Escribe José Luis Simón G.
De negociaciones secretas, con los castro-bolivarianos y totalitarios, del exterior y sus lacayos locales, incluso desde antes de su triunfo de 21 de abril, lo que le generó muchas críticas en las redes, presnsa y la ciudadanía, incluso en las filas oficialistas, en las últimas dos semanas Horacio Cartes cambió de postura e inició su defensa del interés nacional paraguayo, agredido por los "socialistas siglo XXI" del área, siguiendo órdenes del genocida Fidel Castro (Foto publicada por "abc", cedida por el equipo de prensa del presidente electo).
La declaración oficial del primer mandatario
electo Horacio Cartes, en respuesta a la última agresión del bloque totalitario
subregional, perpetrada de nuevo en el Montevideo de José Mujica, el viernes 12
de julio, sin ninguna duda defiende el interés nacional paraguayo, en la grave
crisis suscitada en el Mercosur, peo lo hace por medio de un comunicado
desordenado, confuso y tan solo principista, apelando siempre al derecho
internacional y a la “buena voluntad” de los enemigos totalitarios de la Patria
Paraguaya y de la Humanidad, lo que nunca está demás, desde luego.
El desgobierno que
sale del Palacio en medio del repudio generalizado del pueblo, nunca se atrevió
ni siquiera a una tal iniciativa. Y fue un error que el incompetente y corrupto
Federico Franco no suscribiese con Cartes su texto, incluso con las
limitaciones señaladas, como ejemplo de unidad nacional (no importa que todavía
sea política-politiquera), y también fue una demostración de debilidad interna
la ausencia del respaldo de una declaración parlamentaria conjunta de todas las
fuerzas no totalitarias de ese Legislativo, que tantas deudas pendientes tiene
con nosotros, el pueblo-ciudadano.
Aún así, careciendo de
una imprescindible más enérgica y justa toma de decisiones
jurídico-diplomáticas y políticas, para enfrentar como se debe en el terreno
del poder sabio y sensato la ofensiva totalitaria antiparaguaya, que es en
definitiva la única razón que entenderán los súbditos regionales y locales del
genocida Fidel Castro, de pronóstico reservado en materia de salud y por sus
años, las palabras de Cartes y su correcta oposición a la entronización de
Maduro, tienen el valor de haber proclamado una primera postura de mayor firmeza,
rechazando Asunción sin titubeos al asalto de lo que era el Mercosur por el
dictador CubaZolano, Nicolás Maduro.
Este, el devastador
payaso de la herencia maldita de Chávez, letal de todas maneras, es la
expresión más reciente de las arbitrariedades sin límites cometidas en
perjuicio grave de la República del Paraguay, por quienes han convertido la
Alta Política original del “Tratado de Asunción”, en su actual cadáver
“unasuriano”, el instrumento ideado por los brasileños para enfrentar a la OEA
“sometida a Washington”, y que después cedieran al totalitario Hugo Chávez,
acatando órdenes de Fidel Castro, quien no será absuelto por la historia y sí
condenado, lo que se acrecentará con su ya cercano fin biológico, si tiene esa
suerte y no es eliminado, en el marco incluso de un magnicidio que surgirá de
las mismas sentinas del poder castrista.
Es que mientras
sobreviva, el proyecto tibiamente realista-gorbachoriano de su hermano Raúl no
podrá ensayarse jamás. La cúpula castrista está dividida entre los dos hermanos,
desde hace algún tiempo rivales silentes, y tampoco es improbable que el
sacrificado sea éste último, en un momento en que Fidel Castro recupere la
lucidez, aunque sea por un momento, y eso generará un estallido de dimensiones
impensables en la martitizada Cuba y la región.
Es la ultraizquirdista
disfrazada de demócrata, y cada vez menos oculta “emperatriz” Dilma Rousseff,
del PT, quien en contra de los mismos intereses nacionales del Brasil encabeza
a los enemigos principales del Paraguay soberano, independiente, digno y
esforzándose, con grandes limitaciones, en la construcción de su Estado de
derecho democrático y de la sociedad abierta, condiciones necesarias e
imprescindibles para realizar con éxito el proceso hacia la calidad de vida en
nuestro país en el cual, al menos la mitad de los compatriotas están en
situación de “excluidos” y sometidos al totalitarismo de la pobreza e incluso
de la miseria, en medio del agraviamiento de la crisis ambiental y del cambio
clímático.
Su
contrapartida es la lúcida, bien rzona y clara defensa del Paraguay, acabada de
exponer también por Celso Láfer, uno de los más destacados intelectuales y
académicos brasileños del presente (Filosofía y Ciencia Política y del Estado,
“Iusinternacionalista” reconocido mundialmente, discípulo de Hanna Arendt en
Columbia University y profesor emérito de la USP), y además ex canciller de
Brasil en dos oportunidades y diplomático en la ONU (Ginebra) y uno de los
ideólogos del Mercosur original, además de conspicuo asesor político del ex
presidente Fernando H. Cardozo y miembro del Partido Socialdemócrata Brasileño
(ver: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/paraguay-fue-excluido-arbitrariamente-de-mercosur-dice-excanciller-de-brasil-595536.html).
LO “INTERMÉSTICO” Y GUERRA DE BAJA INTESIDAD
La actual coyuntura
político-estratégica de la República del Paraguay no es posible entenderla sin
el enfoque “interméstico” de las relaciones internacionales, es decir, tomando la
reciprocidad de intercambios recíprocos y generalizados de impactos, cada vez
más fortalecidos en la historia, entre lo “internacional” y lo “doméstico”, que
afecta sin excepción a todos los Estados y sociedades y al mundo “externo”, sin
que ni siquiera la autobloqueada isla despótico-totalitaria de Corea del Norte
pueda sustraerse a tal proceso.
Es imprescindible
recurrir al concepto aún no teórico de lo “interméstico”, para realizar un
análisis riguroso de la “Declaración pública del presidente electo del Paraguay
señor Horacio Cartes, sobre decisiones de la cumbre del Mercosur en Montevideo,
el 12 de julio de 2013”, en sus aspectos positivos y también negativos, locales
y foráneos, y que requiere de una adecuada lectura política y estratégica del
momento actual y de sus tendencias en desarrollo, para el éxito la defensa
político-diplomática y jurídica de los intereses nacionales paraguayos y la
consolidación dinámica de ella (enlace no oficial para acceder al documento totalitario
del 12 de junio: http://www.abc.com.py/nacionales/levantan-sancion-a-paraguay-594755.html),
entrelazados con la construcción del Estado de derecho democrático y de la
calidad de vida de las sociedades abiertas.
Para ello resulta
necesaria una correcta evaluación del momento actual “paraguayo” y regional, lo
cual implica abandonar nuestra tendencia tradicional de auto considerarnos el
centro del universo: esa peligrosa creencia equivocada, según la cual en el
país no rigen las leyes universales de las ciencias, ni las de la gravedad y tampoco
las de la política, y que aquí todo se resuelve “a lo paraguayo”.
Si no entendemos que
el Paraguay, todavía sin aliados externos oficiales, en la presente coyuntura,
pero en modo algo aislado por completo en lo estratégico de la “alta política,
se encuentra en una situación de “guerra de baja intensidad”, aún no declarada
y limitada de momento a las dimensiones político-diplomáticas, resulta
imposible comprender los peligros que enfrentamos, realidad para accionar
propositivamente sobre ella. ¡Los totalitarios solo negocian cuando han perdido
la partida, y solo para ganar tiempo y pasar a otra ofensiva!
El proceso en el cual
nos hallamos inmersos se originó un par de décadas atrás, veladamente, como un
proyecto comunista neo totalitario y populista regional (tras la caída del
Muro, la desaparición de la URSS, etc.: desde 1989 en adelante), que tiene en
La Habana del genocida Fidel Castro (su hermano Raúl, otro responsable de
crímenes de lesa humanidad, lleva algún tiempo intentando convertirse en una
suerte de Gorbachov a la castrista, proyecto de muy incierto futuro aún), el
vértice de un verdadero “triángulo de Bermudas” castro-genocida, para América
Latina y el Caribe. Así de simple.
Los otros dos vértices
y ejes principales del triángulo principal de la conspiración antiparaguaya,
son en primer lugar Brasilia (Planalto-Itamaraty, más que nada, controlados por
los sectores fundamentalistas del oficialista PT y de un Lula radicalizándose a
medida que la Justicia se acerca a sus barbas y manos tan sucias de la
corrupción sistémica que implementó para construir su mayoría parlamentaria
amplia, maniobra del “soft power” antes de pasar al “hard power”), desde la
muerte del dictador totalitario Hugo Chávez, insustituible éste en la lucha
totalitaria comunista por la toma del poder en América Latina y el Caribe
(objetivo estratégico del bloque, que
tuvo su primer derrota política y diplomática en el Paraguay), lo que ha dejado
a la Caracas de Cuba-Zuela, con el grotesco y no estabilizado políticamente, y
menos equilibrado en lo emocional, el actual dictador Nicolás Maduro.
Todo esto ocurre
cuando aparecen las primeras manifestaciones de la crisis terminal de este
proyecto totalitario, que se agravará a medida que los costos de la “hipoteca
ideológica” de los supuestos revolucionarios regionales los radicalice, en
momentos en que la oleada de la crisis económico-financiera mundial, que está
controlada (aunque débil, todavía) en EUA, mientras la UE empieza a darse
cuenta que la crisis financiero-económica imperante en sus países, no es solo
la de la politiquería europea, que también tiene ese componente, aunque subsidiariamente,
porque se trata de una variable dependiente o de ajuste de la voracidad del
todavía irrefrenable e incontrolable sector financiero mundial, cuyo poderío se
incrementó exponencialmente con la sociedad en red, y que tuvo su más agresiva
manifestación inicial con la locura e irresponsabilidad de ese jinete mundial
del apocalipsis que fuera el “neo-liberalismo”, de la era de Ronald Reagan
(1981-1989) y de Margaret Tatchter (1979-1990), en ambas orillas del Atlántico
norte.
DECLARACIÓN DEL PRESIDENTE ELECTO
La palabra oficial de
Horacio Cartes fue hecha pública el mismo día de la reiteración de la infamia anti
paraguaya del Merc-Unasur (el peligroso travestismo entre el Mercosur, proyecto
este originalmente válido, comercial y democrático y ahora ya muerto, desde su
absorción por la totalitaria Unasur), constituye un paso adelante, y tiene su
valor en la defensa nacional, aunque todavía es insuficiente para enfrentar las
amenazas existentes, y carece de la necesaria firmeza y claridad, aún, para
navegar las aguas tan procelosas del totalitarismo regional, que pueden
conducir a un Tsunami histórico en el hemisferio, incluso con derivaciones
bélicas, interno-nacionales y regionales.
Con sus palabras
recientes, Cartes empezó a cambiar drásticamente la desorientación de su
politiquería “buenuda”, la de dialogar con las fuerzas de la minúscula y
fragmentada izquierda criolla, pro-totalitaria, …¡para asegurar la
“gobernabilidad democrática del Paraguay”! Lugo y sus secuaces, separados o en
conjunto, traidores a la Patria paraguaya y la Humanidad también traicionaron
al proyecto totalitario Castro-Chávez, debido a sus inconmensurables inconsecuencias
e incapacidad políticas congénitas, atravesadas por el desbordante libertinaje
libidinoso y corrupto de todos los integrantes del desgobierno luguista.
Las denuncias al
respecto provienen nada menos que del ideólogo del PT, y de Planalto e Itamaraty,
Marco Aurelio García, enemigo del Paraguay, y jefe aquí de Gustavo Codas y de
Jorge Lara Castro, entre otros. Estos “revolucionarios” locales, incompetentes
y lujuriosos caviarnícolas, hoy no tienen el menor crédito en La Habana,
Brasilia, Caracas, etc., e incluso el ultaortodoxo Aníbal Carrillo Iramain ya
es considerado otro mal preservativo, usado y por ello desechado, en La Habana
“fidelcastrista”, de donde surgió la orden para su “candidatura presidencial”.
Consultar el enlace de más arriba, acerca del análisis del comisario del KGB
del PT, y de Planalto e Itamaraty, García, sobre la traición e incompetencia de
Lugo y los suyos, para los planes totalitario-comunistas aquí.
En Montevideo, el viernes 12, los presidentes y
cancilleres totalitarios del Merc-Unasur hicieron pública su “Decisión sobre el
cese de la suspensión del Paraguay en el Mercosur en aplicación del protocolo
de Ushuaia sobre compromiso democrático”. La finalización de las “sanciones” es
relativa, porque regirá recién a partir del 15 de agosto, cuando asuma Cartes,
en otra manifestación de la soberbia, imprudencia y totalitarismo que, como era
lógico, predominó en Montevideo, entre CFK, Mujica y Rousseff, y Maduro, más
allá de las palabras emotivas, amistosas y falsamente cordiales de los
mencionados desgobernantes, dominados por las sombras de un anciano casi
siempre senil y enfermo (Fidel Castro) y el fantasma de Chávez (http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/mantienen-la-suspension-a-paraguay-y-ceden-la-presidencia-a-venezuela-594934.html).
La respuesta de Cartes,
al nuevo “ex abrupto” castro-chavista, aunque válida y con luces de dignidad,
destacable y de importancia, aún es insuficiente, débil y gris, por ejemplo al
no cuestionar la nulidad de la “sanción” antiparaguaya, ¡basada en la cláusula
totalitaria de la Unasur, no ratificada por el Senado, y por ende carente de
validez en nuestro ordenamiento jurídico nacional. Además, el momento requería
una Declaración Nacional y no unilateral (¿porqué no la acompañó el mandatario
saliente?), y que no solo se limitara en lo fundamental a rechazar la
presidencia “pro tempore” de Maduro en el hoy Merc-unasur. También debió haber
contenido un enérgico ataque de la nulidad absoluta de todo lo actuado por los Castro-Chávez-Dilma…,
en la grave cuestión que nos involucra, y poniendo en resalto el hecho de que
las agresiones contra el Paraguay forman parte del proyecto político
totalitario comunista regional.
Lo concreto es que, en
un caso del Alta Política Nacional (de seguridad, defensa, independencia,
dignidad y soberanía de esta naturaleza), Franco no acompañó a Cartes, cuando
que era de elemental y auténtico patriotismo la necesidad de una concertación
local de tal naturaleza, con el respaldo mayoritario del Congreso, incluso, a
objeto de evidenciar la unidad nacional en la materia, incluyendo
manifestaciones de apoyo de la sociedad al Estado y la sociedad, demostrando
formalmente la existencia de un frente único político, diplomático y jurídico
en defensa del Paraguay.
Los que dejan el
Palacio, salvo en un par de cuestiones, fueron siempre cobardes e incapaces,
ignorantes además, en lo referido a una efectiva defensa de la Patria paraguaya
y la Humanidad. Franco, el desgobernante, y su cancillerito J. F. Fernández E.,
¡tardaron un año para retirar de Brasilia-Planalto a la vetustez del
“embajador” correligionario Evelio Fernández Arévalos, en eternas vacaciones de
jefe de misión nunca recibido por la terrorista no arrepentida y presidenta
Dilma Rousseff, mientras ella, la “emperatriz”, mantenía al frente de su
embajada aquí a un encargado de negocios manejado por los radicales del PT.
Las limitaciones de la
declaración del presidente electo, es consecuencia de la impericia política de
Cartes y de sus entornos más influyentes, en materia internacional, y en lo
jurídico-diplomático, con las notorias excepciones del los ex cancilleres Luis
M. Ramírez B. y Jose A. Moreno R., y de otros pocos más. Evidencia esto que el
presidente electo, no es una sorpresa, sigue teniendo la grave limitación de
carecer de un apropiado estado mayor político, capaz de leer e interpretar las acciones
y omisiones, y palabras y silencios, de los enemigos del Paraguay, y de sus
lacayos internos, de manera tal a formular e implementar una Alta Política Estratégica
Nacional, traducida en políticas públicas efectivas, en defensa de nuestros
intereses patrios, y siempre enfatizando en lo jurídico y político-diplomático,
pero capaz de anticiparse a los acontecimientos, incluso.
CONDICIÓN NECESARIA, PERO INSUFICIENTE
Es por eso que, si
bien Cartes, como correspondía y no se le debe negar el mérito que jamás
tuvieron Franco y Fernández, al respecto, casi a último momento endureció su
posición en la defensa del interés nacional paraguayo, frente a las agresiones
“merc-unasurianas”. Pero no dio en el blanco al limitar su férrea oposición a
la presidencia “pro tempore” de Maduro, válida sin duda, entre varias razones
más porque puso en evidencia la prepotencia, inflexibilidad y peligrosa
irreflexividad de los totalitarios regionales, quienes autoritariamente nos
convirtieran en su enemigo, interviniendo además en nuestros asuntos internos
por procedimientos típicamente colonial-imperialistas.
El comunicado de
Cartes, también comete el error de dar momentánea legalidad y legitimidad al
“Protocolo de Usuhaia” (el “2”, obviamente, derivado del de la Unasur), por sus
tan controvertidas cláusulas intervencionistas, las que fueran suscritas por
Lugo y Lara Castro en Montevideo, en una cumbre ya del Merc-Unasur, en diciembre
de 2011, pero jamás aprobadas por el Senado paraguayo, ni el “Tratado de
Unasur” y tampoco la inclusión de sus normas totalitarias en las del Mercosur,
en materia de “defensa de la democracia”. Y nunca debe olvidarse que el Senado
paraguayo votó en contra del ingreso de la Venezuela chavista al Mercosur, por
los procedimientos seguidos por Caracas y reñidos con el derecho de los Estados
y las normas internacionales del ordenamiento jurídico que rige relaciones
entre naciones, entre estas y la ONU y con las organizaciones internacionales
gubernamentales y no gubernamentales, y otros actores internacionales.
De todas maneras, la
inclaudicable oposición a la presidencia “pro tempore” de Maduro es una manera
no tan drástica, como debiera haber sido, pero válida, de cuestionar las
legalidad y legitimidad de lo decidido por el Merc-Unasur, desde el
intervencionismo de sus cancilleres aquí, durante el juicio político
constitucional (junio 2012), y por la violación al Tratado de Asunción (1991) y
su normativa derivada, en particular la del reglamentador Protocolo de Ouro
Preto (1994), todo ello contrario al derecho internacional público y a nuestro
orden jurídico. Eso comenzó con la decisión de suspender al Paraguay del
Mercosur, adoptada por los presidentes Cristina Fernández Kirchner, José Mujica
y Dilma Roussef, en la reunión de Mendoza (Argentina, fines de junio de 2012),
potestad de la cual carecían.
En tal sentido,
podemos aceptar como válida la argumentación de Moreno Rufinelli, al
interpretar la declaración de Cartes del 12 de julio en los siguientes
términos:
“El excanciller nacional José A. Moreno R. señaló ayer que el
comunicado del presidente electo, Horacio Cartes, refleja la posición de que se
cometió la arbitrariedad, la injusticia e ilegalidad contra el Paraguay.
Sostuvo que al no participar nuestro país en las reuniones del Mercosur, todas
las decisiones que se toman son nulas. ‘Esta asunción de la presidencia pro
témpore de Venezuela es un acto que para nosotros no tiene relevancia alguna
desde el momento que nosotros consideramos que Venezuela no es parte del
Mercosur. Por tanto, para nosotros no tiene validez’, manifestó” (http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/todas-las-decisiones-son-nulas-opina-excanciller-594996.html).
ENFRENTAR LA GUERRA NO
DECLARADA Y EN ESCALADA
Esta guerra encubierta
en contra del Paraguay, ordenada por el genocida Castro, y con los condimentos
propios de los totalitarios Dilma-Lula-García y la minoría comunista brasileña,
que construyó una endeble mayoría para ganar elecciones (recurriendo a la
corrupción generalizada y al ocultamiento de sus intenciones) pretende la toma
del poder en Brasil y para ello el Paraguay soberano es un impedimento. Por
consiguiente, y para las siguientes fases de la lucha recién en sus inicios,
sugerimos debatir las propuestas de Alta
Política Estratégica Nacional para tiempos de crisis excepcionales, como los
que vivimos, y que se exponen a continuación:
1.
Denunciar
argumentadamente y con la artillería pesada de las pruebas acumuladas, ante la
Corte Internacional de Justicia de La Haya, a los desgobiernos agresores del
Paraguay y nucleados en el Merc-Unasur, por violación del ordenamiento jurídico
del Paraguay y también del derecho internacional público;
2.
Iniciar
una campaña político-diplomática urgente en el seno de la OEA para la
aprobación por la Asamblea General del “Informe Insulza sobre el Paraguay”
(2012), trámite “congelado” por el actual secretario general, una traición a él
mismo, en función de sus aspiraciones politiqueras en su Chile natal. A raíz de
ello se Cartes debe solicitar al desgobierno saliente que no condecore al
secretario José Miguel Insulza, pues no sería raro que hubiese vendido la causa
nacional paraguaya, para reunir fondos con vistas a su costosísima campaña para
acceder el senado en Chile;
3.
Incoar
las acciones de inconstitucionalidad de todo lo concerniente a las agresiones
merc-unasurianas al Paraguay, instrumento jurídico probatorio indispensable, lo
mismo que el “Informe Insulsa” para las acciones ante La Haya;
4.
Incrementar
nuestra presencia y participación en la Alianza del Pacífico, recurrir al
tratado vigente de la ALADI para nuestras negociaciones bilaterales y de
bloques internacionales, obviando todo lo concerniente al “Mercosur”, del que
el Paraguay no debe retirarse y sí demostrar que son Argentina, Brasil, Uruguay
y Venezuela quienes deben reincorporarse al “Tratado de Asunción”, custodiado
en su legalidad y legitimidad jurídicas, diplomáticas y políticas por la
República del Paraguay;
5.
Rediseñar
e implementar una nueva política de alianzas internacionales del Paraguay a
raíz de esta grave crisis, y para fortalecer la posición externa de la Patria;
6.
Buscar
la declaración de “Causa Nacional” para esta crisis por parte del mandatario
electo y próximo a asumir, entre los partidos y fuerzas democráticas en el
Congreso, y con las organizaciones empresariales, sociales, gremiales y en
general con la sociedad toda, con la sola exclusión de los traidores a la
Patria paraguaya y la humanidad, de tal manera que cada decisión esté
respaldada nacionalmente e incluso por el desgobierno saliente;
7.
Realizar
una gran marcha cívico-nacional del Pabellón Patrio, en Asunción, capitales
departamentales y toda la república, en defensa de la Patria paraguaya y para
respaldo de las políticas soberanas del Primer Mandatario de la Nación, en tal
carácter;
8.
Iniciar
investigaciones oficiales (y periodísticas) acerca del grado de infiltración de
los agentes subversivos del KGB castrista y sus secuaces, operando libremente
en el Paraguay desde el desgobierno de Nicanor Duarte Frutos, acrecentado tal
peligro bajo la traición de Lugo y los “lugoides” al Paraguay, y mantenida con
Franco en el Palacio de López;
9.
Diseñar
una política de Seguridad Nacional (defensa de la República y seguridad
ciudadana) acorde para los tiempos que vivimos, e implementar la ley del
Servicio de Inteligencia Nacional, y además otorgarle la importancia que se
merece a la Secretaría-Consejo de la Seguridad y Defensa Nacional, y fortalecer tal
institución del ámbito del Ejecutivo;
10. Rediseñar las condiciones de seguridad del
mandatario electo, que no puede estar en manos de un grupo de mercenarios de la
seguridad, de origen israelí, pero de naturaleza privada, y dar cumplimiento en
materia de protección de los más altos servidores públicos, y de la
Constitución y la soberanía e integridad territorial, a lo estatuido legalmente
en materia de Fuerza Pública;
11. Iniciar de inmediato las gestiones para renovar
tratados y protocolos de seguridad con tradicionales aliados del Paraguay, y
buscar a otros nuevos en el ámbito de los países democráticos del orbe;
12. Programar un traspaso y ascensión al mando
presidencial regido por una estricta austeridad, y no invitar oficialmente a
los mandatarios de la región que son enemigos de la Patria paraguaya,
enfatizando sí los lazos de amistad con los gobiernos que respaldaron al
Paraguay en justicia, en estos tiempos nublados. En los casos de Argentina,
Brasil, Uruguay, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba, invitar a
personalidades públicas y privadas que no se han plegado a las agresiones
antiparaguayas, y que, por el contrario la han defendido;
13. Integrar en el Poder Ejecutivo un “Grupo de
Tareas”. Funcional y operativo, de asesoramiento plural y democrático, para
cuestiones internacionales, de seguridad nacional y políticas, encargado de
elaborar sugerencias de Alta Política Nacional y Estratégica, sin olvidar que
materias pendientes en inseguridad local-internacional tienen que ver con la
existencia del grupo terrorista autodenominado EPP, las nuevas organizaciones
subversivas, clandestinas y de masas que están preparando los infiltrados del
KGB castrista, y el creciente y en expansión poder de la narcoactividad que ya
tiene a su “lobby” parlamentario, y que cuenta con la complicidad de grandes
bancos y mega empresas para el lavado de dinero; y
14. Investigar por la prensa y las redes todos
estos acontecimientos, y desde las redes estimular la participación y
movilización cívica de la ciudadanía en defensa de la Patria y la democracia,
no incurriendo en el grave error de identificar política con su perversión que
es la politiquería ni partidos políticos con la corrupción partidocrática de
ellos. En tales dimensiones actuar como vigilantes y contrapesos de los
mandatarios públicos, electos y no electos.
Lógicamente, no es
todo. Pero bastante para empezar, y sobre todo que entendamos que la seguridad
y defensa de la República del Paraguay es jun derecho deber de la ciudadanía. ¡El pueblo paraguayo debe
defender a sus instituciones democráticas, y hacerles abandonar los lastres que
impiden la gobernabilidad propia del Estado de derecho democrático, y no temer
en respaldar al presidente electo cuando proceda correctamente en defensa de la
Patria paraguaya y sus instituciones, lo que es una gran contribución para la
Humanidad, y tampoco dejemos de criticarlo, sin sectarismos ni extremismos,
cuando sus decisiones y palabras no estén a la altura de sus responsabilidades
para con “nosotros, el pueblo”!
JLSG
Asunción, a jueves 18 de julio de 2013