Escribe José Luis Simón G.
La "emperatriz" Rousseff, de la izquierda caviar del Brasil, el PT (Partido Todo Tráfico), exultante como no se la veía desde hace medio año, al menos, celebra desde Planalto, Brasilia, lo cumplido que es su nuevo empleado, Horatio Carte$, de rancio abolengo de "empresario" de la explosiva frontera binacional paraguayo-brasileña, especializado en una red de muy prósperas lavanderías internacionales y otros "negocios" de elevadísima rentabilidad, como los de las organizaciones criminales del Brasil. Ella celebra "su" triunfo en el "Merc-Unasur", a expensas del Paraguay, sin reparar que acaba de convertirse en una "aprendiz de bruja", del tipo que desata fuegos infernales que no logra controlar y que también terminan incinerándola (Foto Afp, publicada por "abc", hoy).
Una experiencia de debate y lucha cívica
y pacífica, de la naturaleza que alientan estas páginas revaloriza la elemental
e imprescindible, desde hace tiempo escarnecida intencionalmente, más que
olvidada, coherencia público-privada entre el pensar, el decir y el hacer, en la
biografía de cada uno, y se la ofrece a quienes tienen hambre de ciudadanía y
humanidad, para reflexionar y buscar soluciones institucionales, legales y
culturales, acerca de los males, acrecentados y agravados a todo lo largo del
medio siglo pasado y poco más de una década del actual, que padecen nuestras
tan debilitadas Nación y República, repercutiendo con elevado costo sobre el pueblo
todo, por ejemplo en materia de inseguridad ciudadana, que tiene su origen en
el Leviatán verdadero, el de la inexistente Justicia, que debe ser la garantía
de nuestras libertades y derechos, y de la contraprestación de justas
obligaciones. La atroz inseguridad jurídica que afecta a todos, salvo a los
miembros de las alturas del poder y la corrupción sistémica) incrementa
exponencialmente sus efectos perniciosos, más que nada entre los integrantes de
los innumerables grupos sociales condenados a la avasallante “ingeniería”
inhumana de miserabilización espiritual, valorativa, educativa y laboral, y en
materia de bienes y servicios imprescindibles, no de lujo o suntuarios,
evidenciada en la situación que sufren de exclusión de lo mínimo de vida
civilizada, ni qué decir de pasado y futuro, que es la oprobiosa cotidianeidad
de inmensos sectores de “no personas” del Paraguay, de lejos la cantidad
superior de habitantes de la Patria.
En
estratos sociales que no padecen tales carencias, hasta llegar a los
“privilegiados” del ultra consumismo, el vacío de Humanidad se agiganta con las
banalidades de lo superfluo, que convirtieran al ser humano en sus usuarios adictos.
Así quedaron atrás, perdidas u olvidadas, las relaciones familiares,
continuidad y cambio a la vez, forma social básica que se registra desde los
orígenes de los tiempos. Tamaña pérdida contemporánea, nos limita y autopriva del
ser de los valores y bienes intangibles que brindaban los núcleos familiares, a
pesar de sus grandes defectos, para quedarse apenas con lo residual del
conglomerado humanoide, que es solo yuxtaposición de egoísmos y vacuidades, de
la “sociedad líquida” o de “la cultura del espectáculo”, según se prefiera que
en el caso paraguayo tiene un complemento más denigrante: un sistema
“educativo” usurario y de la peor calidad, en todos sus niveles y siempre
rescatando a las islas de de auténtica educación, todavía muy aisladas como
para formar siquiera un archipiélago de los saberes. Es esta otra derivación de
la “banalidad del mal” a la que debemos hacer frente con esfuerzos humanísticos
y científicos, traducidos en efectivas políticas públicas en el entramado
educativo, fundamental en toda sociedad.
Tales
déficit son morales, de valores, y de bienes y servicios, materiales y/o
intangibles. Entre estos últimos resaltan sobre todo las carencias
institucionales, empezando por la ausencia de la garantía de la Justicia. Esta,
cuando existe, resultado del imperio de
la ley y el orden para el ejercicio responsable de nuestras libertades y
derechos fundamentales, y de los deberes y obligaciones, ambos propios de la
condición humana. El lugar de esta ocupan la traición, el tráfico de
influencias y el vil comercio de valores, principios e ideales, lo que en el
presente pone en duda la misma sobrevivencia histórica de la Patria paraguaya
Humanidad, o la de nuestra identidad nacional que no se entiende sin esta
última partícula, suprema aspiración del espíritu en la historia, y no mero
artificio gramatical. Con ello perdemos la posibilidad de construir una
sociedad abierta, resultante de la interacción entre individuo y persona
social, en el marco de la República de las leyes, administrada por hombres
probos, justos y sabios (no basta con los “científicos” la ley y el derecho)
para realizar la Justicia, en la plenitud de sus atributos y fines superiores
de convivencia humana civilizada, el triunfo de la virtud por sobre la fuerza
de los intereses subalternos. Es por eso que la Justicia, exiliada de nuestras
escuelas de “leyes y derecho positivo”, y del Poder fáctico Judicial, ha sido
convertida en un valor-concepto incomprensible para las mayorías manipuladas, pues
se trata de la cima más eleva del sistema jurídico y no del mero cumplimiento o
acatamiento formal de las leyes y normas jurídicas, esto en beneficio de los
poderosos.
ALIANZA CLEPTO-NARCO-CRACIA-NEOTOTALITARISMO
La
indignidad de la Traición a la Patria (iniciativa legislativa del Poder fáctico
Ejecutivo, para aceptar la ilegal e ilegítima intrusión de la Venezuela
chavista-madurista en lo que fuera de origen, como ideal de integración, mucho más
que Mercado Común del Sur o Mercosur) significa aceptar la indignidad de la no
reparación por la Justicia internacional de las gravísimas agresiones sufridas
por el Paraguay, y ha sido premeditada, alevosa, pérfida, y vilmente planeada y
adoptada en el marco de una “conspiración de fin de año”, típica para desviar
la atención del pueblo, entre el proyecto clepto-narco-crático [1] y los
intereses neoimperialistas de algunas aspirantes a potencias “mundiales”
(Brasil, en primer lugar), no solo regionales. Sus regímenes son neototalitarios
(el disidente venezolano del chavismo y ex comandante guerrillero “foquista”
con Douglas Bravo, en el MIR-FLN, en los años de las décadas de sesenta y
setenta del siglo pasadao, Teodoro Petkoff los califica de “totalitarismos
light”), enemigos declarados de la Patria paraguaya Humanidad, donde
encontraran su primera derrota político-ideológica y diplomática, durante los
sucesos de junio de 2012, que concluyeran con la destitución constitucional del
inconstitucional y apóstata desgobernante “bolivariano” Fernando Lugo Méndez,
ejemplo de supina incapacidad, en términos también de inimputabilidad, y de
extrema irresponsabilidad y aventurerismo politiquero (estos últimos
calificativos políticos también se les endilga a los “liberales”, que con sus
votos y los de una alianza oportunista y variopinta, fueran los principales
responsables de su llegada al desgobierno iniciado el 15 de agosto de 2008) en
la tan agitada historia, generalmente para peor, del Palacio de López.
El
crimen de Lesa Traición a la Patria, iniciado el 15 de agosto pasado, nefasta y
nefanda continuación de sus inicios de 2003 y 2008, y de su prolongación
provisional, entre 2012-2013 (en materia de corrupción sistémica y de sumisión
del Paraguay a regímenes regionales que lo convirtieran en su enemigo), ahora tiene
como responsable político-institucional número uno a quien debiera ser el
Primer Mandatario y Servidor Público de la Nación, desde el Poder fáctico
Ejecutivo, Horacio Carte$, violador contumaz de sus deberes y obligaciones
constitucionales, incurriendo así en “mal desempeño de sus funciones”,
estatuida con otras causales de alteración del ordenamiento
jurídico-político de la “Ley Suprema” de
la República del Paraguay. Para ello cuenta con la complicidad subsidiaria, en
sus maquinaciones antinacionales, neototalitarias y contrarias a la Humanidad,
sea por comisión u omisión, de sus colaboradores ministeriales y altos cargos
públicos, civiles o integrantes de las FFAA y de la Policía Nacional. Incluso
ya se registran casos de personas particulares, ejecutivos y gerentes, falsos
tecnócratas de las empresas carterista$, los cuales hoy se abrogan potestades
“gubernamentales” (de orientar e incluso importunar la ejecución de las
políticas públicas), generándose así las correspondientes responsabilidades
administrativas, políticas, penales y constitucionales de tales usurpadores del
poder público, que solo cuentan con la cada vez más cuestionable y cuestionada
legalidad y legitimidad del inquilino actual del Palacio de López.
Estos
males, superficialmente acabados de describir, han sido agravados, como jamás
antes ocurriera en nuestra historia, desde las planeadas y ocultadas primero, y
ahora abiertamente ejecutadas, entregas de las Soberanía e Independencia de la
República del Paraguay, a regímenes de la región, ideológicamente
neototalitarios, los del llamado
“socialismo siglo XXI” [2] y con comportamientos neoimperialistas en el área.
La conspiración antiparaguaya también fue perpetrada con dolo por el presidente
Carte$ (convertido en tal por el uso politiquero-partidocrático de su riqueza
inconmensurable y de origen hasta ahora no esclarecido), quien nominalmente
ejerce el Poder fáctico Ejecutivo de la Nación, y al que se acusa responsablemente
de ser un mero agente de poderes fácticos del crimen organizado y
transnacionalizado y de desgobernantes neototalitarios, estos últimos vecinos
en la región, y lo de la criminalidad “empresarializada”, de aquí, el área, el
continente y el mundo.
Carte$
contó para ello con la inestimable ambición de poder y riqueza sin límites, del
ex presidente Nicanor Duarte Frutos (desde siempre un laborioso trabajador
honrado y pobre de solemnidad, y pluto-oligárquico, o burgués fraudulento, tras
su paso por el Ministerio de Educación y Cultura, primero, y después por el
Palacio de López, aun así autodefinido “colorado y socialista revolucionario”),
designado por aquél como su embajador en Buenos Aires.
Apenas
llegado a ese destino, Duarte Frutos empezó a planificar su regreso al palacio,
ahora con ambiciones de poder, y de momento es respaldado en Planalto y la Casa
Rosada, y en el venezolano Palacio de Miraflores y también desde el lujoso Palacio
de la “Revolución” en La Habana, capital de la martirizada isla oprimida por la
inercia de un muerto ya embalsamado, o entubado por deceso cerebral, o
declarado inimputable debido a enfermedades seniles, el genocida Fidel Castro,
también víctima de su “medicina revolucionaria”, como lo fuera el dictador Hugo
Chávez, en su momento. La dividida cúpula castrista, en plena lucha asordinada
por el poder, aguarda que se defina el bando triunfador, y la subsiguiente e
inevitable sangrienta purga en la así mismo fraudulenta (y siempre ávida de sangre)
de la “nueva clase” opresora, la de la corrupta y sanguinaria plutocracia
castrista, para dar a conocer la noticia de la acefalía. Lo más probable es que
origine un tsunami histórico en la tan largamente reprimida Cuba, la del
verdadero Martí, no del apoderado por el castrismo para desfigurarlo.
Amén del
“castro-chavista Duarte Frutos, Carte$ tiene a su favor el actual “Mercosur”
(que no ha dejado de ser una inconclusa Unión Aduanera), vaciado ya desde hace
tiempo de sus valores, filosofía y fines político-económicos democráticos; y las
castro-chavistas “bolivarianas”: Unión de Naciones Suramericanas (Unasur),
acompañada por dos meros sellos de goma, la Alianza Bolivariana
de los Pueblos de Nuestra América (Alba) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños (Celac). Tienen por finalidad estos organismos, pretendidamente
regionales, el intento de dar vida a instituciones contrapoder de la OEA, para
quebrarla y sustituir al sistema interamericano, en especial de sus más grandes
logros, las Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de las
que se están retirando los integrantes de la actual “frontera ideológica”
hemisférica, que es la “bolivariana”, algo que inevitablemente también deberá
hacer Carte$.
En
tal contexto, Carte$ es aliado subordinado de regímenes de ideologías
neototalitarias en esta parte del hemisferio americano. Aceptó así someterse, y
sin buscar ninguna reparación en la Justicia internacional, a las agresiones e
intervencionismo insultantes en el Paraguay, por parte del castro-chavismo,
modelo de ingeniería política de la opresión y explotación, que ya ha iniciado
su crisis de extinción, pese a lo cual el Palacio de López acaba de aceptar el
ingreso írrito, ilegal e ilegítimo del despótico neo totalitarismo venezolano
al fantasmal Mercosur, contaminado con los virus político-ideológicos
históricamente fatales de la Unasur, devenido en el travestismo del “Merc-Unasur”.
Es
decir, el Paraguay ahora carteri$ta, personificado en HC, despreció por sí y
ante sí el derecho-deber inexcusable de acudir a la Corte Internacional de
Justicia de La Haya, para dar la batalla jurídica, diplomática y política, y
lograr la victoria en la lucha de un pueblo inmenso en su historia tan trágica,
pero no sin destellos de gloria, hoy acobardado por su desgobierno y aliados en
el ¿Congreso?, a cambio de protección y negocios, para Carte$ y sus intereses,
y la posibilidad de ampliar los beneficios como impunidad, si llegara a darse
el caso de que sea requerido por la DEA, en el hipotético caso que ello
ocurriese.
El
Paraguay, de momento, al menos, perdió la posibilidad de haber vencido a los
poderosos opresores neoimperialistas y falsamente revolucionarios, con el arma
de la Justicia y de la diplomacia, dejando establecido así un precedente
histórico sin igual en las relaciones internacionales contemporáneas, siguiendo
con ello la intencionalmente preterida tradición diplomática del Paraguay (por
los poderes fácticos locales), que tiene páginas jurisprudenciales en el
Derecho Internacional Público, como nuestra ejemplar e irrefutable presentación
ante la Sociedad de las Naciones (en 1934, en plena Guerra del Chaco), cuando
nuestra “inteliguentsia” [3] de profundos conocimientos y elevado contenido
cívico, ejemplar en saberes y sano patriotismo hiciera enmudecer con argumentos
legales, razones históricas y pruebas instrumentales irrebatibles a los
estupefactos “científicos” de Ginebra, rendidos al oro del magnate mundial del
estaño, el multimillonario boliviano-parisino, Antenor Patiño, gracias al
poderoso “lobby” de sus socios económicos, los Rothschild, al haber declarado
al Paraguay “país agresor”, en el conflicto bélico por el Chaco, que nunca
quisimos, aunque siempre nos mantuvimos en la vela de las armas, preparándonos
por si estallaba, como ocurriera ya sin vuelta atrás en 1932.
En
otras palabras, el mandamás de turno del presente subastó a su conveniencia las
Soberanía, Independencia, Dignidad, Derechos e Intereses Nacionales de la
República del Paraguay. Los com-Patriotas de hoy fuimos entregados por los
traidores Carte$ y corte$anos, desde su omnipotencia de poderes fácticos, a regímenes
castro-chavistas, que nos convirtieran en sus enemigos, por habernos negados a
someternos a sus oropélicos poderes e ingeniería histórica. En algún momento,
cuando hayamos salido de este desorden institucional interno, resultado de
nuestras limitaciones y estimulado por Planalto-“Emperatriz” Rousseff, y demás,
les haremos frente, como corresponde de
parte de quienes somos los herederos de la memoria histórica de tantos
sacrificios extremos de nuestros mayores. Las luchas político-diplomáticas y
jurídicas, serán siempre en busca de Justicia y en legítima defensa, si llegara
a darse la situación, y siempre respetando el ordenamiento jurídico e
institucional del sistema “westfaliano” de Estados, que continúa rigiendo,
aunque con fuerzas disminuidas.
Cartes
se comportó tan nefasta cuan nefandamente debido a la extrema vulnerabilidad
que le generan a sus deberes de titular del “Poder Ejecutivo” nacional la
defensa de sus intereses espurios
particulares: lavado de dinero del crimen organizado internacional y otros
orígenes; empresas “fronterizas”, entre ellas la del tabaco, en la cual es
líder mundial en su sector “informal”, por llamarlo de alguna manera, además de
una variedad muy amplia de importantes actividades económicas, financieras,
productivas y comerciales “lícitas”. Desde luego: en todas sus causas
“judiciales” aquí, y varias en Brasil, salió “sobreseído libremente”, lo que no
puede ser estudiado en los respectivos expedientes “extraviados” en la sección
archivo del Poder Judicial aquí, tan fáctico en su funcionamiento como el
Legislativo y el Ejecutivo.
Con
el objetivo de “blindarse” a cambio del Paraguay, no trepidó en amenazar y/o
comprar a “$u$” parlamentarios de todos los sectores, en una suerte de
“mensalao” criollo. Y hasta hace muy poco contaba con el respaldo abierto y
generalizado de la prensa oligopólica
multimedia, y por ello poder fáctico. Primero
fue ungido por la prensa “cuarto poder”, como había ocurrido con Lugo, para
hacerlo “elegir”, ocultando su grueso prontuario local e internacional.
Después
ya pre$idente, para “ablandar” con denuncias tratadas amarillistamente, si bien
de auténticas irregularidades de abuso de poder, para que a cambio de una
tregua, y de un par de víctimas propiciatorias, los legisladores carteri$tas de
todos los sectores, votaran las “leyes” del siempre sobreseído, entre
ellas el protocolo que supuestamente “legaliza” el ingreso del actual régimen
neototalitario de Venezuela a lo que fuera el mecanismo integracionista subregional,
el Mercosur, instituido a partir del Tratado de Asunción (1992), por los
gobiernos, entonces de “transición a la democracia”, de Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay. Le urgía a Brasil este trámite para las negociaciones con
la UE, que serán siempre asimétricas y favorables para sus integrantes, y lo
que se pueda aprovechar de tan inequitativa relación, en su mayor parte
favorecerá a las economías brasileña, en primer lugar, y argentina,
secundariamente. Ambas economías, como se sabe, están en serias dificultades.
Cómplices
de Carte$ en el senado, “Merc-unasuriano”, antes que paraguayo, desde la
compra-venta de voluntades y lealtades, de ahora último, son representantes de
las bancadas de los partidos tradicionales colorado y liberal; de las facciones
minoritarias del neototalitarismo “caviar” y luguista: Frente Guasú y Avanza
País; de representantes de los microscópicos “encuentristas”; y de los
sobrevivientes oviedistas de la UNACE. Todos ellos forúnculos partidocráticos y
politiqueros de la “democracia” de tan baja calidad pos 1989, y sin que este
juicios sea interpretado como la menor nostalgia del hasta ahora último
autoritarismo local, el de 1954-1989. La “Cámara de Diputados” debe hacer lo
mismo, en la semana que se inició el lunes 16 de diciembre, aunque
aparentemente no será tan fácil lograr allí lo que le exigen a Carte$. Hay
dudas al respecto, porque el Paraguay “parlamentario” es un feudo exclusiva y
transversalmente “oficialista”.
Y,
desde la “diplomacia” carteri$ta, no puede pasarse por alto las
responsabilidades de los oportunistas castro-chavistas Eladio Loizaga
(“canciller nacional”), después de haber derrotado con todas las artimañas
propias de sus ambiciones sin límites a otros en carrera para serlo: Hugo
Saguier Caballero, Leila Rachid, Gustavo Leites, Enrique Chase Plate y muchos
más, igualmente impresentables, innombrables e incombustibles.
Al
proceder como lo hiciera, acatando sobre todo órdenes de la todavía “petista”
Brasilia (Planalto e Itamaraty), y también de La Habana, Buenos Aires
Montevideo, etc., Cartes sometió al Paraguay a prosternarse al demente dictador
Nicolás Maduro, quien siendo canciller del entonces déspota neo totalitario
Hugo Chávez, en junio de 2012, de manera descarada y a la luz del día, y con el
respaldo de colegas y sus presidentes, ya del “Merc-Unasur”, intervino en
nuestros asuntos internos, intentando que las FF AA realizaran un golpe de
Estado, para reponer en la presidencia de la República al constitucionalmente
destituido desgobernante Fernando Lugo, algo que de haberse llevado a cabo
habría derivado en una guerra civil, la enésima y sangrienta en nuestra
historia.
Desde
ese junio de 2012, se acrecentaron de manera extrema las agresiones político-diplomáticas
(ilegales e ilegítimas, inconstitucionales y contrarias al Derecho
Internacional Público y al Tratado de Asunción y normativa reglamentaria
derivada, y con señales incluso de intervención bélica extranjera en suelo
patrio), en perjuicio del Paraguay, y perpetradas por el “Merc-Unasur”, para
obligar al Palacio de López –si ya no el retorno al Poder Ejecutivo por Lugo,
imposible dadas su cobardía y oportunismo, propias de él y entornos de
oportunistas y caviarnícolas [4]–, al menos a sentir las presiones neo
imperialistas para lograr que Asunción aceptase el ilegal e ilegítimo ingreso
de la Venezuela de Chávez al Mercosur.
Esto
fue acompañado de acciones írritas e inconcebibles político-diplomáticas, y en
lo legal y legítimo, en términos constitucionales y del también avasallado
Derecho Internacional Público, por los sucesores de Stalin e Hitler en América
Latina y el Caribe, los desgobernantes del castro-chavismo, con las sucesivas
suspensión del Paraguay (cumbre presidencial de Mendoza, Argentina, a fines de
junio de 2012), y el ingreso gangsteril de la Venezuela sometida al neo
totalitario dictador Hugo Chávez en Brasilia, cuando concluía julio de ese año.
Se
dio inicio así, de parte de Argentina,
Brasil, Uruguay (contratantes originales con Paraguay, del Tratado de
Asunción), y por la prepotente intrusión de Caracas, no apenas de las
habituales y miopes medidas proteccionistas, por parte de las economías mayores
del proceso integracionista (las argentina y brasileña), sino de una ya generalizada
y permanente violación de las normas constitutiva y reglamentarias del
Mercosur, ahora con las reiteradas ofensivas de Brasilia, Buenos Aires y Montevideo,
financiadas por el oro negro de Caracas, y detrás el ventrílocuo de La Habana.
En consecuencia, y de ahí en adelante, en materia de hechos jurídicos,
políticos y diplomáticos se trató por parte de Argentina, Brasil y Uruguay,
apoyados siempre por la Venezuela chavista, y por los regímenes “duros” de la Unasur,
incluyendo entre ellos, lamentablemente a las “democracias” cómplices e
inconsecuentes de Colombia, Chile y Perú…
Meses
después le tocaría el turno de la infamación “bolivariana” incluso a la
monarquía constitucional española, y a su democracia, a propósito de la
efeméride del bicentenario de la liberal primera Ley Suprema, la Pepa, del
antiguo imperio colonial, en coincidencia con una de las reuniones de jefes de
Estado y gobierno de la cada vez más intrascendente Cumbre de la tan peculiar
“Comunidad Iberoamericana de Naciones” (CIN), como no podía sino ocurrir,
debido a tantas incongruencias e inconsecuencias. En tal ocasión, una Madrid cómplice
del intervencionismo neototalitario, de común acuerdo los oficialistas
conservadores del Partido Popular, con la oposición de los socialistoides del PSOE,
complotada con los castro-chavistas, rechazó la presencia de las autoridades
provisionales del Paraguay, supuestamente por tratarse de un gobierno
“golpista”, mientras Cuba y Venezuela, entre varias expresiones más de
desgobiernos “revolucionarios” regionales eran aceptados, incluso con
delegaciones de bajo nivel oficial, a manera de denigración del democrático
pueblo español y su monarca constitucional, y jefe de Estado, don Juan Carlos.
Todo
ello ocurrió, ocurría y ocurriría en medio de las inconsecuencias oportunistas
y temerosas de los liberales, el presidente (provisional) Federico Franco, y de
su canciller José F. Fernández E., para defender con coraje político, capacidad
diplomática y conocimientos jurídico a
la República del Paraguay, de la que eran sus representantes gubernamentales
entonces, entre la destitución de Lugo y el camino a la conspiración del “neo
coloradismo carteri$ta”, que “triunfara” en las votaciones del 21 de abril
pasado, en el contexto del elevadísimo ausentismo electoral (la participación
real no alcanzaría 45% del padrón oficial), lo que presto fuera maquillado
convenientemente con más de un “70 % de concurrentes a las urnas”, por esa
Sociedad de Irresponsabilidad Ilimitada, politiquero-partidocrática, corrupta
estructuralmente, y con licencia para fabricar plutócratas fraudulentos a costa
del erario público, ello a cambio de
“legalizar” procesos supuestamente electorales, que es la función de ese
agujero negro del fisco denominado Tribunal Supremo de Justicia Electoral (TSJE),
con la complicidad de los tres poderes fácticos (Legislativo, Ejecutivo y
Judicial) del aparato de Estado paraguayo, de las cúpulas
politiquero-partidocráticos, de la gran prensa local en su rol de poder
fáctico, y, lo que es más grave, con el asentimiento pasivo de una errática
ciudadanía, en gestación todavía, y que en oportunidades ha sido capaz de
manifestarse como tal.
De
tal suerte todo esto, que el “Merc-Unasur” se pasó de decisiones y resoluciones
nulas absolutas, es decir, de gravísimas infracciones a los ordenamientos
jurídicos del Tratado de Asunción, y a lo estatuido en el Derecho Internacional
Público, de leyes supremas de los países
perpetradores de tan graves hechos punibles (y ni qué decir de la Carta Magna
paraguaya), que sin la menor duda son justiciables en la jurisdicción y
competencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Esto se ha
agravado, sobre todo ahora, con la orden sorpresiva de Cartes y “$u$”
parlamentarios transversalmente pluripartidistas, de obedecer lo decidido por
Planalto e Itamaraty bajo la hegemonía neototalitaria del PT, en el sentido de
aceptar el hecho consumado de la inclusión de la Venezuela (país este a punto
de estallar con el demencial Maduro en el Palacio de Miraflores), que ya tiene
la media sanción del $enado carterista, lo que implica además el levantamiento
de la sanción parlamentaria parlamentaria paraguaya, la de haberlo declarado en
2012 “persona non grata”.
Se
da por hecho que tales aberraciones históricas jamás experimentadas en la República
del Paraguay, también serán refrendadas por la mayoría tran$partidaria de los
diputado$, quienes colorados e izquierdistas, o de otras logias partidocráticas
menores, responden a uno de los “patrones del mal” locales, Cartes, que a
diferencia del colombiano narco-terrorista Pablo Escobar Gaviria, y sin su
importancia narcoterrorista mundial, sí pudo convertirse en presidente,
politiquero, pero al fin y al cabo cabeza del Poder (fáctico) Ejecutivo
nacional.
Planalto
y la Casa Rosada, además de la reivindicación neo totalitaria e imperialista
“bolivariana”, se comportaron como lo hicieran también para precautelar sus
estafas derivadas de la ingeniería de la usura (anatocismo) financiera de las
deudas espurias de las “binacionales” hidroeléctricas respectivas, Itaipú y
Yacyretá. Venezuela adicionalmente presiona por el cobro de otra deuda,
igualmente espuria, que se origina con sucesivos desgobiernos de la primera
década y poco más del siglo XXI, de Petropar a Pedevesa, de US$ 300 millones. En
este caso Maduro, como en su momento lo hiciera Chávez, en realidad mira por
elevación el estratégico puerto franco del Paraguay en una zona de aguas
profundas de la Cuanca del Plata, hasta donde pueden llegar buques tanques y
carga contendores transoceánicos, de gran calado, en la zona de Zárate-Brazo
Largo, entre las provincias argentinas de Rosario y Santa Fe.
No
es descabellado pensar que la Bolivia del “bolivariano” Medio-Evo Morales, a
medida que se vaya cerniendo el cerco sobre la Patria paraguaya Humanidad,
cuando le sea necesario distraer el descontento popular hacia su desgobierno,
empiece a mirar con intenciones de retaliación, y para desviar la atención
popular de la crisis política de su régimen, el Chaco paraguayo. Esta parte
principal y nacional del Gran Chaco sudamericano, nuestra región occidental,
fue causa de la guerra de 1932 a 1935, desatada por La Paz, y que bajo
auspicios del todavía con vida sátrapa Hugo Chávez, entre Morales y Lugo iba a
ser declarada algo así como “Zona Bolivariana de Paz Regional”, en una suerte
de réplica neo totalitaria, a escala sudamericana del presente, y no exacta, de
la anexión nazi de Austria (marzo de 1938), conocida como el “Anschluss”.
Así
empezaría a sustraerse nuestro Chaco y región occidental de la plena y
exclusiva soberanía nacional, que se mantendría nominalmente, pero administrada
por una suerte de fideicomiso castro-chavista, que le permitiría a la Bolivia
cocalera, militarista y de lucha de clases de Morales, desde la “coposesión”
regional, ir penetrando en nuestro territorio, en dirección al río Paraguay,
con el respaldo militar de Cuba, Venezuela e Irán (entonces liderado por su
presidente y fundamentalista-terrorista Mahmud Ahmadineyad (2005-2013), y en
plena época de la radicalización extremista, la del entonces aparentemente
imparable Chávez. Importa retener que la geopolítica “bolivariana” convirtiera
a la Bolivia, sometida a Morales, en una muy importante base transcontinental
del Irán fundamentalista, bajo el régimen del ex dictador ex presidente Ahmadineyad, que
acaba de ser reemplazado por el más dialoguista mandatario actual, hasta ahora,
al menos, Hasán Rouhaní.
A manera de epílogo,
por ahora, se reproduce a continuación el resumen de un texto escrito dos
décadas atrás [5], por el responsable de esta Exposición de Motivos y
Manifiesto, que combina la justa indignación de un ser humano que habla por
muchos que piensan de manera semejante pero aún no lo expresan en público, y
que no se reduce al enfado vehemente, pues también ofrece propuestas para la
acción cívica, basada en valores humanos de todas las civilizaciones y
culturas, y que son responsables,
pacíficas y realistas, dirigidas a “Nosotros, el Pueblo”, para ejercer presión
constitucional sobre el desgobernante actual paraguayo y sus corifeos,
asalariados y/o atemorizados, y para demostrarles a los imperialistas
neototalitarios intervencionistas de la región, que pueden haber triunfado
ahora, pero apenas en una maniobra agresiva y provocadora, contraria a los
ideales y prácticas del derecho público usual del sistema internacional, sobre
todo el de los Tratados y Convenciones, y el de su rama diplomático-política,
que nos rige a duras penas, solo cuando se lucha denodadamente por ejercerlo.
Es decir, el triunfo
petista-planaltiano de hoy se convertirá en una victoria de corto plazo, desde
el momento que obliga a un pueblo con una historia sin igual, de digna grandeza
en defensa de sus derechos conculcados, a un largamente esperado despertar y
desarrollo de nuestro civismo, hoy todavía anémico, pues estimula en la mayoría
de los paraguayos, hombres y mujeres de todas las condiciones sociales,
económicas, políticas democráticas y culturales, a un despertar cívico
largamente postergado, que de epidémico se convertirá en pandémico en la
región. El texto en cuestión, en su “abstract” dice
cuanto sigue:
“En este trabajo se
intenta una aproximación inicial al peligro que plantea para la consolidación
democrática en el Paraguay el estado de corrupción, que fuera gestado y
cristalizado bajo el autoritarismo stroessnerista (1954-1989), y que todavía no
ha sido removido en serio a partir de la ‘transición desde arriba’, iniciada
con el golpe militar de 1989. En especial se pone énfasis en considerar la
corrupción del narcotráfico, aunque en el análisis y en su enfoque el autor no
se circunscribe exclusivamente a ese problema que sigue estando en el tope de
la agenda internacional. Si los paraguayos no nos ocupamos en serio de las
amenazas que se derivan de la corrupción estructural que corroe a las
instituciones estatales y a la misma sociedad, se sostiene aquí, el país puede
convertirse en una cleptocracia del Mercosur […]”. En trabajos posteriores, el
autor se vio obligado a ser más preciso y para ello debió recurrir a un
neologismo, también elaborado por él, y así surgió el término compuesto de
clepto-narco-crático, que ha de mortificar a los académicos de la lengua
española cuando se impongan de su existencia y lo incorporen a un inexistente
“Manual de términos y expresiones no recomendadas para su uso en la lengua
española”.
Pero, acepte o no la
Real Academia de la Lengua Española, la expresión es una realidad histórica que
se ha estado generalizando en el área, y no exclusivamente en América Latica y
el Caribe. Y ahora a punto de apoderarse de la República del Paraguay, lo que
no permitiremos jamás, se encuentra aliada para sus beneficios e intenciones
respectivos con los regímenes neoimperialistas del castro-chavismo en crisis
terminal, y por ello más peligrosos, en sus agresiones a la Patria paraguaya
Humanidad, como ha sido expuesto a lo largo de estas páginas de Exposición de
Motivos de una huelga de hambre, como medida de denuncia y respuesta pacífica
ante tal opresión, y que además propone al debate ciudadanos un programa mínimo
de acciones políticas y del más acendrado civismo, ante la locura en gestación
de una suerte de política de “solución final” para el proverbial
independentismo paraguayo, que actualmente está comandado en jefe, desde
Planalto, por la “emperatriz” petista del Brasil, Dilma Rousseff, intervencionista
descarada en la política nacional y enemiga pertinaz del pueblo paraguayo, que
fracasará en sus intentos de someternos a sus arbitrariedades, como muy pronto
habrá de darse cuenta de ello.
Es
a raíz de todo ello que el suscrito y ayunante voluntario, exige al desgobierno
del régimen neo colorado “carteri$ta”:
[i]
La inmediata revisión y derogación de la media sanción de la ley nula e
inconstitucional, por vicios irremediables a ser expuestos en otra
presentación, que aprueba la incorporación ilegítima e ilegal de Venezuela al “Mer-Unasur,
y que en iniciativa de Justicia, y patriótica y humanitaria, se inicie con el
rechazo de los diputados de tan oprobiosa normativa en elaboración a velocidad
de la luz, impuesta imperialistamente por los neototalitarios, imperantes y
desvirtuadores del Mercosur en su travestimiento del “Merc-Unasur”, y sus
aliados, los agentes del crimen organizado, en el país y el exterior, y con
repercusiones nacionales e internacionales contrarias a los intereses y
derechos, soberanía, independencia, dignidad e historia de la República del Paraguay;
[ii]
La inmediata presentación de la demanda del Paraguay ante la Corte
Internacional de Justicia de La Haya, por las agresiones reiteradas y
sistemáticas, violatorias del siempre precario ordenamiento jurídico
internacional y de sus instituciones, al igual que de la normativa del Tratado
de Asunción y de la Constitución Nacional, perpetradas en perjuicio de los
legítimos derechos, y de las soberanía e independencia de la República del
Paraguay por los desgobiernos de Brasilia, Caracas, Buenos Aires y Montevideo,
a los que se suman sus aliados de la “Alba” y “Unasur”, con el silencio de
gobernantes “democráticos” de la región que, cobarde y desvergonzadamente,
permitieron tales atentados terroristas en perjuicio del Derecho Internacional
Público, el Tratado de Asunción, la No Ingerencia en los Asuntos Internos de
los Estados y otros;
[iii]
La protesta legal e “ipso facto”, del también engendro bolivariano y nulo para
el derecho internacional, el del Tratado de la “Unión de las Repúblicas de
América del Sur” (“Unasur”), al que el Paraguay adhiriera recientemente,
teniendo en cuenta sobre todo su cláusula intervencionista y esencialmente
antiparaguaya, la de la supuesta “defensa de la democracia” en nuestros países;
y
[iv]
La urgente convocatoria a entidades y especialistas de la sociedad civil, por
parte de los poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), los cuales
funcionan fácticamente, según ha sido dicho antes, al margen y en contra de
nuestro ordenamiento constitucional y jurídico, salvo excepciones, y para
estudiar, debatir y elaborar las correspondientes definiciones y Políticas y
Estrategias Públicas en Relaciones Exteriores, Defensa Nacional y Seguridad
Ciudadana, y prestando particular atención a las actividades narcoterroristas del autodenaminado “Ejército
del Pueblo Paraguayo” (EPP), y las del crimen organizado mundial, así como de
estructuras y entidades del terrorismo internacional que operan en y desde
nuestro territorio.
En
cuanto a los com-Patriotas de la Patria paraguaya Humanidad, y a los demócratas
de todo el planeta, el autor de esta “Exposición de Motivos” de la Causa
Nacional, ante las Agresiones derivadas del “Merc-Unasur” y sus aliados del
crimen organizado y transnacionalizado, se propone:
[i]
Incentivar la adopción inmediata por personas y/o grupos organizados de la
sociedad, en todo el país, empezando por nuestra capital, el ayuno voluntario u
otras medidas en respaldo de la iniciativa original de la huelga de hambre
adoptada por el proponente, a objeto de presionar pacífica y cívicamente a las
“autoridades nacionales” en pro de la adopción
de las medidas acabadas de enunciar como exigencias a los poderes
fácticos del aparato de Estado. De expandirse el método cívico de lucha del
ayuno voluntario, lo será con las características y condiciones de realización
y duración libremente adoptadas, se establecerá una coordinación entre todas
las iniciativas de esta lucha no violenta, que incluya su presencia constante y
en expansión en las redes, nacionales y de otros países;
[ii]
Vincular lo acabado de enunciar con el debate crítico acerca de las promesas
incumplidas de la apertura política de 1989, que en lugar de conducirnos a la
institucionalización de un proceso democrático (la República de la Ley y la
Justicia), en todas las dimensiones del civismo y de la realidad nacional, con
el control de las autoridades y de su gestión, por medio de la participación
activa de la ciudadanía en las transformaciones (constitucionales,
institucionales, culturales, etc.) requeridas para que, de esta “democracia
politiquera y partidocrática de pésima calidad”, iniciemos el camino hacia la
democracia de la ciudadanía, en la cual las autoridades, electas o no, se
comporten como verdaderos servidores y mandatarios públicos, y el pueblo ejerza
realmente la soberanía en todo el territorio nacional, algo que inevitablemente
debe conducir en su momento a la elaboración de un nuevo texto constitucional,
que nos libere de los yugos y cadenas, que unidos a nuestro pasado histórico de
predominancia despótico-autoritaria, ha convertido a sucesivos desgobiernos en
una clepto-narco-cracia, que es una estructura de explotación y opresión
constituida para impedir el libre desarrollo de la sociedad abierta, esto es,
la vigencia real de la condición humana en la Patria paraguaya Humanidad;
[iii]
Debatir acerca de la organización y realización una gran marcha y concentración
pacíficas, en Asunción, capitales departamentales y pueblos y ciudades de todo
el país, en una fecha a decidir, manifestaciones que culminarán con la lectura
de un documento relativo a la reafirmación de la Patria paraguaya Humanidad, y
seguidas de debates libres, actividades a ser denominadas del “Pabellón Patrio
con Crespones Negros”, de naturaleza nacional y no partidaria (pero respetando
las identidades político-partidarias y de miembros de organizaciones sociales),
por estar de luto la República del Paraguay y su ciudadanía, a raíz de las
traiciones locales e internacionales al soberano, el pueblo, por parte de
quienes se autodenominan “clases dirigentes”, nuestros supuestos
“representantes y servidores públicos”, salvo contadísimas excepciones que
constituyen una absoluta minoría en el aparato de Estado, en todos sus niveles;
y
[iv]
Estimular por tales medios la renovación cívico-democrática de nuestros
partidos políticos, para que abandonen la partidocracia y politiquería, y la
emergencia de nuevas organizaciones y liderazgos políticos y democráticos, para
hacer realidad la República de la Ley y la Justicia, y la sociedad abierta, la
única capaz de respetar la condición humana en todos los ámbitos que ella
exija.
Concluye
esta “Exposición de Motivos”, ,anifestando en especial la total solidaridad de
los demócratas paraguayos, con los pueblos heroicos y democráticos de Cuba y
Venezuela, que luchan, desde una correlación negativa de fuerzas, para
liberarse de las aberraciones neototalitarisas del castro-chavismo, en
decadencia pero todavía con la fuerza necesaria para continuar dañando a sus
pueblos y a nuestros países, y estimular la creación de una asociación de
ciudadanías regionales que luchen, como nosotros, por la República sometida a
las leyes para realizar la Justicia y
hacer posible la sociedad abierta y pluralista que se manifiesta como una
democracia plena de ciudadanía.
Notas:
[1]
Se trata del crimen organizado internacional y sus agentes locales, aquel hoy
apoderándose de Estados-nación y plurinacionales, y muy avanzado en su
penetración de las economía, sociedad y cultura en el Paraguay y el continente,
sobre todo, ahora pretendiendo implantarse en el Paraguay, en su ensayo de
dominación y explotación, en este caso para los pueblos de América Latina y el
Caribe.
[2]
Denominación eufemística esta, utilizada expresamente por sus promotores para
no hablar directamente de lucha de clases y tampoco de dictadura del
proletariado, fracasadas históricamente al punto del autoderrumbamiento de la extinta URSS y
su área de influencias, entre 1989 y 1992,
[3]
Surgida de las escuelitas “mango guipe”, muy pronto regidas por grandes
educadores normales, hombres y mujeres formados en Entre Ríos, y de las aulas
del ejemplar Colegio Nacional de la Capital, para pasar después los mejores a
las cátedras de la Universidad Nacional, cuando casi sin excepción los
profesores eran doctos verdaderos y no “doctores” de a tanto el título, con
epidemias y pandemias de “tesis” plagiadas
[4]
Este neologismo que no figura en el diccionario de la RAE, de propia cosecha,
es una manera despectiva pero correcta de denominar a los “revolucionarios”
paraguayos, a los castro-chavistas, y en general a todos los históricamente
desubicados deglutidores de caviar (ni siquiera saben saborearlo) y
cavernícolas ideológicos de la “lucha de clases y la revolución proletarias”,
fracasadas donde hubiese sido impuesta, siempre con violencia, y así mantenida
en el tiempo, hasta el derrumbe de tales regímenes, que se iniciara con la
implosión de la hoy extinta URSS.
[5]
Ponencia
presentada y discutida en uno de los congresos periódicos de la LASA (“Latin
American Studies Association”), realizado en Washington, D.C., a comienzos de
los años de la década de los noventas de la centuria pasada, y que después
fuera publicada en varios países, y aquí en el “journal” local “Propuestas
Democráticas. Para la sociedad y el Estado del Paraguay del siglo XX”
(Asunción, octubre-diciembre 1994, Año I, Vol. I, Nº 1, pp. 145-196), bajo el
sugestivo título de: “El Paraguay de la consolidación democrática: sociedad sin
ética, estado de corrupción, narcotráfico y los riesgos de una cleptocracia”.
JLSG
Asunción, a miércoles 18 de diciembre de 2013, y
cuando está por cumplirse el séptimo día consecutivo del ayuno voluntario,
estrictamente cumplido, en
defensa de la Patria
paraguaya Humanidad
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