sábado, 6 de abril de 2013

Integrantes de la ínfima izquierda bolivariana y “caviar-nícola” local denunció el más reciente negociado de tierras del INDERT, parte del contubernio electoralista entre el PLRA y la UNACE, pero sin mencionar los desmanes que cometieron en el sistema nacional de corrupción sus correligionarios, cuando el destituido Fernando Lugo estuvo en el Palacio de López, y mucho menos denunciaron los hechos punibles que perpetraran (sea por comisión u omisión) los más importantes referentes de ese desgobierno, también del pos 1989

Escribe José Luis Simón G.
Convocados por el grupo electoralista “Avanza País” 
(que encabeza quien por décadas fuera uno de los reyes
 de las noches asuncenas, Mario Ferreiro, acabado de
 transformarse en “líder”politiquero,nada menos que como 
candidato a presidente de la República), algo más de 
tres decenas personas se manifestaron en contra del presidente
 Federico Franco, sobre una de las entradas de la residencia 
presidencial, acusándolo de corrupción, en la mañana del 
sábado 6 de abril (Fuente: “abc color”, foto de Arturo Godoy).



Referentes principales de “Avanza País” (AP), sin ser reprimidos, se manifestaron en una de las avenidas laterales de la residencia presidencial (la presidente Juscelino Kubitschek, frente a uno de los costados de la “American Embassy” de Asunción), exigiendo que se investigue el negociado y escándalo de la “compra” de tierras por el INDERT, el más reciente de la entidad, el que concretó el “matrimonio” partidocrático de conveniencia entre el PLRA-UNACE. Además, quienes criticaron el juicio político de Lugo calificándolo de “golpe de Estado”, amenazan ahora con el mismo procedimiento al tan cuestionado y cuestionable presidente doble FF…  

AP es el grupo electoralista del “progre” (izquierda rosa, pero disciplinada por La Habana y Caracas) Mario Ferreiro, quien fuera rescatado de su sempiterna “dolce vita”, e insertado muy desde arriba en la politiquería “revolucionaria”, por el entonces todavía importante dedo índice del desgobernante que era Fernando Lugo, apóstata en su época de obispo.

Encabezaron la protesta los candidatos a diputados por el “Ferreiro-ismo”  Karina Rodríguez y Rubén Penayo, del entorno principal hasta hace poco del régimen luguista, traidor a la Patria Paraguaya y la Humanidad, el desgobierno que vendió a precio de remate e ideológicamente la soberanía, independencia, dignidad e intereses de la República del Paraguay, al castro-bolivarianismo.  A Karina y Penayo no les importa eso. Tampoco desean investigar los negociados de la era Lugo, perpetrados por numerosos de sus más cercanos colaboradores.

¿Por qué AP no hace propaganda electoral con los nombres y rostros de Camilo Soares, Miguel A. López Perito y otros? ¿Por qué no piden investigar el uso de los fondos de la TV Pública y de la SICOM y el bienestar material súbito de Augusto Dos Santos, uno de los zares del neototalitarismo luguista que preparaba el “gran estallido revolucionario” en el Paraguay?

Además, y por ejemplo: ¿por qué no le exigen al candidato número uno a senador por AP, Adolfo Ferreiro, que tome partido por los intereses nacionales en los negociados que se han denunciado entre PETROPAR-PDVSA? ¿Por qué la diputada Rodríguez, y sus “camaradas” de la AP no le demandan al oportunista  padre de ella, Ausberto Rodríguez, luguista, y totalitario desde siempre, que renuncie al cargo de “embajador” del Paraguay ante El Cairo y otros países árabes vecinos, al que logró acceder como cupo politiquero gracias al “compañero-presidente” Lugo, y se mantiene en él “representando” a un gobierno al que públicamente califica de “golpista”?

Los de AP y otros, exigen una investigación imparcial e independiente que debe empezar por la Fiscalía General / Ministerio Público, que tiene a su frente a un titular designado inconstitucionalmente por Lugo con la complicidad de los poderes fácticos del “Estado”, el judicial y el legislativo.

Cuando le convino, Lugo coqueteó politiqueramente con las cúpulas partidocráticas en el congreso y con las de la suprema corte de la injusticia, en vez de gobernar para, entre tantas cosas más, hacer avanzar la tan precaria institucionalización democrática del Paraguay.

¿Acaso Lugo y el tribunal superior de justicia electoral (tsje), con el “monje negro” Alberto Ramírez Zambonini, a su frente, no legalizó todas las fraudulentas y supuestas internas de la “izquierda” caviar paraguaya? ¿No deberían denunciar e investigar también estos y otros hechos, amén de rechazar el legal pero inmoral subsidio y aporte del Estado a la politiquería paraguaya?

¿Qué autoridad legal, y en términos de Justicia, y de moral cívica, tienen los politiqueros de los brotes totalitarios de la “izquierda” bolivariana local para reclamar en contra de la corrupción sistémica de la partidocracia paraguaya, para denunciarla, juzgarla y condenarla en la persona de los responsables, quienes hayan perpetrado delitos y crímenes, por acción y/u omisión? Los de AP, cuando hasta hace poco estuvieron en el ejecutivo del Paraguay, subordinándolo a La Habana y Caracas, fueron idénticos en hechos y omisiones punibles e inmorales a quienes ahora critican. Es decir, resultaron y son peores, porque ellos, los “revolucionarios”, supuestamente eran la “alternativa del cambio”.

También por este lado, como podemos constatar, se presenta bastante negro el panorama de la apertura política de 1989, que más pareciera acercarse a su crisis terminal, y no por un juicio político que fue constitucional, legal y legítimo, en los mismos términos en que había ejercido su desgobierno Lugo. La causa de esto es que en el Paraguay rige apenas en los papeles una Constitución que define al Estado como uno “social de derecho”, y califica de republicano de tres poderes, democrático, pluralista, etc. a su régimen político presidencialista, pero que otorgó al “Congreso”, especialmente al senado, atribuciones de uno parlamentarista. En el Paraguay, entonces, impera una “democracia de muy baja calidad” institucional, con una sociedad acostumbrada a una mínima participación política democrática.



JLSG
Asunción, a sábado 6 de abril de 2013
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