viernes, 21 de febrero de 2014

La “kuñá guapa” (mujer valiente, en yopará, el híbrido del guaraní y el español) María Corina Machado, una de los líderes demócratas más importantes de Venezuela, el continente y el mundo, condena la traición de los desgobernantes de América Latina y el Caribe a las luchas por la libertad, la democracia y la justicia social de su pueblo, pues de esa manera apoyan politiqueramente (pervirtiendo el ideal de la política), y con sus silencios cómplices, al sanguinario dictador Nicolás Maduro, títere del genocida Fidel Castro. También critica la falta de solidaridad ciudadana continental con los heroicos estudiantes y ciudadanía venezolanas, ya con jóvenes mártires caídos en la sublime lucha por la condición humana

Escribe José Luis Simón G.
María Corina Machado, diputada opositora al castro-chavismo, y una de las principales dirigentes del nuevo liderazgo democrático venezolano y continental, el 16 de febrero arenga a una multitud de estudiantes y jóvenes de su país, quienes salieron a las calles de las más importantes urbes de su país, en defensa de la condición humana y para protestar pacíficamente en contra del régimen terrorista de Estado de Nicolás Maduro, presidente nominal de Venezuela, porque los reales jefes de Estado son los genocidas Castro, opresores de Cuba desde hace 55 años (Foto de C.G.R., de la agencia REUTERS, bajada de “El País” digital de Madrid).



Entrevistada por una corresponsal de “El País” (Madrid) en Caracas, María Corina habla con valentía y sensatez, asegura que la lucha de sus compatriotas proseguirá y nos da a todos una lección de civismo que debe hacernos reaccionar solidariamente con los com-Patriotas democráticos venezolanos, en pie de lucha pacífica para derrotar al totalitarismo castro-chavista. Entre muchas cosas más, dijo:


·        “El apoyo de América Latina a Maduro es inconcebible e inaceptable”;

·        “Quienes creen que inhibiéndose en estos momentos son neutrales, se equivocan, porque lo que están es colaborando con un proceso de destrucción”;

·        “Planteamos que, frente a un régimen que persigue, reprime, tortura y censura, la sociedad pueda enfrentarlo con la protesta masiva y cívica en la calle”;

·        “Estamos a la espera de una voz internacional de apoyo firme, clara e inequívoca a los estudiantes y a los ciudadanos que están siendo agredidos por este Gobierno”; y,

·        “Nos podrán encarcelar y nos podrán neutralizar, pero vendrán otros detrás de nosotros”.


¿Qué nos pasa en el Paraguay, que no somos capaces de organizar manifestaciones pacíficas frente a las “embajadas”, aquí, de los totalitarismos castrista y chavista-madurista?

¿Por qué no nos solidarizamos con los pueblos cubano y venezolano, que luchan pacíficamente por la condición humana en sus países, enfrentándose a monstruosos aparatos de terrorismo de Estado que no preocupan a los desgobiernos “socialistas siglo XXI”, y tampoco a las “democracias vergonzantes y cómplices” de la región ni a las organizaciones “revolucionarias” de “derechos humanos”?

¿Por qué no nos organizamos para visitar el Congreso y el Palacio de López para advertirles a senadores y diputados, y al presidente Carte$, quienes deben ser nuestros servidores públicos, que están violando la parte dogmática de la Carta Magna, y además su art. 143 que estatuye los principios que deben regir las políticas públicas externas del Paraguay? Entre ellos figuran taxativamente: “[…] la independencia nacional; la autodeterminación de los pueblos; la igualdad jurídica entre los Estados; la solidaridad y la cooperación internacional; la protección internacional de los derechos humanos; la libre navegación de los ríos internacionales; la no intervención; y la condena a toda forma de dictadura, colonialismo e imperialismo”.

Como es de conocimiento mundial, desde la dictadura neo totalitaria del fallecido Hugo Chávez, Venezuela no puede ejercer su independencia y soberanía nacional debido al abierto injerencismo del castro-comunismo en ese país, que cayera en esta crisis histórica como consecuencia de la prostitución de su democracia, por ello de muy baja calidad, basada en un régimen politiquero y partidocrático bipartidista, pues la socialdemocracia y el socialcristianismo venezolanos se alternaban en la casa del desgobierno.

La solidaridad y cooperación internacional se hizo imposible, pues Venezuela se convirtió en una colonia del régimen de 55 años del genocida Fidel Castro, que trasladó al país sudamericano su sistema totalitario de violación de los derechos humanos. La “libre navegación de los ríos internacionales” no es un problema histórico de Venezuela, pero el principio de las libertades, derechos y garantías individuales, establecido  constitucionalmente por el Estado de derecho democrático, por imperfecto que este sea, dejó de regir para los venezolanos, bajo la doble opresión de Castro-Chávez primero y de Castro-Maduro después.

Tampoco fue ni sigue siendo respetado el principio del derecho internacional público que estatuye, desde las cartas de la OEA y de la ONU, la no intervención o no injerencia en los asuntos internos de otro Estado. Y el régimen totalitario del genocida Fidel Castro igualmente es pasible de condena por dictadura, colonialismo e imperialismo.

A pesar de tales atropellos a las normas del derecho internacional público y a los procedimientos democráticos, el Paraguay bajo el desgobierno de Horacio Carte$ aceptó la imposición castro-chavista-madurista, y presionado también por el falso régimen democrático de la “emperatriz petista”, Dila Rousseff, se subordinó a la dictadura regional del Merc-Unasur, “olvidó” sus agresiones a la Patria paraguaya Humanidad, derivadas de la destitución constitucional del desgobernante y ex obispo apóstata Fernando Lugo (junio 2012).

En otras palabras, Carte$, con el respaldo de la alianza multipartidaria de hecho que compró en el “Congreso”, el Palacio de López “normalizó” sus relaciones con Caracas, subordinando su soberanía, dignidad, interés e independencia nacional al bloque neo totalitario regional que dirige La Habana, y reconoció al régimen corrupto, sanguinario, ilegal e ilegítimo de Maduro. Así el Paraguay de Carte$ se “reintegró” al Mercosur, del que nunca había salido: por el contrario fue el único país, entre los fundadores de ese proceso de integración subregional, que siempre cumplió con el Tratado de Asunción, de 1991, violado por Argentina, Brasil y Uruguay, lo que fue pagado por los dólares chavistas-maduristas. El Mercosur original había muerto en ese contexto de agresiones neo totalitarias, y ahora el Paraguay integra el Merc-Unasur de orientación “socialismo siglo XXI.

¡¡No olvidemos que el futuro de la democracia en en el Paraguay y la región, en estos momentos se está jugando en Venezuela, gracias a las luchas del entrañable pueblo democrático del país hermano!!

Para acceder a la entrevista completa, recurrir al siguiente enlace:
Para la versión en vídeo, recurrir a los siguientes enlaces:



JLSG
Asunción, a viernes 21 de febrero de 2014

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