explica que “el poeta mexicano
penetró como pocos en los secretos de la realidad con la sola potencia de su
poesía. (Desde ella) exploró con mano maestra en esas posibilidades expresivas
y supo canalizar una estrategia poética admirable: aquella en que las palabras
significan algo más de lo que significan en los diccionarios”.
El también escritor y periodista español José Andrés
Rojo se convierte en un antólogo muy refinado de Paz, en su colaboración en el
artículo de Manrique Sabogal. Nos recuerda: “ ‘Escribo sin conocer el desenlace
/ De lo que escribo / Busco entre líneas / Mi imagen es la lámpara / Encendida
/ En mitad de la noche’. Esos versos tomados de un poema incluido en Ladera
Este acaso resumen bien lo que Octavio Paz se dedicó a hacer todo el tiempo:
buscar entre líneas”.
Y agrega: “En otro sitio, de Puertas al campo,
escribió: ‘El sentido de una obra no reside en lo que dice la obra. En
realidad, ninguna obra dice; cada una, cuadro o poema, es un decir en
potencia, una inminencia de significados que sólo se despliegan y encarnan ante
la mirada ajena’ ”.
Sobre
el amor en Paz, Rojo se luce al rescatar aquello extraído del libro de aquél, “El laberinto de la soledad”: “ ‘Le
pedimos al amor –que, siendo deseo, es hambre de comunión, hambre de caer y morir
tanto como de renacer– que nos dé un pedazo de vida verdadera, de muerte
verdadera’. ‘[…] No le pedimos la felicidad, ni el reposo, sino un
instante, sólo un instante, de vida plena, en la que se fundan los contrarios y
vida y muerte, tiempo y eternidad, pacten’ ”.
Rojo
termina recordando (sin estar de acuerdo con ellos) que los críticos de Octavio
Paz le achacaban el que no supiera gran cosa de México […], y en su defensa
escribe muy sentidamente: “Lo que sí es seguro es que conoció a fondo la
condición humana y que supo dar forma a esos interrogantes que siguen latiendo
impertérritos, de manera incansable, una y otra vez. Y que, con su escritura,
dio alas a sus lectores para empezar a pensar. Limpiar el polvo de los
prejuicios, buscar entre líneas”.
Nota del editor de este
sitio: Ningún medio de prensa escrita, tampoco las emisoras de radio ni los
canales abiertos de TV, tienen verdaderos suplementos y espacio culturales. Los
que pretenden serlo son apenas páginas y espacios de relleno, reservados
exclusivamente para amigos, correligionarios, corifeos y gentes
politiqueramente correctas según la arbitrariedad del correspondiente editor o
de los responsables de las secciones dudosamente culturales de la multimedia de
hoy. Es uno de los resultados nocivos del predominio de la prensa canalla, de
la prensa poder fáctico…
JLSG
Asunción, a domingo 12 de enero
de 2014
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