La Patria y la democracia paraguayas se recuperan, mientras el Mercosur bailó su último tango en Mendoza y el totalitario Chávez inicia la crisis histórica terminal del “bolivarianismo”
Escribe José Luis Simón G.
Escribe José Luis Simón G.
(Ciudadano-soldado paraguayo)
Soportando
todas las ofertas en divisas y placeres ofrecidas por el dictador Hugo Chávez,
y las muy fuertes presiones regionales, encabezadas por las del violento
canciller castro-chavista Nicolás
In-Maduro, y las de Brasilia e Itamaraty, estando en plena fase de
deslegitimación politiquera nuestros parlamentarios, al menos mantuvieron
incólume la dignidad de la defensa intransigente del interés nacional soberano
e independiente paraguayos, y no cedieron un milímetro de soberanía nacional,
mientras el presidente “constitucional”, Fernando Lugo, y sus caviarnícolas bolivarianos locales,
desde el Palacio de López y de la “cancillería nacional”, en minúsculas entonces,
la ofrecían a precio de remate de retazos.
El
“delito” del Congreso de la Nación, y del presidente constitucional actual,
Federico Franco, consistió en haber resistido heroicamente las sucesivas y
sistemáticas embestidas del alienado Chávez y sus subordinados
latinoamericanos, los neo “demócratas” que en realidad son fracasados
totalitarios, terroristas y/o guerrilleros, quienes a partir del fin de la
guerra fría aprendieron a socavar a nuestras débiles instituciones, prácticas y
cultura cívico-democráticas. Bajo la dictadura de Alfredo Stroessner
(1954-1989), el autoritario gobernante de la época de guerra fría hablaba de su
“democracia sin comunismo y pluralista”, justificándose en el participacionismo
colaboracionista de los partidos de origen democrático. Chávez y sus soldados
“bolivarianos” en la región, reformularon la estrategia del vaciamiento de las
instituciones democráticas y así surgió el descabellado “socialismo siglo XXI”,
el de las “democracias participativas y populares”, pues lo de la “dictadura
del proletariado” había colapsado a fines del siglo pasado.
El
único país que no sucumbió a la tentación totalitaria “bolivariana” fue el
Paraguay, y no gracias a Lugo y su patota de “revolucionarios 4x4”, sino porque
nuestro Poder Legislativo, a pesar de sus tantas lacras y limitaciones hasta el
juicio político de junio, y de varias complicidades, incluso, con el Palacio de
López, en el marco de la politiquería local, sin embargo, jamás cedió en
materia de la soberanía nacional, como fue demostrado en la batalla del veto de
acero a la Venezuela chavista en el Mercosur,
y en el no rotundo e inconmovible al atentado de traición a la Patria
que significó “Ushuaia II”, orquestada en la cumbre de presidentes del bloque
subregional, en Montevideo, diciembre 2011, que tuvo como capitán desorientado
y, en el mejor de los casos, “truquero”, José Mujica, quien sigue siendo
Tupamaro antes que uruguayo y latinoamericano, y por eso se alineó
ideólogicamente a Caracas, subordinándose al asalto de Chávez al Mercosur,
desde entonces trasvestido en Mercunasur.
Desde
Brasilia, Buenos Aires y Montevideo, y otras capitales del mundo, todos los
presidentes y cancilleres pugnaban por meterse a la cama con Chávez, el supuesto
todopoderoso, y quien trajo la contaminación fundamentalista iraní a nuestras
narices, tema de una próxima entrega documentada, sobre la infiltración chiíta-terrorista
en el Paraguay y el área. Solamente los paraguayos no transigimos con el totalisaurio caraqueño, y antes del
juicio político, nuestro Congreso, en esa cuestión estratégica, ya era mayoritariamente
de nuevo el de la orgullosa, libre, soberana e independiente Nación paraguaya.
Ahora,
el horno de la politiquería regional no está para bollos chavistas, después de la indignidad de la Traición de la Mendoza rolex-cristinista y dilma-mercadovenezolano a
los valores y principios fundacionales del Mercosur, históricamente quebrada
para dar origen a un Mercunasur sin
futuro alguno, pues el “socialismo siglo XXI” tiene una ya muy cercana fecha de
vencimiento. ¡Que se arreglen las presidentas patoteras “bolivarianas”, Dilma y
Cristina, con sus pueblos, opinión pública y parlamentos! Y que Mujica
compruebe ahora que está muy lejos de su pregonada solidaridad entre los
pueblos libres, al haberse aliado al “imperialista” Chávez, y muy lejos también
de Patriotas latinoamericanos como Artigas, del mismo quebracho de nuestro
inmortal José Félix Bogado, coronel de granaderos independentistas y
lugarteniente de San Martín, y no de los corruptos y autoritarios de La Cámpora. Los “bolivarianos” que daban
órdenes en nuestros cuarteles, incluso intentaron, por medio del demencial
canciller In-Maduro, y de su ecuatoriano colega correísta, que nuestros
soldados disparasen contra el pueblo, y, hoy, nosotros, los demócratas, ¡somos
los golpistas!
Pero ahora,
en el Paraguay, la región y el mundo se está conociendo que la Patria y la
democracia paraguayas se recuperan, gracias al Congreso de la Nación, mientras
el Mercosur bailó su último tango en Mendoza y el totalitario Chávez inicia la
crisis histórica terminal del “bolivarianismo”.
JLSG
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