sábado, 22 de septiembre de 2012

Aparta Rajoy tu envenenada copa “bolivariana”, que no la merece la Pepa y mucho menos el Paraguay


Portada de una edición príncipe del texto constitucional de 1812, con otras atesorada en la Biblioteca Nacional de Madrid (Fuente: wikipedia).

Detalle del monumento a la Constitución liberal española de 1812, erigido en Cádiz, en la gaditana Plaza de España (Fuente: wikipedia).

Esta página, enérgica sin ser altanera y mucho menos descortés o agresiva, llama a las cosas por su nombre, sin ira alguna y educadamente, desde las reflexiones de un ciudadano, quien responde al gratuito agravio a la República del Paraguay, país que históricamente siempre ha precautelado con celo sin igual sus soberanía, dignidad e independencia, las que intentan ser mancilladas, una vez más, por líderes “bolivarianos” extranjeros y sus cómplices locales y de otras partes del mundo.

En tales afanes, gobernantes y fundamentalistas del “socialismo siglo XXI”, de la región y de aquí, y de otras partes, no representan a sus pueblos. Desde los respectivos desgobiernos, los “bolivarianos” que todavía permanecen en ellos, pretenden hacerse con el poder totalitario, vaciando de todo contenido real las aspiraciones mayoritarias de nuestros pueblos, las de vivir en paz, en el marco del Estado de derecho democrático, con justicia y para realizar en libertad las transformaciones que nuestros países y el mundo reclaman con urgencia.

La ofensa inconcebible e imperdonable, apenas ha sido proferida todavía, en el papel de patoteros barriales de la Comunidad Iberoamericana de Naciones por los conservadores españoles dueños de casa, y sus contra natura “aliados” socialistas, subordinados complacientes a quienes les instigan, los poderes fácticos regionales y paraguayos, de inspiración “bolivariana” y reaccionaria. Es algo que no puede ser pasado por alto. Sobre todo porque la Cancillería del Palacio de López ciclotímicamente oscila entre la dignidad diplomática y las actitudes mendicantes. Esto último significa ahora lograr a cualquier precio la invitación para que el Paraguay asista oficialmente a lo que debería ser la fiesta de la primera libertad de España. Tal política no es digna de la Patria, ni de nosotros, el pueblo paraguayo.

El ciudadano-autor de estas líneas les toma el desafío a los Chávez-Castro-CFK, y demás ralea, aún sin haberse consumado el íter críminis político-diplomático, en este caso oficializado por el oportunismo de un gobierno politiquero europeo, que será de breve duración, así lo indican las debilidades e inconsecuencias del deplorable equipo gubernamental del personaje principal, el inquilino momentáneo del madrileño Palacio de La Moncloa, Mariano Rajoy, de un autodenominado Partido Popular (PP).

La herencia de los socialistoides
El tan nimio Rajoy, presidente del Gobierno español (en su propio país, en Europa y en el mundo), a fines del año pasado sustituyó al también “ni leche ni café, y ni siquiera café con leche”, del socialista y demócrata inconsecuente, José Luis Rodríguez Zapatero, amigo y cómplice de totalitarios como Fidel Castro, y de ahí hacia abajo, e inveterado proveedor además de credenciales democráticas a otro “revolucionario” de los sátrapas contemporáneos, el inefable Hugo Chávez, de cada vez más pérfido comportamiento para superar las elevadas marcas obtenidas por su maestro cubano en la opresión totalitaria. De tales polvos socialistoides se hacen los barros intervencionistas y agresores del Paraguay con que hoy pretenden embadurnarnos los conservadores españoles, “demócratas” de reality show y carentes de la menor dosis de la vertiente sensata de la Realpolitik (ver más abajo).

Rodríguez Zapatero, quien por sus ambiciones tan solo politiqueras perdió la oportunidad de lucirse con aquello tan digno de “zapatero a tus zapatos”, es uno más entre tanto enterrador de esa fuerza cívica transformadora de la historia española moderna, la del socialismo principista y marxista y de la Segunda Internacional, que pretendía combinar la revolución social de Carlos Marx (antes del leninismo-stalinismo) con la realización de la libertad. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), nacido en 1879 por iniciativa del egregio maestro Pablo Iglesias, y sus compañeros de luchas memorables, y no de las modernas trapisondas y corrupciones “felipistas”, las empalagaciegas, propias de quienes con fatuidad llegan a alturas que de inmediato les marean e incluso corrompen y alienan.

A quienes deseen enterarse de más detalles sobre estas perversiones de las democracias realmente existentes, deben leer las memorias de su paso por el Ministerio de Cultura del PSOE felipista-guerrista, las del insobornable y siempre lúcido Jorge Semprún (1988-1991 ): Federico Sánchez se despide (1993). Semprún, fallecido el 2011, un combatiente humanista a todo lo largo su provecta y larga existencia, que la condujo a la sociedad abierta, sobreviviente de épicas jornadas históricas de lucha e intelectual crítico de los que no se compran ni se venden, terminaría renunciando al alto cargo decepcionado de las prevaricaciones, de la estulticia, del patrimonialismo y del culto al poder de Alfonso Guerra, el monje negro de su jefe, Felipe González, presidente del Gobierno entre 1982 y 1996, el responsable político de tanta depravación.

No se le niega a González la modernización de España, su vocación atlantista y europeísta y el haber democratizado ideológicamente al PSOE. Pero no fue suficiente en casi tres lustros en La Moncloa. Como titulara ese gran hebdomadario de la transición que fuera Cambio 16, en el primer quinquenio de gobierno, en apenas cinco años iniciales en La Moncloa, los socialistoides de la segunda mitad del siglo XX español tiraron por la borda un siglo de probidad, autenticidad y compromiso cívico con el cambio social, entre diversas otra virtudes que heroicamente habían atesorado los históricos del PSOE.

El Rajoy-kirchnerismo, don Juan Carlos y la Cumbre
El antiparaguayo, agresivo, abyecto, extorsivo y miserable “bolivarianismo- kirchnerista” de Rajoy, de consumarse, habrá de empañar de manera nefasta y nefanda a la Cumbre Iberoamericana de Cádiz 2012, de mantenerse la exclusión de un Paraguay (miembro fundador de la Comunidad) de nuevo en lucha por institucionalizar su precaria democracia todavía de muy baja calidad. ¡La demencia no senil del entonces presidente Fernando Lugo, acompañado de sus monaguillos infernales, estuvo a punto de lograr el estallido del proceso de apertura política de 1989, como nunca antes había acontecido, lo que habría ocurrido en una guerra civil de no haber mediado el constitucional y legítimo juicio político destituyente!

Además, compromete seria y negativamente a la en general exitosa democracia española, y a su coherente y eficaz timonel de tiempos tormentosos, el rey don Juan Carlos I, el jefe del Estado, hoy ciertamente disminuido en algunos aspectos de nuestras tan humanas imperfecciones. Estas no opacan con todo su intensa labor democratizadora y unificadora, desde el trono español, en una gestión ya convertida en historia, gracias a su decidida y lograda devoción hacia la monarquía constitucional, inaugurada en 1978, tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.

Esa opción de la monarquía restaurada por el Estado de derecho democrático, decidida por el rey, paradoja de la historia, fue obra no deseada del dictador Francisco Franco, gracias a su Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 1947. Aquélla fecha inaugural (1978), de continuidad real ilustrada y democrática de ya casi cuatro décadas ininterrumpidas de historia actual, desde el presente de su reparadora e institucionalizada transición a la democracia, sin eliminarla dejó atrás la tradición histórica inaugurada en 1942, la de los descubridores peninsulares, conquistadores y colonizadores del Imperio español de entonces, opresor y civilizador a la vez. Y lo hizo también con la herencia de la violencia inaudita de la guerra civil de la ruptura de España (1936-1939), cuando una mitad armada del país quedó enfrentada a la otra, convirtiendo a su tan dura geografía en escenario de lucha de siameses totalitarismos externos, ideológicamente enfrentados.

Aquella experiencia de sojuzgamiento colonial es la que se intentó transformar, convirtiendo al Imperio español todo en una sola unidad jurídico-política, la de una monarquía constitucional y liberal, con la participación de medio centenar de diputados de la América hispana en la histórica coyuntura gaditana que condujo a 1812, cuando fuera promulgada por las Cortes Generales la carta magna, popularmente denominada la Pepa, a partir de su derogación por Felipe II, al cabo de apenas dos años de vigencia.

Tan breve experiencia monárquica constitucional, la de un liberalismo avanzado, además, antecedente lejano de la actual, en modo alguno puede ser confundida con la bellaquería contemporánea, la de los intoxicados por la reaccionaria, deplorable y cantinflesca (respetando siempre a Mario Moreno, Cantinflas, que en lo suyo era auténtico y genial) concepción tan elemental del reaccionario ¿socialismo siglo XXI? y sus muy bien pagos intelectuales orgánicos, los “termocéfalos” fundamentalistas del postotalitarismo del siglo XX, el de las guerras, como lo bautizara la creativa y libre erudición histórica del maestro Eric Hobsbawm. Las mentes de alquiler entre los “bolivarianos”, y que por ello han dejado de ser intelectuales, todavía no se enteraron de la desaparición de la URSS y del bloque soviético, ocupados como están en vaticinar el tantas veces cantado colapso definitivo de las democracias occidentales y del capitalismo, para ellos a la vuelta de cada esquina, y ya desde el Octubre Rojo de 1917…

Todo lo del Rajoy "bolivarianismo", y sus deplorables carnestolendas regionales del poder ilegal e ilegítimo (de muy elevado costo en términos de ingeniería histórica), el del denominado socialismo siglo XXI, hiende a petróleo, a los totalisaurios Fidel Castro y Hugo Chávez, al neoimperialismo y al fundamentalismo iraniano. Esto ocurre cuando tamaño aventurerismo ideológico ya lleva tiempo instalado en su crisis terminal, política y biológica, con pronóstico de finales wagnerianos para ambos, y con obvios y trágicos padecimientos para los tan sufridos pueblos, el cubano por más de medio siglo y el venezolano de las últimas dos décadas, y para la región en general.

Rajoy, ¿bufón del "socialismo siglo XXI"?
Por complejo de inferioridad ante líderes neototalitarios regionales, como la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, y por rasgos propios y ajenos que deben ocultarse. En este caso no en la Realpolitik que también suele ser ensayada por minúsculos gobernantes, quienes sobreabundan en momentos históricos de cambio de época, como son los del presente, en los cuales la opción preferencial de los líderes mínimos son los burdos reality show. Es el caso del infatuado presidente del gobierno español, Rajoy. El jueguito de “poder” de este tipo de personajes, condenados a pasar por la historia sin el menor relumbre, por lo general se dirige en contra de países a los cuales la ignorancia supina que ostentan –sin rubor alguno, propio de los inimputables– les hacen considerarlos fácilmente doblegables.

En resumen: para congraciarse (en lo externo) con la neototalitaria desgobernante argentina, a objeto de lograr una mejor compensación económica por el expolio, al estilo pingüino K-Cámpora, de la petrolera española Repsol, expropiada por la Casa Rosada en abril pasado, a caballode súbitas polvaredas nacionaliZtas-justicialiZtas, el anodino y conservador Rajoy decidió que el gobierno paraguayo surgido del juicio político destituyente del 21-22 de junio último, constitucional y legítimo (para referencias bibliográficas acerca de tal coyuntura, consultar abajo, en la sección enlaces), no debe asistir a la Cumbre Iberoamericana de 2012.

Se realizará la cita de presidentes y cancilleres en celebración de la liberal Constitución española de 1812, la Pepa, votada en la resistente Cádiz, asediada por el engendro imperial napoleónico, en que se había agotadola Revolución Francesa (1789), después de los excesos del terror de un republicanismo sanguinario y anárquico, que así empezó a exhibir la cara oculta del exterminio racionalista e iluminista y de la modernidad. La barbarie anti absolutista quedó grabada en la histórica sentencia de la auténtica revolucionaria Madame Roland, antes de ser guillotinada: “¡Oh, Libertad!,¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!” (acerca de la constitución gaditana, ver abajo, enlaces de artículos recientes de intelectuales hispanoamericanos).

En lo interno peninsular, el tan injusto cuan inmerecido agravio al Paraguay, emanado de las sentinas oportunistas del gubernamental PP de Rajoy, el sexto mandatario español de la democracia, tiene también el tufo de agradara costa nuestra a los socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero, quienes se vieron obligados a abandonar el Palacio de La Moncloa, dejando a España al garete, desbordado sus desgobernantes por la crisis financiera-económica que amenaza a la España democrática y de las autonomías, en el marco de la crisis de una Europa sin líderes y en un mundo carente de la conducción de esa rara especie insustituible de los políticos que son los estadistas, imprescindibles para poner orden en el desorden mundial que vive el planeta desde varias décadas atrás.

Por el lado del PSOE, su intoxicación ideológica “revolucionaria” la vive allende las propias fronteras, y sus gerifaltes lo practican entre La Habana y Caracas, y otros sitios de privilegio paradisiaco de eterno veraneo, como caviarnícolas no vergonzantes que son. El PSOE tiene todavía influyendo en sus relaciones internacionales a Luis Yáñez-Barnuevo, versión española (pero mucho más culta) de nuestros “revolucionarios 4x4”, quien ejerce de internacionalista solidario con el supuestamente destituido ex presidente Fernando Lugo y sus tan raleadas comparsas de aspirantes a neototalitarios,los “bolivarianos” locales. Esto ya fue constatado algo más de un mes atrás, cuando una misión de observadores del Parlamento Europeo (PE) estuvo aquí, aparentemente para investigar el juicio político paraguayo. La dirigió Yáñez, quien incluso antes de que los europeos abandonaran Madrid o Bruselas, había sentenciado que lo de Paraguay había sido un “golpe parlamentario”.

Entre la sensatez y la razón de la fuerza
La Realpolitik que obedece al sentido de responsabilidad de los estadistas,su principal virtud cuando lo son de verdad, tiene un excelente ejemplo de firme y a la vez flexible conducción estratégica, hasta ahora estudiada como“el caso” en teoría de decisiones internacionales, y es el la de la crisis de los misiles soviéticos en los inicios de la revolución totalitaria castrista en Cuba(1962). En esa oportunidad, el malogrado presidente John F. Kennedy (1961-1963), magistralmente desplegó todo el poderío bélico de la superpotencia norteamericana, exhibiendo su voluntad de emplearlo, si era necesario, a la par que enviaba señales negociadoras al Kremlin de Nikita Jrushchov (1953-1964). Los soviéticos, con desconocida prudencia, optaron por la diplomacia y el mundo pudo evitar así una III Guerra Mundial con armas nucleares de destrucción masiva y de resultados cuando menos apocalípticos.

La historia registra otros casos semejantes de la moral de la responsabilidad, que debe ser la del líder político que no es mero humanoide politiquero, y en el Paraguay lo demuestra el ejemplo, entre otros pocos, de la Epopeya de la Defensa y Reconquista del Chaco (1932-1935), con su culminación ejemplar que fuera el Tratado de Paz, Amistad y Límites con Bolivia (1938), un verdadero anti-Versalles. El “Tratado” de este nombre (1919) fue el instrumento “diplomático” que se convirtió en una de las principales causas inmediatas que condujo a la tragedia inimaginable de la II Guerra Mundial. 

Hoy, los tambores militaristas del “bolivarianismo” boliviano han vuelto a redoblar, y aunque ya audible su tétrica percusión, todavía en sordina, es uno de los sangrientos ases en la manga que el “socialismo siglo XXI” tiene preparado para el futuro inmediato, en aplicación de su política del caos regional, que se aproxima con la débâcle ya inevitable del neototalitarismo chavista, en visible crisis terminal suramericana desde su contundente derrota intervencionista en la soberana República del Paraguay.

La cara infernal de la Realpolitik es la de la razón de la fuerza del Estado propio por encima de cualquier otra consideración y la encarna históricamente el mariscal Otto von Bismarck-Schönhausen, el “Canciller deHierro” y forjador de la Alemania moderna y unida, entre 1871-1890, y quien inspirara aquella concepción, a raíz de sus belicistas y expansionistas políticas imperiales exitosas. La Realpolitik de los “Fidel-bolivarianos” se basa en una serie de medios que llegan al uso abierto e irrestricto de la fuerza para lograr sus objetivos y fines. Todavía están en la fase del reality show a lo Tinelli, en el cual ahora le toca el papel de principal clown a Rajoy.

Conclusión: ¿qué hacer? 
El 16 y 17 de noviembre próximos, la República del Paraguay no debe concurrir a cualquier precio a la cita de Cádiz. Primero fue el para nada diplomático canciller de Rajoy, José Manuel García-Margallo, quien sin romper relaciones con el Paraguay, apenas destituido Lugo, como si CarlosV-I hablara, nos hizo saber lo inconveniente de la presencia de nuestro paísen la efeméride de Cádiz.

Después fue el turno de la públicamente-secreta misión aquí del Secretario de Estado de Iberoamérica, Jesús García, quien convertido en vocero del “bolivarianismo” hace poco estuvo en Asunción para reiterar el ultraje que sería la participación de las autoridades constitucionales del Paraguay en Cádiz 2012. La Embajada de España en Asunción, que todavía pareciera estar acreditada ante el mandatario constitucionalmente destituido, Fernando Lugo, complicaría la cuestión al informar que Rajoy y elpresidente Federico Franco hablarían acerca de la unilateral y anunciada exclusión paraguaya en Nueva York, en ocasión de coincidir ambos en la anual Asamblea General de la ONU, en la cual no se descarta un pronunciamiento oficial antiparaguayo, orquestado desde La Habana y Caracas. Con la típica omisión de quienes jamás comprometen sus cómodas y bien remuneradas carreras burocráticas internacionales, el secretario general de la Comunidad de Naciones, el uruguayo Enrique Iglesias, todavía no hizo escuchar su voz, con el único argumento legal y legítimo: la defensade la asistencia del Paraguay a la conmemoración de la liberal Constitución española de 1812.

Estando así la situación, el Palacio de López debe proceder de la siguiente manera: 1) no concurrir a la reunión con Rajoy, si en verdad está fijada solo para solicitar la invitación del Paraguay, o para que España imponga su injusta voluntad, y aprovechar esa ocasión para entregarle un documento con la posición oficial de la dignidad nacional, que inmediatamente después será difundida públicamente; 2) en ese documento el Paraguay debe defender su soberanía e independencia, la constitucionalidad y legitimidad del juicio político y su derivación constitucional, el gobierno actual, y Franco tendrá que recordarle a Rajoy que, si de legalidad y legitimidad democráticas se trata, el impedimento, no están calificados para asistir a Cádiza al menos los regímenes de Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela,e incluso el Uruguay y Brasil, después de lo actuado a partir dela sima mercurnasuriana de Mendoza en julio, y de la posterior de Brasilia en agosto, todas ellas actuaciones nulas de nulidad absoluta de acuerdo al Derecho Internacional Público y a la normativa y fuentes del Mercosur original; 3) en consecuencia, y dejando garantizado sus inalienables derechos a reclamaciones jurídico-diplomáticas posteriores derivadas de nuestros derechos conculcados por la arbitrariedad del gobierno español y sus cómplices “bolivarianos-kirchneristas”, manifestar que la República del Paraguay no asistirá a Cádiz en solitaria y valiente defensa de la democracia en la región y la Comunidad; 4) retirar a nuestro embajador en Madrid, dejando al frente de la sede a un encargado de negocios, para ocuparse de los migrantes compatriotas y de los intereses nacionales, hasta que la cordura haya regresado a La Moncloa, a la Comunidad Iberoamericana y a lo que fuera el Mercosur; y 5) dar la más amplia difusión a esta decisión.

Parafraseando al inmortal y universal poeta peruano César Vallejo (1892-1938), se le recuerda al mínimo Rajoy, desde esta página, que si España no aparta del Paraguay este cáliz, el Paraguay lo hará con toda la cortesía que Madrid no ha tenido para con Asunción, sin perder un ápice su proverbial valentía al momento de defender su propia dignidad de nación libre, soberana e independiente, que en las últimas décadas no cambió las cadenas oprobiosas de un régimen autoritario de décadas de duración, para someterse al poder de modelos neototalitarios, de represión sistemática y deshumanizadora, en un grado tal que jamás se ha conocido en nuestra historia, ni en sus peores momentos.



JLSG
Asunción, a 22 de setiembre de 2012
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ALGUNOS ENLACES Y REFERENCIAS DOCUMENTALES Y EN LA RED

Lecturas sobre la crisis de Estado en Paraguay, su solución institucional y las repercusiones internacionales:
       ABREU BONILLA, Sergio: Una herida letal al Mercosur, CURI / Estudio No 06-12, Montevideo, 7 de agosto de 2012 (visitar la página del autor en “Facebook”).
       ARBUET-VIGNALI, Heber: Crisis en Paraguay, ¿o en los conceptos políticos y jurídicos de su región?, CURI / Estudio No 04-12, Montevideo, 11 de julio de 2012, (heberarbuet@movinet.com.uy).
       PAREDES, Roberto: Por qué cayó Lugo, Servilibro, Asunción, julio de 2012.

Sobre la Constitución liberal española de 1812:
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/02/01/actualidad/1328113083_132126.htmlhttp://elpais.com/diario/2012/02/04/babelia/1328317936_850215.htmlhttp://elpais.com/diario/2012/02/04/babelia/1328317938_850215.htmlhttp://elpais.com/diario/2012/02/04/babelia/1328317933_850215.htmlhttp://elpais.com/elpais/2012/02/13/opinion/1329161022_987309.htmlhttp://elpais.com/elpais/2012/03/16/opinion/1331913986_760004.htmlhttp://elpais.com/elpais/2012/03/18/opinion/1332095100_542204.htmlhttp://internacional.elpais.com/internacional/2012/03/13/actualidad/1331662868_529501.htmlhttp://elpais.com/elpais/2012/02/21/opinion/1329841575_486911.html
http://elpais.com/elpais/2012/03/16/opinion/1331928043_839424.html
http://politica.elpais.com/politica/2011/05/14/opinion/1305399406_966824.html
http://economia.elpais.com/economia/2012/03/16/actualidad/1331928798_165067.htmlhttp://cultura.elpais.com/cultura/2012/01/15/actualidad/1326638124_068468.htmlhttp://elpais.com/elpais/2012/03/19/album/1332161708_157335.html
http://politica.elpais.com/politica/2012/03/18/actualidad/1332092291_377577.htmlhttp://elpais.com/elpais/2012/03/07/opinion/1331123281_469497.html


Código del artículo: AR79

2 comentarios:

me parece muy bueno, jose luis, solo que es para determinada clase de lectores, ya que necesitan un diccionario para seguirte, en termocefaslos,postotalirismo, eirc hobsbanwn, que no saben ni de quien les hablas, creo que es un articulo, dirigido a una determinada clase de personas que manejan un amplio bocavulacio, y no podrian digerirlos, algunas pesonas que no tienen la capacidad de leer a escritores y leer articulos tan importantes, es mas bien para intelectuales, de alta esfera. es lo que yo puedo opinar en forma humilde, ya que no soy una intelectual tan concentrada en leer libros y seguir politicas del exterior tan bien sincronizadas.

Apreciada anónima: Por algunos microdetalles de su comentario creo que Ud. es una mujer. Y por ciertos errores, hasta podría pensar que sé quién es "anónima". Puedo equivocarme, desde luego. Me resulta difícil escribirle a un/a desconocido/a. Sus razones tendrá para no revelarse. De todas maneras le agradezco la atención. Uno escribe intentando ser leído y comprendido. Todavía no poseo la capacidad de los espíritus superiores, quienes transforman las ideas más complejas en pensamientos sencillos, para que todos puedan entender. Tropiezo aquí, además, con nuestro generalizado bajo nivel cultural y educativo, problema que yo solo no puedo resolver. No escribo en "difícil", si eso quiere decirme, para que la gente piense que soy un intelectual. Corrijo y corrijo, y al final publico cuando ya no logro mejorar el texto. Trataré de ser más sencillo y Ud., por favor no deje de criticarme, si tiene la paciencia de continuar leyéndome. Y recurra también a los diccionarios en red, si desea ayudarse a mejorar su vocabulario. Todos tenemos tiempo para lo fundamental, si reducimos el que dedicamos a lo banal. Aunque no vaya a creerme, le reitero mis agradecimientos, amiga "anónimo". Sinceramente.